Los hermanos Gasol, de Vista Alegre al Madison
Pau y Marc protagonizarán un acontecimiento histórico siendo titulares en el All Star de la NBA en Nueva York | Córdoba fue escenario de su primer encuentro juntos como internacionales: un España-China en 2006 camino del Mundial de Japón
Un poco gordo sí que estaba. Tenía 21 años, el pelo largo y una perilla bien perfilada. Había destacado en un instituto americano y después recaló en el Barcelona, donde no dejaba de ser una pieza residual. El exigente Dusko Ivanovic apenas le daba relevancia en sus rotaciones. Ganó la Liga ACB 05-06 con los azulgranas, pero el grandullón siempre estaba en la parte de atrás de las fotos. Esperando su momento. Todos miraban raro a ese tal Marc cuando Pepu Hernández le llamó como invitado para la selección española, junto a Jordi Trias y Edu Hernández Sonseca. Era el hermano de Pau Gasol.
Julio de 2006. La selección española llega a Córdoba, un lugar perdido para el baloncesto de elite donde la expectación popular se desborda para asistir en vivo a un amistoso ante China, el primero en una gira de encuentros preparatorios para el Mundial de Japón. En el Palacio Municipal de Deportes Vista Alegre y sus aledaños se masca el aire caliente del verano andaluz. Lo de la ÑBA empezaba a calar en los corazones -y en los bolsillos- de los fans, que se agolpaban vestidos de rojo en las puertas de entrada desde varias horas antes. Las escenas de histerismo juvenil se prolongaron desde la sesión de entrenamiento a puerta abierta hasta el partido, una pachanga cualquiera revestida por una parafernalia digna de los mejores espectáculos de rock. En la pista, Pau Gasol. Un jugador respetado ya en la NBA, donde había impactado desde su irrupción en 2001 con la joven franquicia de Memphis. Y también su hermano Marc. Sí, el chico pasado de peso que pugnaba por coger la plaza que había dejado libre Fran Vázquez, que se marchó unos días antes de la concentración en San Fernando quejándose de dolores en la espalda. Pau y Marc. Juntos en la selección. Por primera vez. En Córdoba.
Era difícil no pensar que estaba ahí por ser quien era. “Marc Gasol no es un jugador que sustituya a Fran Vázquez. Nos tiene que ayudar en los entrenamientos y espero que llegue a esta concentración con toda la ilusión que debe acompañar a un joven que llega a la selección nacional”, explicó Pepu Hernández. Hubo ciertos comentarios malévolos a propósito de un “enchufe” filial por parte de la estrella de la NBA y alguna crítica que no llegó a más porque la corriente de optimismo en aquel tiempo era brutal. Pau, que no estuvo en el Europeo de 2005, volvía a jugar con España como líder de una generación monumental. La mejor de todos los tiempos. Eso se intuía -estaban los héroes del Mundial Junior del 99-, pero no se certificaría hasta después.
Córdoba. Día 1 de una nueva era. Debut oficial en el banquillo de España de Pepu Hernández y retorno del gran Pau. Los casi 5.000 espectadores que abarrotaban Vista Alegre -lleno hasta el último rincón de las escaleras- concentraban su atención en el ídolo local, Felipe Reyes, que repartió abrazos, autógrafos y, finalmente, despachó una actuación muy lucida ante la pobre China, resignada a su papel de sparring. No estaba su gran estrella, el gigante Yao Ming -figura en la NBA con los Rockets por entonces y lesionado ese día-, pero seguramente hubiera dado igual. Aquel grupo tenía algo mágico. Más allá del descomunal talento de sus integrantes y de sus incontenibles ganas por hacer historia se detectaba -y se vendía como marca de éxito- un sello de naturalidad y cercanía. Te destrozaban con una sonrisa. Aquella noche en Córdoba fue especial para mucha gente. La selección aniquiló, como estaba previsto (96-49) a China. Felipe Reyes, con su familia en la grada, protagonizó una actuación eficaz y emocionante (16 puntos y 5 rebotes en 23 minutos). El jefe de todos, Pau Gasol, firmó 10+9 y se compinchó con Navarro (13) y Garbajosa (18) para pasar por encima del débil equipo oriental, que padeció las diabluras de emergentes artistas como Rudy Fernández o Sergio Rodríguez. ¿Y qué pasó con Marc?
El día de su estreno con España, Marc pasó desapercibido. Estuvo once minutos en la pista y no hizo un solo lanzamiento en juego. Tiros dos libres y erró en ambos. Perdió un balón, hizo una falta y repartió tres asistencias. Ahí dejó la pincelada de una de las principales armas de su nutrido arsenal. “Es una mezcla de Magic Johnson y Arvydas Sabonis”. Así le retrataban esta semana en la prensa. Sí. A Marc. Todo ha cambiado para el chico algo orondo que llegó a Córdoba en 2006 con la etiqueta de hermano de Pau. Hoy es señalado como uno de los mejores pívots -¿el mejor?- en el mapa de la NBA.
El resto de la historia ya la saben. Pepu Hernández se quedó con Marc y descartó a Edu Hernández Sonseca y Jordi Trias. El madrileño está jugando ahora en los Bucaneros de La Guaira, de la liga de Venezuela, y el catalán forma parte del River Andorra Morabanc en la ACB. España fue al Mundial de Japón y se coronó por primera vez campeona del mundo tras ganar todos sus partidos y dejar una lección memorable de estilo y compromiso. Pau se lesionó en la semifinal contra Argentina y no pudo estar en el partido por el título, ante Grecia. Su hermano Marc salió a la pista del Saitama Super Arena y ofreció un recital defensivo brutal para contribuir al triunfo español por 70-47. La imagen de los dos abrazados, con sus medallas al cuello, quedó grabada en la memoria de millones de aficionados. Ahora, casi nueve años después, podrán añadir otra escena al imaginario del basket español.
Este fin de semana, Pau y Marc se convierten en la primera pareja de hermanos no estadounidenses -sólo tienen este récord los Van Arsdale, en 1971- que disputan un Partido All Star de la NBA. Ocurrirá en un escenario emblemático, el Madison Square Garden de Nueva York. Los dos atraviesan un momento dulce en su carrera. Pau es un reputado veterano de 34 años, con catorce temporadas como profesional en la Liga a sus espaldas, cinco presencias en el All Star y dos anillos de campeón con los Lakers. Este verano fichó por los Chicago Bulls y su estrella brilla como nunca. Promedia dobles figuras en puntos (18,7) y rebotes (11,4) y ha firmado actuaciones memorables, como la del pasado 10 de enero contra Milwaukee Bucks: 46 puntos y 18 rebotes.
El pequeño, con 29 años, es considerado el pívot más dominante de la NBA. Con una media de 19,3 puntos y 8,2 rebotes por partido, Marc ya estuvo en el All Star en 2012. Es el alma de los Memphis Grizzlies. Fue nombrado mejor defensor de la liga el año pasado y dentro de poco se convertirá en agente libre. No le faltarán pretendientes. Que haya dos españoles en un All Star ya es todo un acontecimiento. Que, además, sean hermanos convierte el hecho en algo seguramente irrepetible. Este domingo, en el Madison Square Garden de Nueva York, los Gasol escenificarán un hito para el baloncesto español. Jamás dos jugadores de un mismo país fuera de Estados Unidos habían salido como titulares en el Partido de las Estrellas. Lo mejor de este final feliz es que no es el final. Aún quedan algunos capítulos más de una historia que comenzó, mire usted por dónde, en Córdoba.
0