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El corazón del guerrero

Juanjo Narváez celebra su gol en Alcorcón | LOF

Paco Merino

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Son las dos estrellas del mercado invernal. Llegaron para dar luz a un Córdoba decadente y enmohecido, que pegaba palos de ciego al aire mientras recibía por todos lados. Juanjo Narváez y Aythami Artiles firmaron los goles en Santo Domingo, donde el cordobesismo respiró con fuerza el aire especial que impregna las victorias trascendentes. Está vivo y con ganas de hacer más. La presión está ahí, pero el miedo ya no atenaza. “Un partido así lo hubiéramos perdido antes”, admitió en la zona mixta el central blanquiverde. El equipo encajó un tanto a los tres minutos. Hasta hace una semana, jamás había remontado un partido. Había ganado por última vez fuera en agosto del año pasado. Esta vez todos se aliaron para decir basta. “Somos once guerreros representando al Córdoba y tenemos que dejarnos la piel los noventa minutos”, concluyó Narváez. Los cuatrocientos seguidores que se desplazaron a Alcorcón cumplieron su parte del trato. Y todos felices.

“Sabemos que tenemos que sumar de tres en tres y estamos también muy contentos por la afición. La situación no nos permite margen de error”, admite el delantero colombiano, que ha llegado en calidad de cedido por el Betis. Esta misma temporada debutó en Primera División y ahora ayuda a un club a no irse a pique en Segunda B. Un desafío imponente. “Sabemos, porque nos lo ha dicho el míster, que aunque vayamos por debajo tenemos un gran equipo”, apunta, en un intento de elevación de la autoestima colectiva que ahora puede funcionar mejor: al discurso se unen los resultados. Dos victorias consecutivas suenan a gloria en el Córdoba.

A Aythami, que llegó para ser el jefe de una defensa en entredicho -la más vulnerable de toda la categoría-, el panorama del Córdoba le ofrece esperanza. “Esto es lo que toca”, dijo ante los periodistas a propósito del sufrimiento para obtener el triunfo y el estilo que enseñó en el campo. “Es cierto que no jugamos bonito, pero jugamos bien, sin parar de luchar”, ha recaldado el canario, quien celebró su gol con justificado exceso. La ocasión lo merecía. Eran ya seis meses sin una victoria que echarse a la boca para una afición indomable. “Han estado increíbles desde que yo llegué a Córdoba. Seguramente el próximo domingo vendrán muchos. Ellos nos están dando y nosotros lo estamos intentando devolver, estoy feliz por todo”, dijo el defensa.

“Ellos tienen la línea en el área, doy tres o cuatro pasos, le digo a Reyes que me la ponga ahí y me la pone ahí”, explicó sobre la jugada del 1-2. Luego tocó defender con todo hasta el éxtasis final. “Ya no vale jugar bonito. Lo que importa es el resultado. Recortamos puntos a los de arriba, conseguimos una segunda victoria consecutiva y vamos a por la tercera”, resumió. El catecismo para un aspirante a la salvación.

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