Fernández: “Los que estemos aquí lo vamos a dar todo por el Córdoba”
Conoce a la perfección cada rincón de El Arcángel. Desde el espacio sagrado del vestuario hasta el césped en el que cumple cada fin de semana algo más que una simple jornada laboral, pasando por las tripas del estadio o la grada de fondo en la que se sienta para hablar con CORDÓPOLIS en las vísperas de un campeonato preñado de incertidumbres. “Ésta es mi casa”, dice José Manuel Fernández Reyes (Córdoba, 1989), uno de los capitanes de un equipo que ha aceptado el sufrimiento como una seña de identidad y un estímulo extra. Forjado en la cantera blanquiverde, ha descrito la trayectoria tipo en los talentos locales: éxitos en los equipos de formación, debut en la primera plantilla, salida hacia la Primera División y regreso a casa con un rango superior.
A sus 28 años, mantiene esa gama de gestos que hacen que los futbolistas parezcan perpetuamente anclados en la adolescencia. Sonríe siempre porque le gusta “ser positivo” y se escuda con facilidad en los tópicos del balón, aunque de vez en cuando deja caer unas gotas de ironía, alguna solapada puya o una anécdota transformada en ley. Eso es la experiencia. El pellejo se le ha endurecido, pero no lo suficiente como para despojarle de su aura de chico de barrio. Su profesión es un juego. Por eso añora los tiempos de Paco Jémez, cuando un grupo de jugadores de aquí y de allá, desconocidos o sencillamente descartados -“un equipo de recortes”, admite-, se acoplaron “como una familia” en el Córdoba para asombrar a toda España con un fútbol “como el que se juega con los amigos”. En aquellos días era un joven que cumplía un sueño. Ahora es un profesional curtido, uno de los capitanes de un equipo que ha experimentado en los últimos meses un terremoto absoluto. ¿Significa eso que todo tiende hacia el desastre? Para Fernández, no. Confía en la condición de inmortal de su Córdoba, a pesar de que junto a sus compañeros ha pasado en las últimas semans por episodios “que jamás nos gustaría haber visto”.
PREGUNTA. ¿Ha sido el año más raro que has vivido en tu carrera en el fútbol?
RESPUESTA. Ha sido un año raro, sí que es verdad, por todo lo que ha sucedido. A principios de temporada se esperaba un equipo con aspiraciones más altas de lo que realmente fue. Empezamos mal, todos los planes se fueron cayendo, y nos metimos en una dinámica muy complicada. Desde primera hora se vio que íbamos a tener problemas. Las consecuencias las estamos viendo ahora. Se hicieron gestiones mal y lo estamos pagando ahora.
P. ¿Qué dice la gente que llegó después que tú a este vestuario?
R. Hemos tenido suerte porque todo el mundo que llegó lo hizo para sumar. Entrenan genial y eso es importante. Eso es de alabar después de todos los problemas que estamos teniendo con el límite salarial y el no poder inscribir jugadores. Yo me quedo con la gente buena, la gente de corazón. Hay que estar siempre apoyando a los que lo dan todo en los partidos y en los entrenamientos, a los que saben estar por encima de los problemas y ser buenos profesionales. Si miramos a otro lado, estamos perdidos.
P. Y en casa, ¿qué? Porque vivir situaciones límite en el vestuario es una cosa, pero luego llega la vida real. Y los que sois de Córdoba, con más motivo.
R. Hombre, claro. Nosotros somos personas normales, con los problemas que tiene todo el mundo y con nuestras relaciones de familia, de amigos... Claro que se nota. Hay una cosa particular en nuestro trabajo y es algo que lo marca. El fútbol es una pasión. La viven quince mil almas cada domingo en El Arcángel y nosotros, desde el campo, somos los que tenemos la responsabilidad de darles una alegría. El fútbol es una profesión en la que no trabajas solo para ti, sino para que esas personas sean felices. Y entre esas personas, en mi caso, están muchas a las que conozco desde pequeños y con las que convivo. Es muy bonito y muy importante. Eso nos motiva. Trabajamos para ellos porque si son felices es que nosotros lo estamos haciendo bien.
P. ¿Te va el papel de capitán?
R. Sí, me hago a ese papel. He sido también capitán en otros equipos, pero serlo del Córdoba es lo máximo. Fíjate que yo he estado aquí desde chico y ahora... Todo lo que sea ayudar a la gente a sumar, a solucionar problemas, es algo que asumo. Yo estoy para echar una mano a los compañeros. Lo de capitán, más que una figura de mando, lo veo yo como una oportunidad para apoyar a los compañeros y ver lo que necesitan.
"Yo disfrutaba mucho con mis primos en las gradas, animando al equipo. Ellos siguen viniendo a cada partido y yo, que era un chaval al lado de ellos, estoy ahora en el campo con la camiseta del Córdoba y siendo capitán. Imagínate"
P. ¿A los canteranos os cuesta todo un poco más? Tú te fuiste en su momento. Otro compañero como Javi Lara, también capitán ahora, estuvo más de diez años con la maleta hasta que regresó a El Arcángel.
R. Es orgullo. Yo siempre lo he dicho: ser capitán de un equipo es una responsabilidad extra. Y serlo en el Córdoba, que es mi equipo... Cómo podría decirte, es algo muy especial porque tiene un valor superior. Yo soy de aquí, como todos sabéis, igual que Javi Lara, y para nosotros llevar el brazalete de capitán es algo que nos enorgullece muchísimo.
P. Tú has estado sentado como aficionado en esta grada muchas veces, además.
R. Muchísimas veces. Mis primos, que son aficionados y vienen siempre a ver al Córdoba, me traían al fondo cuando todavía estaban las pistas de atletismo. Yo disfrutaba mucho con ellos en las gradas, animando al equipo. Y a día de hoy ellos siguen viniendo a cada partido y yo, que era un chaval al lado de ellos, estoy ahora en el campo vestido con la camiseta del Córdoba y siendo capitán. Imagínate. Eso es muy grande. Se me pone hasta la piel de gallina cuando lo estoy diciendo.
P. Para la gente de aquí es una carrera de fondo. Me acuerdo de haberte visto jugar en la selección cordobesa de cadetes junto a una generación de futbolistas muy buenos. La mayoría se quedaron en el camino. No es fácil. No es solo tener talento, ¿verdad?
R. Al final, yo creo que hay que cumplir muchos requisitos. No es solamente ser bueno jugando. Tienes que estar en el momento adecuado, que la persona que en ese momento esté en el banquillo confíe en ti, que cuando salgas al campo ese día en concreto estés acertado... Y luego, una vez que te dan la oportunidad y te sale bien, persistir para no caer. No solamente es jugar al fútbol. Son muchas cosas las que influyen y no hay reglas fijas. De mi generación, como tú dices, ha habido muchos jugadores de calidad y por desgracia hemos sido muy pocos los que hemos podido llegar a ser profesionales.
P. Lo de ser futbolista no es solo darle patadas decentemente al balón.
R. No te sirve de nada si sabes hacer solamente eso. Pero como en cualquier faceta de la vida. No puedes ser talentoso solo para una cosa. Luego está el trabajo y la persistencia. A todo el mundo le puede salir un día bueno o dos, pero con eso no vas a vivir. Hay que demostrar constantemente. Y superar los días malos, que también los tienes. Como en cualquier trabajo. El fútbol no es tan distinto. Y, por supuesto, tener esa pizca de suerte que siempre se necesita.
"De mi generación ha habido muchos jugadores de calidad y por desgracia hemos sido muy pocos los que hemos podido llegar a ser profesionales"
P. Como la de encontrar un entrenador que te dé cancha. En tu caso fue Lucas Alcaraz.
R. Sí, subí yo y también Fuentes, Pascual... Toni subía de vez en cuando. La verdad es que ese año fue bastante completo para la cantera, porque había unos pocos que íbamos asomando la cabeza.
P. Era la temporada 10-11 cuando debutaste con el primer equipo.
R. Sí, no lo olvidaré nunca.
P. En Copa del Rey, contra el Deportivo de La Coruña. En el equipo gallego estaba Aythami, ahora compañero y también capitán este año en el Córdoba. Hay que ver las vueltas que da el fútbol.
R. Lo bonito del fútbol es esto, los recuerdos. Te quedan los amigos que haces y los buenos momentos. El debut nunca se olvida porque solo pasa una vez en la vida.
P. Que la gente de acuerde también debe ser reconfortante.
R. Claro que sí, siempre es importante eso. Ese día de la Copa lo recuerdo con grandes sensaciones. Aquí sacamos un resultado bueno [hubo empate a uno] y llegamos a Riazor con bastantes posibilidades. Allí hicimos un gran partido, con la mala suerte de que nos metieron al final un penalti [una mano de Jonathan Sesma con 0-1 que llevó el partido a la prórroga, donde los blanquiverdes cayeron por 3-1], aunque creo que dimos la cara y la afición lo supo agradecer. Fue una eliminatoria que nos dio mucha moral a todos a pesar de que no logramos sacarla adelante.
P. Y después de ese verano llega Paco Jémez. No eran tiempos sencillos. Hubo un ERE, despidos, salidas de jugadores de Córdoba, el club en concurso de acreedores, el desembarco de Carlos González... Un periodo de bastante convulsión, que igual te recuerda al actual un poco.
R. Sí, fue también un año atípico. Y lo bonito del fútbol es que no sabes lo que te puede deparar. Hay equipos que salen con expectativas muy altas y luego no se cumplen. Yo firmo ahora mismo, y ojalá se cumpla, que sea un año igual que aquel de Paco Jémez. Fue una temporada en la que todos disfrutamos mucho. Parecía que el equipo era de recortes, de descartes... Formamos una familia y jugábamos como se juega con los amigos. Eso es una sensación muy bonita porque la notas en el campo, en la grada y en todas partes. La alegría se contagia. Es lo mejor para un futbolista. Divertirte en el campo y que la afición también se divierta.
"Hay que demostrar constantemente. Y superar los días malos, que también los tienes. Como en cualquier trabajo"
P. Todo el mundo se revalorizó. Futbolistas que venían de Segunda B acabaron en Primera División al poco tiempo... A ti también te tocó. Al año siguiente, con Rafa Berges, estuviste media temporada y en enero firmaste por el Zaragoza.
R. Bueno, fue raro.
P. Hubo cierta polémica.
R. Es que ocurrió todo muy deprisa. Mi traspaso al Zaragoza se hizo todo en un día. Si te digo la verdad, todo futbolista quiere vivir la experiencia de jugar en Primera División porque es lo que soñamos desde niños. Pero lo mío es que fue muy rápido, con una situación rara. No me dio tiempo a despedirme de nadie. Ni de la afición, ni de los compañeros... Bueno, me quedo con lo bonito de haber debutado en Primera, aunque fue poco tiempo porque ese mismo año se descendió.
P. Cumpliste un reto, pero viviste la parte más fea del fútbol: un descenso. Y además, en un club histórico como el Zaragoza.
R. Después de dar el paso, que te peguen un batacazo así es duro. La afición de Zaragoza es muy grande. No estaban acostumbrados a estar así porque han visto a su equipo entre los mejores de España, en competiciones europeas, ganando títulos... Era difícil y duro el día a día. Es una afición de diez y entiendo su malestar porque ves cómo tu equipo va cayendo y no te gusta, sufres y protestas. Pero a mí siempre me trataron bien y me traje grandísimos recuerdos de aquel club y, sobre todo, de su afición.
P. Desde que te fuiste, tu nombre ha sonado cada verano -y también en el mercado de invierno- como posible regreso al Córdoba. Siempre se habló del retorno de Fernández. ¿Cómo vivías eso?
R. Parecía una novela. Me llamaban familiares y amigos y me decían: ¿Qué? ¿Vienes para Córdoba? Y yo no sabía nada. Tenía contrato con mi club, pero salía en los periodicos. Muchas veces no fue verdad, pero otras veces tengo que admitir que yo sí di el paso de querer venir, pero por las circunstancias no se pudo hacer.
P. Cuando saliste desde el Zaragoza hacia el Oviedo fue el momento en el que más cerca estuviste. De hecho, se daba tu fichaje por cerrado aquí.
R. Ahí es cuando estuvo más cerca. Mira, nunca lo he contado pero te lo voy a decir. Mira si estaba seguro de que iba a venir a Córdoba que mandé para acá el camión con la mudanza. Cuando no se hizo, me vi en mi casa solo con la ropa mía y la de mi mujer, lo que llevábamos puesto, sin nada más. Tuvimos que salir a comprarnos algo para vestir porque todo venía para Córdoba. Luego ya tuvimos que subir la mudanza para arriba, a Oviedo. Fue un momento duro para mí porque yo me veía aquí.
"Yo firmo ahora mismo que sea un año igual que aquel de Paco Jémez. Parecía que el equipo era de recortes, de descartes... Formamos una familia y jugábamos como se juega con los amigos"
P. ¿Por qué se rompió el trato?
R. Bueno, se metió por medio el Zaragoza y hubo mamoneos. Ellos me debían un dinero y yo lo perdoné, pero no querían que me viniera aquí por no reforzar a un rival directo, porque el Córdoba había hecho 'play off' y ellos no querían. Me exigían que cumpliese mi cesión en el Oviedo y yo quería venirme para acá, pero el Zaragoza estropeó la operación.
P. A veces los futbolistas vivís circunstancias que no podéis manejar. Y el destino te lleva a lugares que no quieres.
R. Te lo digo claro: yo siempre he querido venir. ¡Si aquí yo soy el hombre más feliz del mundo! Me siento a gusto, visto la camiseta que quiero defender, es mi campo, es mi ciudad, es mi tierra... Yo ojalá nunca me hubiera ido. Pero se juntan muchas cosas. Al final no es solo lo que quiera un futbolista. Hay cosas que influyen, factores externos que no podemos controlar.
P. Ahora ya estás aquí. Te fuiste siendo un joven y ahora regresas con familia, más asentado. ¿Has notado un cambio en el club?
R. Bueno, sí, han cambiado bastantes cosas. Aparte del campo, que ha tenido sus reformas, han cambiado cosas importantes. Sobre todo por la mentalidad de los gestores del club. Ellos quieren que este club resurja, que sea grande. Estar en un proyecto como éste es un orgullo.
P. Pero una temporada en el Córdoba es como cinco en otro lado. No paran de ocurrir episodios de todo tipo, es como una película a cámara rápida.
R. Este verano ha sido... durísimo. No nos vamos a engañar. Los que hemos vivido esto desde dentro sabemos que se han dado situaciones que no hubiéramos querido ver nunca. Ha sido todo. Yo me quedo con que el año pasado también lo pasamos fatal pero hubo gente que dio la cara por el equipo. Cuando todo estaba en contra conseguimos algo que ha sido histórico. Ahora partimos otra vez de cero. Jesús (León) y Rafa (Berges) se están partiendo la cabeza para arreglar la situación con la Liga y yo creo que lo van a conseguir, porque están insistiendo mucho y lo lograrán. Ojalá disfrutemos mucho. Que a nadie le quepa ni la más mínima duda de que los que estamos aquí lo vamos a dar todo. Si estamos quince o estamos dieciocho lo vamos a dar todo. El que esté dará el callo y defenderá la camiseta del Córdoba como este club merece. Los que estemos aquí vamos a darlo todo por defender al Córdoba.
P. En medio de la situación económica del club salió a la escena mediática tu caso: se habló de tu bajada de sueldo para abrir hueco a la llegada de fichajes.
R. En Navidad hubo problemas a la hora de inscribir a jugadores. Yo llamé al club y dije que me ofrecía a bajar el sueldo porque no quería que el Córdoba descendiera. Si yo hubiera mirado el dinero en el fútbol, igual estaba en otro lado y no aquí. Yo lo que quería era ayudar en el campo y donde hiciera falta. Si había que sacrificarse, yo estaba dispuesto. Fui el que me presté a ello, pero la verdad es que luego no hizo falta porque no vino el jugador que querían que viniera.
"Mira si estaba seguro de que iba a venir a Córdoba que mandé para acá el camión con la mudanza, pero acabé en Oviedo; el Zaragoza se metió por medio"
P. Marc Roca, del Espanyol.
R. Sí, ése era. Pero no hizo falta. Hasta ahí te puedo contar.
P. ¿Qué perspectivas le ves esta temporada al Córdoba?
R. Yo soy de los que digo que hay que ir pasito a pasito, partido a partido. Vamos a ir viendo cómo se solucionan las cosas y poco a poco. No hay que obsesionarse ni hacer cuentas. No tenemos más que recordar lo del año pasado, que arrancamos haciendo unas cuentas y cuando no nos salían empezó todo a ir peor. Hay que ser conscientes de la situación en la que estamos, pero no para lamentarnos ni quejarnos, sino para marcarnos el objetivo de manera clara. Y creo que lo mejor es no mirar más allá del siguiente partido, preparándolo como si fuera el último. Y así jornada a jornada. Esto es Segunda División, una categoría que es dura y donde tienes que andar listo. Al final, ni el dinero ni la historia te van a dar los objetivos que persigues. Eso se gana en el campo. Y ya te digo que ahí vamos a dejarnos todo por defender al Córdoba.
P. ¿Qué me dices del regreso de Sandoval?
R. Ha sido bueno para todos. Al final, la gente estaba frustrada por la situación y ha sido un alivio. Es un entrenador al que ya conocemos. Nos conoce bien, sabe cómo manejar al equipo y qué es lo que mejor le viene. Era el entrenador que tenía que venir.
P. Además, su llegada ha rebajado la tensión en el ambiente.
R. Sí, él sabe llevar bien la presión. El tema de la gente, de la afición, lo controla bien y eso es importante. Es un tío abierto, cercano, y eso se agradece. Si José Ramón tiene algo es que sabe exprimir a sus jugadores al máximo y eso es un plus. Sobre todo para nosotros, porque somos los primeros interesados en que el entrenador saque del jugador todo lo que cada uno tenemos.
P. En el Córdoba se cambia mucho de jefes. Desde que volviste has tenido tres presidentes: Carlos González, Alejandro González y Jesús León.
R. Nosotros estamos un poco alejados de ese tema. A nosotros los problemas que hay en los cambios de propiedad y de presidencia nos salpican, de eso no cabe duda, pero sí te digo que los futbolistas tratamos de estar alejados de eso, aislarnos y centrarnos en lo que podemos hacer: entrenar, jugar al fútbol y ganar todos los partidos que podamos. Lo demás no está en nuestra mano. Focalizamos la atención en el vestuario.
P. Pero sí notáis que hay ahora una corriente de positividad.
R. Por supuesto. Si no hubiera habido el año pasado un cambio de aires jamás se hubiera conseguido la salvación de la categoría. Eso lo tengo muy claro. Tanto yo como todo el mundo. En el estadio había una frustración muy grande y eso lo notas desde el césped. Todo iba mal y en cada partido se vivían situaciones muy desagradables. No era la mejor forma para afrontar las dificultades que tenía el equipo, porque nos metimos en una dinámica muy complicada y no encontrábamos la manera de salir de abajo. El ambiente se nota en el campo y te digo que los futbolistas nos damos cuenta de todo. A veces se piensa que estamos en una burbuja, y hasta lo decimos, pero al final te termina afectando. Si hay quince mil personas quejándose y chiflando, pues ya me dirás.
"Los que hemos vivido esto desde dentro sabemos que se han dado situaciones que no hubiéramos querido ver nunca. Ha sido todo"
P. ¿Es imposible que el Córdoba viva tranquilo?
R. Bueno, es que nunca sabes lo que el fútbol te va a deparar. Da igual que te gastes mucho dinero o poco dinero en una plantilla. ¿Quién sabe lo que puede pasar? Casi nunca se acierta y eso es lo bonito del fútbol. Ahí está su esencia. Tú no puedes estar seguro de que por manejar un presupuesto mayor vas a quedar el primero o estar antes que otro que ha tenido menos dinero para fichar. Nosotros, en ese aspecto, igual somos unos de los que menos presupuesto tiene en la Liga, pero a ilusión no nos gana nadie.
P. Y siempre os quedará El Arcángel.
R. Ya se vio el año pasado. Una vez que se produjo el cambio de propiedad estaba todos los domingos lleno.
P. Al Córdoba lo conocen en el resto de España por su afición.
R. Es la seña de identidad del club. Este estadio y este público son lo máximo. Nuestros aficionados son los verdaderos héroes de todo esto, más que nosotros. Al final, hay una frase en el himno que lo resume todo: 'Para bien o para mal, mi corazón siempre será blanco y verde'. A los cordobesistas de corazón siempre los vas a tener a tu lado. Lógicamente, todos quieren que las cosas vayan bien y ver victorias, pero si no ocurre así y vienen tiempos malos, siguen viniendo. Los cordobesistan saben lo que es sufrir y por eso también disfrutan tanto de las alegrías.
P. ¿Qué esperas personalmente de esta temporada?
R. ¿Personalmente? Un año tranquilo (se ríe). Nosotros ahora mismo tenemos una mentalidad de jugar lo mejor posible y de lograr los máximos puntos, partido a partido. Se trata de sumar. No nos queramos hacer pajas mentales, con perdón, porque eso no sirve absolutamente para nada.
P. Y que esto es Segunda: puede pasar de todo.
R. Si ilusiones a la gente antes de tiempo puede ser que la hostia sea más grandes después. Entonces vamos a ir poco a poco. A ver cómo se da la situación. Va a haber tiempo para soñar, eso está claro. Seguro. Y con la ilusión de los nuevos propietarios podemos llegar lejos. Jesús (León) se parte el alma por el Córdoba. Ya habrá tiempo de años bonitos. Ahora nos ha tocado esta situación y tenemos que ser conscientes y realistas. Hay que coger el toro por los cuernos y adelante. Sabemos que tenemos quince mil personas aquí que nos van a apoyar. Estemos los que estemos. Ya seamos catorce, quince o veinte. Vamos a darlo todo por el escudo del Córdoba. Somos pocos, pero tenemos a muchos detrás para que todo vaya bien.
"Yo llamé al club y dije que me ofrecía a bajar el sueldo porque no quería que el Córdoba descendiera"
P. Si se pudiera mantener la inercia positiva del final de la temporada anterior...
R. Ojalá. Nuestro objetivo es ese. Queremos tener un contacto agradable con la gente. La afición nos empujó a hacer lo que hicimos, porque sin ellos hubiese sido imposible. Cuando ves que no puedes más y miras a la grada, con veinte mil personas, pues sacar fuerzas para seguir luchando. Así se consiguen las cosas. Unidos el equipo y la afición podremos llegar lejos. El Córdoba va a ser grande seguro, tarde o temprano.
P. Hablar ahora de Primera División puede sonar muy raro.
R. Ya lo conseguimos una vez cuando nadie lo esperaba después de 42 años. Si es cierto que luego no se hicieron bien las cosas y duró poco, pero todos tenemos que soñar en que ese objetivo está ahí y hay que pelearlo. ¿Por qué vamos a renunciar de antemano? Yo estoy convencido de que en el fútbol puede pasar cualquier cosa. Hay muchos clubes, hasta de barrios, que están en Primera. A mí me gusta ser positivo y ¿por qué no? Espero antes de retirarme poder ver a mi Córdoba en Primera División.
"El regreso de Sandoval ha sido bueno para todos. Al final, la gente estaba frustrada por la situación y ha sido un alivio"
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