Un canto a la dignidad de la clase trabajadora
Benzema y Cristiano, en el último suspiro, doblegan a un Córdoba rebelde en su estreno liguero en el Santiago Bernabéu | Los de Ferrer dejaron un sello de orgullo ante el Real Madrid
No hubo un solo cordobesista que saliera del Bernabéu con la cabeza agachada. Eso es ganar. Dirán que es una licencia poética y que no está el tema para romanticismos. Pero es que el partido del retorno a la Primera División tenía para casi todo el mundo -equipo incluido- más condicionantes anímicos que clasificatorios. La inquietud por saber competir en uno de los escenarios más temidos del continente estaba ahí. Se supo hacer. Los aficionados reconocieron el esfuerzo y se reconocieron a sí mismos en la lucha de un Córdoba erigido en paladín de los humildes. El Real Madrid no se paseó ante el novato. No hubo goleada ni desfile militar. Los cordobesistas no se dejaron dominar. Los gestos de Cristiano tras cerrar el partido en el último instante denotaban las fatigas que el campeón de Europa había sufrido ante el recién llegado. El Córdoba ha vuelto. Ya está aquí. Y lo van a oír.
Y para empezar, una alineación agitada. Ferrer optó por reservar de inicio a dos de los jugadores que mayor impacto han causado durante la pretemporada. Fede Cartabia y Fidel, un par de reputados creativos, dejaron la primera línea de la trinchera para dejar paso a un escuadrón más curtido. López Silva apareció con galones. Quién le iba a decir al onubense cuando llegó hace tres años al club de manera casi clandestina, repudiado en el Cádiz, que iba a terminar siendo el capitán blanquiverde en el Santiago Bernabéu. O a López Garai, sorprendente titular, que por fin cata la elite a los 33 años. Son tipos con hambre. Otro tipo de voracidad que la que pueden tener los ansiosos jóvenes que el Córdoba muestra este curso en el escaparate. Hambre atrasada. Como la de Crespo, el ultimo fichaje del club, que con apenas un puñado de sesiones preparatorias fue incluido en la lista de expedicionarios y finalmente salió desde el principio para tratar de frenar a una de las mejores líneas de ataque del mundo.
En el Madrid, Ancelotti no se guardó nada. No están las cosas en el Bernabéu como para andarse con experimentos. Después de una pretemporada frustrante y con el regusto de la Supercopa de España perdida ante el Atlético, el Real salió con todo lo que tiene. Cristiano Ronaldo abanderó a una formación que salió con aires de grandeza, dispuesta a fumigar con el napalm de su fútbol a esa tropa de desconocidos vestidos de negro que comparecían en su casa con el cartel de víctimas colgado al cuello. Pero la avalancha no fue tal. Los anfitriones tuvieron más la pelota, como les correspondía, pero el Córdoba mantuvo prietas las filas y no concedió margen de maniobra a los blancos. Los cánticos desde la zona de los hinchas blanquiverdes estimularon aún más a un equipo que tuvo un despliegue físico encomiable.
A los cinco minutos, los madridistas protestaron una acción sobre Cristiano dentro del área. El portugués exageró la caída al sentir por detrás la mano de Crespo, un contacto que no justificaba el piscinazo. El árbitro dejó pasar. El Córdoba dio el primer susto con un disparo cruzado de Mike Havenaar en el minuto 7. El japonés se lo hizo pasar francamente mal a los centrales madridistas, que parecían no conocer en absoluto las condiciones del altísimo punta de sangre holandesa. Los cordobesistas lo buscaron en balones largos, pero no rifaron nunca la pelota. Se afanaron por tenerla el mayor tiempo posible y no ponérselo fácil a un Real Madrid que se acercó con frecuencia a la meta de Juan Carlos, al que exigió que se ganara el jornal con una ristra de intervenciones de mérito. El portero cordobesista se anticipó a un balón en profundidad sobre Bale y luego atajó un trallazo de Cristiano Ronaldo tras una falta ensayada con Modric. Un zapatazo de Toni Kroos desde la frontal también lo vio bien Juan Carlos. Y de las botas del alemán salió la pelota que se convirtió en el 1-0. Fue un saque de esquina al que no llegó Havenaar en el primer palo y que llegó a Karim Benzema, que la clavó en el fondo de la red con un furioso testarazo. El francés sonrió con ganas en el festejo. Llevaba cuatro meses sin hacer un tanto con la camiseta del Madrid. Antes del intermedio pudo igualar el Córdoba, pero el remate de cabeza de Havenaar en el minuto 43 salió fuera. Los cordobesistas comenzaron a cantar y sus ánimos se mezclaron con los primeros pitos en la grada del coliseo madridista. El novato estaba saliendo más díscolo de lo que se preveía.
Fede Cartabia compareció en el verde en lugar de Dani Pinillos, que se quedó en la caseta con una tarjeta amarilla. Y el Córdoba arrancó con fogosidad, robando balones en el centro del campo y atosigando a un Madrid parsimonioso. En el 48', Ryder Matos hizo trabajar a Casillas, que en su retorno a la titularidad en la Liga recibió una buena ración de aplausos. Parece que se ha terminado el debate. Con el himno del Córdoba sonando en el Bernabéu en el minuto 54, el equipo de Ferrer vivía momentos de tensión. Los locales no se sentían nada cómodos y los de negro dieron un paso adelante. En este sentido, Cartabia fue clave. El argentino es pura efervescencia juvenil. Se atreve con todo. En el 56' agarró un balón en la media y se fue por velocidad de Toni Kroos para meterla a fondo en el área, aunque Casillas llegó antes que Havenaar. El Córdoba no desentonaba en absoluto ante la corte de estrellas blancas.
Con las salidas de Fidel y de Xisco, Ferrer dio una nueva dimensión a la línea de vanguardia del Córdoba. El 1-0 mantenía en una situación de nerviosismo a la grada y al propio Madrid, que no era capaz de encontrar el modo de allanar un camino empedrado. Los blanquiverdes apretaron. Ferrer se desgañitaba desde la banda mientras los seguidores gritaban “¡Sí se puede!”. Y se pudo. Xisco marcó el gol del empate en el minuto 70, pero el árbitro anuló la acción por posición de fuera de juego del balear, que remachó un despeje de Casillas. Ancelotti sacó a Carvajal para taponar los boquetes que dejaba Arbeloa, desbordado por los extremos blanquiverdes, y dio entrada al malagueño Isco en el sitio de un desdibujado James Rodríguez. Con el Córdoba dejando una dignísima imagen, el Real Madrid respiró tranquilo con un golazo de Cristiano Ronaldo cuando el crono rozaba el final. El 2-0 en el Bernabéu queda ahí. El Córdoba ha cruzado el umbral de la Primera División con el gesto altivo del que tiene mucho que ganar. En Madrid honró el oficio y enorgulleció a su gente, que se dejó la garganta para poner la banda sonora a una cita para la historia.
FICHA TECNICA
REAL MADRID, 2: Iker Casillas, Pepe, Sergio Ramos, Arbeloa (Carvajal, 71'), Marcelo, Toni Kroos, Modric, James (Isco, 71'), Gareth Bale, Cristiano Ronaldo y Benzema (Khedira, 75').
CÓRDOBA CF, 0: Juan Carlos, Gunino, Íñigo López, Pantic, Crespo, Fausto Rossi, López Garai, Pinillos (Fede Cartabia, 46'), López Silva, Ryder Matos (Fidel, 60') y Mike Havenaar (Xisco, 66').
ÁRBITRO: Gil Manzano (Colegio Extremeño). Amonestó con tarjeta amarilla al local Benzema y a los cordobesistas Pinillos y López Garai.
GOLES: 1-0 (30') Benzema.
2-0 (90') Cristiano Ronaldo.
INCIDENCIAS: Encuentro correspondiente a la primera jornada del campeonato nacional de Liga BBVA, disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante unos 71.000 espectadores. Unos 4.000 cordobesistas en las gradas, distribuidos entre la zona reservada a los visitantes y el resto del estadio. Su aliento se dejó sentir con gritos constantes de ánimo.
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