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Córdoba CF
Del 'puta Córdoba' en el Johan Cruyff al 'puta Cataluña' en la vuelta: la peor cara del 'play off' de ascenso

Jugadores del Córdoba CF celebrando el ascenso en Las Tendillas

Cristian López / Jesús Ventura

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Son muchas las anécdotas que ha dejado el play off de ascenso a Segunda División. Infinidad de momentos, la mayor parte de ellos positivos en clave blanquiverde, entidad que logró finalmente el objetivo de promocionar. Y pese a que lo cierto es que la eliminatoria entre el Córdoba CF y el FC Barcelona B no ha estado tan caldeada como la que disputaron el Málaga CF y el Nástic de Tarragona en el otro lado del cuadro, la cual ha dejado rastro con un acta arbitral cargada de polémica y un comunicado posterior de la escuadra catalana no menos discutido, la cual acabó cayendo en la segunda mitad de la prórroga pese a tener una ventaja de dos goles al inicio de la misma. Pero lo cierto es que también ha tenido episodios para el olvido. Al margen de la celebración y la jornada festiva que vivió la ciudad este lunes, el play off de ascenso también ha tenido una cara oscura.

En este sentido, las temperaturas para el cruce entre blanquiverdes y azulgranas fue creciendo desde días antes del inicio del partido, cuando se confirmó que el filial barcelonista únicamente iba a enviar unas 150 entradas para la afición cordobesa. Y aún así, todo parecía desarrollarse bajo un clima de cordialidad y respeto en la previa de la ida disputada en el Estadio Johan Cruyff.

Los cordobesistas desplazados -que finalmente fueron más a pesar de que el FC Barcelona puso trabas de todo tipo para que no aumentara el número- se congregaron cerca de la instalación deportiva con un ambiente festivo, y sin ningún tipo de mala intención. De hecho, el recibimiento fue totalmente tranquilo para la afición local, incluso compartiendo algunos momentos graciosos, ya que, instantes antes de que el autobús blanquiverde llegase al recinto, muchos coches de la hinchada blaugrana tuvieron un recibimiento entre olés y cánticos.

Sin embargo, todo cambió durante la segunda parte. Una entrada de roja directa -que no vio el colegiado- de Pocho originó una pequeña tangana que se solventó con la afición culé cantando: “Puta Córdoba”, siendo coreado por los más de 5.000 hinchas que, a su vez, también cantaron: “Puta España”. Una vez finalizado el partido y mientras cordobesistas esperaban a que saliese el autobús de la escuadra blanquiverde a las puertas del Johan Cruyff, más de una decena de coches bajaron sus ventanillas para insultar a los cordobeses, incluso deseándoles que les pasase algo en la vuelta a Córdoba, además de los improperios vistos con anterioridad: “Puta Córdoba y puta Andalucía”.

Como ya se sabe, el choque de vuelta se declaró de alto riesgo, por lo que hubo numerosos efectivos de los cuerpos y fuerzas de seguridad para evitar que hubiese altercados en las gradas. Además, estaba prohibido que los aficionados llevasen vestimentas del club catalán fuera de la zona donde se ubicó a la afición visitante, que se desplazó con varias de decenas de seguidores. De hecho, la plantilla azulgrana fue recibida con cánticos y bengalas en el hotel donde se concentró en Córdoba, aunque en ese momento nuevamente bajo un clima de cordialidad, pues varios cordobesistas también estuvieron allí presentes para fotografiarse con los jugadores dirigidos por Rafa Márquez.

Sin embargo, una vez más, el ambiente se fue volviendo más cálido conforme se acercaba el partido. Durante la previa ya se escucharon cánticos de “puta Barça” en la fan zone habilitada por el club, y los jugadores del FC Barcelona B fueron recibido en un ambiente altamente hostil a su llegada a El Arcángel. La mayor parte de los aficionados únicamente trataron de silbar para intimidar a los jugadores desde antes del inicio, aunque, como ocurrió en la ida, también se escucharon numerosos insultos, incluso de índole racista, algo que no debería permitirse en ningún recinto deportivo y menos aún en presencia de menores de edad. Sea como sea, lo cierto es que durante el encuentro no hubo altercados entre aficiones, más allá de los cánticos que sonaron y que venían a responder a lo que ya se escuchó en el Johan Cruyff, tales como: “Puta Barça y puta Cataluña”.

Con todo, hay que decir que durante la misma celebración del equipo también ocurrieron hechos para el olvido y que no debieron incluirse en una festividad deportiva. En Las Tendillas hubo cánticos, una vez más, de “puta Barça”, que corearon incluso algunos jugadores del plantel califa. Uno de los futbolistas que más ha estado envuelto en la polémica ha sido José Manuel Calderón, quien durante un directo en sus redes sociales llegó a decir que se cagaba “en los muertos de todos los catalanes”. Horas después, el propio futbolista quiso pedir disculpas por dichas pelabras, a través de dos escritos que nuevamente publicó en sus perfiles.

En el segundo comunicado, ya más en frío, el jugador puntualizó que reiteraba sus disculpas, tras haber realizado unos comentarios “en medio de la euforia y la emoción del momento”, pero que, en sus propias palabras, fueron “inapropiados”, por lo que lamenta “profundamente cualquier malentendido”, ya que “mis palabras no reflejan mis verdaderos valores”.

Finalmente, hay que decir que dichas palabras de Calderón también han tenido una repercursión denunciable, y ya no solo directamente hacia el jugador, sino también hacia sus familiares. Su propia pareja ha querido hacer hincapié en las disculpas del futbolista, aunque ha denunciado a través de sus redes sociales el acoso mediante insultos y amenazas que está sufriendo a raíz de los comentarios.

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