Oda a la sangre blanca y verde de los hermanos Cruz
Fran y Bernardo intervinieron en el histórico curso del ascenso poniendo el acento cordobés | Ambos terminaron cedidos en Segunda y afrontan ahora un incierto porvenir
Fue el jugador cordobés que más tiempo estuvo sobre dentro del campo en la histórica temporada del retorno a Primera División. Francisco Cruz Torres (Córdoba, 1991) despachó 33 encuentros (2134 minutos) y se convirtió, por la vía más natural, en una presencia simbólica para una afición tradicionalmente húerfana de referentes locales. Fran, el chico que se crió en las categorías inferiores, conseguía cruzal el umbral que separa lo anecdótico -hay varios canteranos que picaron minutos en el primer equipo sin continuidad- de lo estable. Con 22 años, era un joven defensa central incrustado en medio de una trinchera de veteranos -Bouzón, Bravo, Luso- que no sólo no desentonaba sino que, al contrario, adquiría un rol cada vez con mayor peso. Su nombre se asoció al Betis o al Levante. Por ahí fuera le querían. Aquí también. O eso parecía.
El segundo en el ranking de cordobeses protagonistas en la campaña del salto a la elite fue Bernardo, el pequeño de los hermanos Cruz, que con 20 años intervino en 15 partidos de Liga (1.280 minutos), dos de Copa y repartió sus esfuerzos con el filial de Segunda A, donde fue clave en la agónica y brillante permanencia a las órdenes de José Antonio Romero. Ahí, en el vivero de la Ciudad Deportiva (o El Arcángel, El Fontanar, El Carpio o donde se tercie), había promesas descollantes como Dani Espejo, Rafa Gálvez, Adri Cuevas, Mendi... Pero los hermanos Cruz eran los nombres que más relucían, los reyes de la 'quinta'. En poco más de un año pasaron de militar en Tercera a conquistar un ascenso a Primera. La afición estableció con ellos un vínculo emocional que se dejaba sentir en cada cita.
Fran y Bernardo, los hermanos Cruz, vivieron el sueño inimaginable del ascenso del club de su tierra, en el que se formaron desde sus inicios, a la Primera División. Inmediatamente después, recibieron la noticia de que sus servicios no eran necesarios. Al menos, de momento. Pedro Cordero advirtió cuando aún volaba el confetti de las celebraciones que habría que tomar “medidas impopulares”. Se refería a asuntos como éste. A Fran le enviaron al Alcorcón, mientras que a Bernardo le buscaron destino en el Racing de Santander. ¿Qué les ocurrió después?
El mayor no gozó de la confianza de Pepe Bordalás y apenas disputó 12 encuentros de Liga en Segunda A -nueve de titular- y uno de Copa, el único que jugó el Alcorcón en el torneo del KO -cayó eliminado ante el Lugo-. Algo más, no mucho, jugó Bernardo en un turbulento Racing de Santander. Actuó en 16 partidos, 12 de ellos como titular, y sintió en carne propia la lacerante experiencia de un descenso en los últimos minutos de la jornada final. Con 21 años, Bernardo ha vivido un ascenso a Primera, una salvación 'in extremis' y un descenso. Todas las sensaciones posibles para la amplia mayoría de clubes “normales” -saquen de ahí a los dos grandes- del espectro nacional comprimidas en doce meses electrizantes.
Un año después, su porvenir como blanquiverdes es incierto. A Fran Cruz ya le han dicho, a través de su representante, que el club no cuenta con él para su proyecto de ascenso en Segunda. “Ya sufrí un palo en su momento pero éste ha sido aún peor”, ha reconocido el futbolista, que tiene dos años más de contrato en El Arcángel y persiste en su empeño: “Quiero triunfar en mi casa”. Bernardo, inmerso en sus estudios de Empresariales, anda en época de exámenes y desconectado del fútbol por unos días. Él también recibirá la llamada de la entidad para comunicarle cuáles son los planes. De momento, ambos han cerrado una temporada frustrante. El lunes, 22 de junio, Fran cumple 24 años. El destino quiso que precisamente el día de su aniversario fuese el mismo en el que el Córdoba CF, su equipo, logró acabar con un desierto de 42 años para irrumpir, con la banda sonora del caos de Las Palmas, en la Primera División.
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