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Ekeng, el hombre sin suerte

Ekeng, en la presentación del Córdoba esta temporada | ÁLVARO CARMONA

Paco Merino

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El cordobesismo se conmociona por la muerte del camerunés, de 26 años, que jugó en Primera División con los blanquiverdes

La imagen, horrible, está dando la vuelta a todo el mundo a través de la televisión. Patrick Ekeng ha muerto sobre el césped de un campo de fútbol, el escenario en el que soñaba con triunfar desde que era un niño en Yaoundé, la cuna de otros compatriotas que triunfaron en Europa como Tommy N'Kono, Roger Milla, Achille Emaná... El cordobesismo le recordará como uno de los componentes del equipo que militó en Primera División en la única temporada en los últimos 44 años. El club descendió. Ekeng jugó sus últimos minutos con la blanquiverde en El Arcángel, ante el Barça de Leo Messi. Un final bello si no fuera porque aquella tarde los azulgranas vencieron por 0-8 y certificaron la salida del Córdoba de la élite del fútbol.

El primer camerunés que marcó un gol en la historia del Córdoba no tuvo suerte. Dentro de todas las experimentaciones y variantes que realizaron los técnicos del Córdoba, no encontró nunca un resquicio para mostrarse. Capaz de desenvolverse en distintos puestos del campo -salió como mediocentro defensivo, media punta y hasta interior derecho-, Ekeng se dejó ver como un futbolista físico y fogoso, tácticamente desordenado, atosigante en la marca y solidario. Una etiqueta no excesivamente atractiva, pero superior a la que pudieron presentar otros miembros de la plantilla que no pasaban de ser figuras decorativas o, directamente, elementos que restaban.

Ekeng jugó un total de 13 partidos de Liga, logrando un gol (en Getafe), y otro más de Copa, en Granada. Allí, en Los Cármenes, empezó a labrarse su leyenda negativa. Fue expulsado en el minuto 71 por Teixeira Vitienes tras doble amarilla por faltas. Sus pérdidas de papeles le hicieron ganarse una fama de poco fiable.

Ya en el debut del Córdoba en Primera en El Arcángel, ante el Celta (1-1), vio una tarjeta amarilla. Vio amonestación en tres de sus primeros cuatro partidos con el equipo, donde no llegó a cuajar como titular con Albert Ferrer. El catalán lo dejó en la grada el día en el que lo despidieron y su sustituto, Djukic, lo puso de titular en su estreno frente a la Real Sociedad. Lo sacó a los 54 minutos y no se acordó de él hasta un mes después. Le alineó cinco partidos seguidos, en la mejor racha del ex jugador del Laussane Sport suizo. Fue una de las claves en el Córdoba-Granada (2-0), la única victoria blanquiverde en El Arcángel durante el curso 14-15. Ahí tocó techo.

Su convocatoria con Camerún para la Copa de África -donde no llegó a debutar- le mantuvo todo el mes de enero fuera del Córdoba. Su regreso fue desgraciado. Djukic le sacó en el segundo tiempo supliendo a un inoperante Zuculini en el Sánchez Pizjuán, donde los blanquiverdes eran sometidos con claridad por el Sevilla. El camerunés sólo estuvo ocho minutos en el campo antes de que Bikandi Garrido le enseñara la tarjeta roja por una dura acción con Vitolo. Le cayeron dos encuentros de sanción. Después de aquello nada fue igual.

Djukic recurrió a él en sus dos últimos partidos al frente del Córdoba. La dolorosa derrota casera frente al Getafe (1-2) y la primera parte en Málaga (2-0), donde fue sustituido por Florin. La etapa de Romero la vio desde la grada hasta el día en que llegaba el Barcelona. El día del descenso. Estuvo 32 minutos sobre el césped de El Arcángel. Lo volvió a pisar de nuevo el día de la presentación oficial de la Liga 15-16, la actual. Pero Oltra no contaba con él. El valenciano no consideró suficiente su aportación en el período de concentración en Campoamor y el camerunés dejó un club al que llegó avalado por Albert Ferrer. Con un año más de contrato, el ex jugador del Lens francés y el Lausanne suizo se desplazó a la concentración de pretemporada y jugó ante el Orihuela y el Torrevieja, pero desapareció desde entonces. Para el siguiente ensayo ante el Linares no fue ni convocado. Tampoco después contra el Sevilla Atlético. El camerunés se encontraba en la rampa de salida. Tras el stage en tierras alicantinas, fueron más las ausencias que se le contabilizaron en las sesiones en la Ciudad Deportiva Rafael Gómez que las jornadas de trabajo junto al resto de compañeros, que ya dejaron de serlo.

El fichaje de Sasa Markovic y la continuidad de Luso no jugaron a su favor y el club intensificó, dentro de ese panorama, la búsqueda de una salida para el camerunés. Sus problemas de adaptación, evidentes desde su llegada por la barrera del idioma, se agudizaron con los malos resultados del equipo y su difícil situación personal. Sin embargo, el futbolista tardó en abandonar la disciplina blanquiverde e incluso vivió la extraña circunstancia de formar parte del acto de presentación y de la foto de familia del equipo. Cuando llegó la hora de saltar al césped, a él le mandaron a la grada. En enero, con la apertura del mercado, fichó por el Dinamo de Bucarest. Le costó hacerse con el puesto. Después de mucho tiempo, llevaba dos partidos consecutivos jugados por completo. Este viernes, en el estadio Dinamo, con su equipo peleando por el liderato, Patrick Ekeng falleció por un paro cardíaco.

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