Córdoba impulsa 'bebetecas' municipales para que menores de tres años vivan la experiencia de la lectura
Los bebés necesitan abrazos, cariño, momentos, tiempo de calidad y juegos, no pantallas. Tristemente es más que habitual pasear y ver en cochecitos a pequeños con chupete y pañal que entre sus manos tienen un móvil en el que ven sus dibujos favoritos. Ni hablemos de la estampa que cada día es más cotidiana en bares y restaurantes: adultos comiendo y menores con móviles en las manos, ya sea para entretenerse o para distraerlos mientras una cuchara o un tenedor se acercan a su boca.
Concienciar y alentar a que los padres alejen a sus hijos de las pantallas sobre las que descansa la creación de dos bebetecas en la Red Municipal de Bibliotecas de Córdoba. Con la puesta en marcha de este espacio, las mamás y los papás disfrutan de un momento de complicidad -más allá de lectura- con sus bebés. Ellos no entienden qué se les está leyendo, pero sí perciben todo lo que se genera alrededor de esos 30 minutos que dura la sesión.
“Queríamos completar el ciclo, ya que tenemos programas de lectura para jóvenes, adultos y personas más mayores, pero nos faltaba ese segmento de la población que va desde los cero a los tres años”, explica a este periódico el director de la Red, Rafael Ruiz. La primera sesión de estas bebetecas tuvo lugar este viernes, tanto en la biblioteca Fuensanta como en la de Poniente Sur. En principio, este proyecto piloto se ha llevado a cabo en estas sucursales “porque reúnen unas condiciones físicas determinadas”, ha apuntado Ruiz, como es disponer de una zona amplia y aislada acústicamente del resto del edficio para no molestar a quienes, en otra ala, puedan estar leyendo o estudiando.
En la dirección de estas sesiones está la autora de libros infantiles, narradora y monitora de teatro Carmen Sara Floriano, quien tiene experiencia en bebetecas en la Biblioteca Provincial de Huelva. El número máximo de bebés por sesión es de 12 y todos los menores deben estar acompañados, como mínimo, de un adulto. Floriano explica que participar en las bebetecas supone para los bebés “toda una multiplicidad de estímulos, ya que ellos están escuchando la voz de la mamá o del papá, un sonido que no es nuevo para ellos porque lo llevan oyeno desde que están en la barriga de la madre”.
Los juegos corporales con las manos, la música y el ritmo, junto a los bebés, son los protagonistas de estas sesiones “en las que se genera un enorme vínculo afectivo y emocional de los niños con sus padres, además, de un desarrollo cognitivo”, explica Floriano, que señala cómo, también, los niños empiezan a reconocer partes de su cuerpo a edades muy tempranas.
“Los padres deben retomar las alternativas de encuentro y de entretenimiento que siempre ha habido con los niños. Nuestras abuelas nos cantaban para que comiéramos y nos hacían cosquillas por los brazos. Momentos así son lo sque hay que recuperar”, reclama esta profesional.
Además de estos beneficios, las sesiones de bebeteca generan futuros usuarios de las bibliotecas, ya que los niños descubren ante sus ojos todo un espacio de colores, sonidos y experiencias. De hecho, explica Floriano, cuando las sesiones acaban, “hay bebés que ellos mismos cogen los cuentos y, o van a sus padres para que se los enseñan, o me lo traen a mí”.
La Red ha fijado que esta actividad se celebre el cuarto viernes de cada mes, por lo que la siguiente será el 25 de octubre. Si la demanda aumenta, este proyecto se extenderá al resto de las bibliotecas municipales, al igual que ocurre con otras iniciativas de la Red, explica Ruiz, quien señala que las inscripciones deben formalizarse en la biblioteca, para favorecer desde el primer momento el encuentro entre el usuario y este servicio público.
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