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Jorge García, sello cordobés para cinco ascensos a la ACB

El Autocid Burgos, con el cordobés Jorge García, festeja el ascenso a la ACB. FOTO: FEB

Paco Merino

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El jugador hace historia con el Autocid de Burgos al firmar un nuevo salto a la élite en una carrera repleta de gestas con clubes modestos

Aplaudía, gritaba y agitaba la bufanda sobre su cabeza con esa sensación de felicidad y plenitud que proporcionan las hazañas deportivas. En el balcón del Ayuntamiento de Burgos, rodeado por sus compañeros y observando a miles de aficionados que se apiñaban en la Plaza Mayor, Jorge García se dejaba llevar por la inercia del triunfo. Extenuado y orgulloso. Sintiéndose un héroe. Como si fuera la primera vez. Pero no. No era la primera ni la segunda. El ala pívot cordobés acaba de firmar este pasado fin de semana el quinto ascenso a la Liga ACB de su trayectoria. Lo ha hecho formando parte del Autocid Ford de Burgos, un club de medios modestos y pocas raíces en el baloncesto de élite. De hecho, jamás tocó el cielo de la máxima categoría profesional. Hasta que ha llegado García, apellido común para un tipo con una cualidad extraordinaria, más allá de las que pueda demostrar -que son muchas- sobre una pista. Talismán es la etiqueta clásica para esta clase de jugadores cuya simple presencia lleva aparejado el éxito del grupo al que se integran. Apareció este verano en Burgos y diez meses después forma parte de la leyenda del club y de la memoria colectiva de una ciudad que siempre le recordará como uno de los protagonistas de una gesta deportiva inédita.

A sus 36 años, Jorge García Navea presenta un expediente impactante: ascendió a la ACB con el Alicante (1999-00 y 2008-09), Bilbao (2003-04) y Fuenlabrada (2008-09), además de con el Burgos. Con el club de El Plantío añadió a su palmarés una Copa Príncipe de Asturias, título que también obtuvo con el Fuenlabrada (2004-05). Lleva más de 400 partidos en la segunda categoría española, donde es uno de los clásicos tras haber militado en el Cajasur Córdoba, Lucentum Alicante, Baloncesto León, Bilbao Básket, Fuenlabrada, Navarra y Burgos. Cuando le hablan de decir adiós, responde con la misma contundencia con que se emplea en la pista. “Físicamente me encuentro muy bien, disfruto mucho entrenando y jugando ya que estoy compitiendo al máximo nivel en uno de los mejores equipos de la Adecco Oro, mientras sea capaz de mantener este ritmo seguiré sobre las canchas”, declaraba a la web oficial de la FEB en una entrevista a propósito de su ingreso en el top 3 de jugadores en activo con más partidos en la competición. Los otros dos son Julio González -uno de los júnior de oro en la generación de Pau Gasol, Felipe Reyes, Juan Carlos Navarro...- y Alejandro Alba. La razón por la que el cordobés no es el primero es sencilla: ha formado parte de la ACB durante seis de las 19 campañas que lleva como profesional.

La victoria conseguida el pasado viernes ante el River Andorra (76-68) supuso el mayor éxito jamás logrado por el Autocid Burgos, que se ganó su derecho a formar parte de la competición que se promociona como la mejor del mundo después de la NBA. ¿Y cuál será el futuro de Jorge García? Las aspiraciones del cordobés pasan por desafíos inmediatos, con un alto componente sentimental. “A medida que van pasando los años te vas olvidando de los objetivos individuales y piensas cada vez más en el grupo. Ahora sólo pretendo jugar lo mejor posible y aportar el máximo a mi equipo para conseguir objetivos de los que muchos jugadores no pueden presumir”, confiesa el jugador a FEB.es. Jorge ha patentado su propio sello en el campeonato. Siempre suma. Siempre está donde hace falta sin que se le tenga que apremiar para ello. Eso lo dan la actitud y la experiencia.

Aquel chico de 2,04 al que obligaban a pelearse con los americanos debajo del tablero en su época inicial en el Cajasur de Córdoba ha ido puliendo su estilo hasta modelar un versátil ala-pívot, con excelentes porcentajes de acierto en el triple y una inteligencia en la cancha que hace mejores a sus compañeros. El destino ha querido que su última victoria tenga un nexo fundamental con la que abrió el camino. Su primer ascenso a la ACB lo logró en Alicante, con Andreu Casadevall en el banquillo. Fue en el 2000, teniendo como compañeros, entre otros, a un tal José Manuel Calderón que hoy es estrella de la selección española y de la NBA. Aquel año en Alicante fue crucial en su vida. Maduró como jugador y conoció a la que hoy es su esposa. En aquellos duros play offs tuvo que cruzarse, y eliminar, al club de su tierra, el Cajasur de Rafa Sanz y Joe Alonso, la formación más competitiva de la historia de un club que inició ahí su declive al tiempo que Jorge García vivía su despegue. Andreu Casadevall, el mismo que le concedió la oportunidad de proyectarse hace más de un decenio, le llamó este verano para enrolarse en el Burgos. Sabía bien lo que Jorge podía dar. Y el cordobés no le decepcionó. Ahí está el resultado. Otra vez campeón. Otro salto a la ACB. Ya van cinco. Y, por cierto, lo de volver a Córdoba lo tiene en sus planes. Los aficionados pensarán, obviamente, si lo hará para jugar. “Si hay un equipo al que ayudar a subir...”, dejaba caer, enigmático, en una red social. De momento, sólo hay algo claro: Jorge García es de ACB.

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