'Ratón Pérez': el proyecto con el que la Universidad de Córdoba hace a los niños partícipes de la ciencia

Si tu hijo o hija ha participado alguna vez en la recogida de dientes dentro del proyecto Ratón Pérez, recuérdale siempre que aquel día facilitó un objeto valiosísimo para el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (Cenieh). Gracias a la donación de este diente y de otros 200, estos menores, de la mano de la Universidad de Córdoba (UCO), están haciendo posible este proyecto científico para un beneficio común.

El proyecto Ratón Pérez nació en 2014 ante la necesidad del Cenieh de contar con una colección de referencia de dientes deciduos para las diferentes investigaciones llevadas a cabo en el Grupo de Antropología Dental (GAD) de dicho centro. Se trata de un proyecto de ciencia ciudadana, explica la vicerrectora de Política Científica de la UCO, María José Polo. “Los dientes de leche de cada niño tienen un material genético que nos permite ampliar la colección inicial e ir sacando y testeando muestras”. Las investigaciones del GAD se centran en la dentición de los homininos del Plioceno, Pleistoceno y Holoceno.

Además de los estudios clásicos de morfología y dimensiones de los dientes, mediante el equipo de microtomografía axial computarizada del Laboratorio de Microscopía y Microtomografía Computarizada también se llevan a cabo análisis morfométricos 2D y 3D del esmalte, dentina y cavidad pulpar. Estos estudios, junto con las investigaciones de otras regiones anatómicas, nos permiten realizar inferencias sobre la taxonomía, filogenia, desarrollo y escenario evolutivo de las especies estudiadas.

La importancia del mismo así como su incesante trabajo por divulgar al ciencia, la Unidad de Cultura Científica y de la Innovación de la UCO decidió apostar por él en 2019. Desde entonces, cada año ha convocado a menores de entre dos y 15 años, siempre en el marco de la Noche Europea de los Investigadores, a que donen sus dientes para esta causa. Incluso en los años más duros debido a la pandemia, Córdoba fue la única ciudad española junto a Burgos que consiguió continuar con la acción en tiempos de pandemia, una edición en la que se extremaron las medidas sanitarias y se ideó un protocolo específico de entrega de las piezas dentales para garantizar así las condiciones de seguridad.

Recientemente, el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana ha destacado el compromiso de la institución universitaria cordobesa en este proyecto; un reconocimiento que para Polo supone todo un espaldarazo para la divulgación científica que se hace desde este ente y para los trabajadores de la misma. En esta unidad, apunta, “hay personas muy creativas, con su directora Elena Lázaro a la cabeza, que es una auténtica fábrica de ideas. Y la Universidad siempre va a apoyar las iniciativas de su personal”.

El equipo que conforma este departamento mastica la ciencia y la devuelve a la sociedad para que sea entendida por esta, una difusión que Polo agradece, ya que los científicos “vamos a congresos, escribimos artículos y hacemos ponencias o mesas redondas, pero necesitamos de esa difusión”.

Gracias a ese trabajo a través del cual se llega a la ciudadanía, el nivel de participación en la recogida de dientes aumenta cada año. Esta donación a la ciencia supone además, en palabras de la vicerrectora, un impulso a las vocaciones científicas desde edades muy tempranas.