La vulnerable realidad vigilada se edita en 'Puzle'
La nueva obra de Juan Diego Calzada es una serie de cinco episodios que reflexiona sobre la elección, la libertad y la percepción social
Vulnerabilidad. Vigilancia. Edición. Puzle, la última propuesta teatral de Juan Diego Calzada es una reflexión sobre tres conceptos que moldean la realidad de las personas y su propia percepción de la misma. Este viaje, que transita por estaciones habitadas por un erróneo sentimiento de libertad, una conciencia distorsionada del otro y un despertar de pesadilla, constará de cinco capítulos. El primero de ellos, Libertad, se desarrolla en la calle. Calzada recupera así uno de sus escenarios favoritos, como 'Emoticonos', el episodio con el que inició su ciclo de colores flúor que siguieron con 'Adolescencia' y 'Bukake'. “Si en aquella trilogía hablaba básicamente de mí, en Puzle hablo más de conceptos que me preocupan. Y no soy tan protagonista, aunque poco a poco iré cobrando más presencia”, cuenta el autor.
Como en otras piezas de Calzada, las reglas son rígidas y claras en el juego que plantea. Libertad parece ofrecer libertad. Libertad de elección, al menos. Y sí, uno es capaz de elegir. Pero solo en un universo acotado por el propio dramaturgo. Encerrado en un libreto que entrega a cada uno de los espectadores y que se compone de una serie de situaciones -algunas tan potencialmente dramáticas y violentas como neutras y ambiguas- que se han de identificar dentro de un estrecho margen de posibilidades. ¿Libertad? Libertad limitada. Y libertad vigilada, desde luego, con un Calzada que se pasea por el escenario urbano -que él mismo ha definido- armado de un trípode y una pequeña cámara de vídeo. Un elemento que tal vez sea clave para terminar - o no- de completar el rompecabezas. ¿De editarlo?
“La edición es lo que termina de componer nuestra realidad. La forma en la que la ordenamos. Y la vigilancia y la vulnerabilidad dependen de cómo editamos nosotros la realidad”, comenta Juan Diego Calzada. Como un periodista que organiza el caos cotidiano en titulares y párrafos de prensa o en entradillas y totales de televisión, los espectadores (e involuntarios actores o conejillos de indias) de Puzle tratan de explicarse a sí mismos lo que están experimentando. Porque cada elección que toman para definirse a sí mismos ante las incómodas situaciones que plantea Calzada, suelen ir acompañadas de una sorpresa: cómo han elegido los otros miembros del público. Y cuanto más cercanos sean los espectadores, más chocante resultan las elecciones y más cambia la visión que unos de otros tienen. Aunque sean íntimos.
Porque Puzle es una obra en construcción. De lo que los protagonistas de la serie elijan, de la forma en que interactúen, de las decisiones que vayan tomando o las opiniones que viertan, Puzle irá tomando un camino u otro. “Los otros cuatro episodios tratarán sobre los mismos temas. Vulnerabilidad. Vigilancia. Edición. Pero desde sus propios universos”, termina el autor. ¿Cómo terminará la serie? Si quiere averiguarlo y ser una pieza más de esta figura deconstruida cuyo final sigue siendo una incógnita, no tiene más que acudir a la próxima función. Más info aquí.
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