MÚSICA
Las dos voces cordobesas del disco de un productor que ha ganado 10 Grammy
Hasta este jueves 25 de mayo, las cantantes Esperanza y Beli Molina no habían coincidido nunca en el mismo espacio. Y es curioso, porque estas dos jóvenes voces tienen en común varios puntos en sus respectivas trayectorias: las dos nacieron en Córdoba en los años 90; las dos participaron en el programa de televisión La Voz; a ambas las apadrinó en el programa Alejandro Sanz; y, ahora, ambas son dos de las Viajeras del último disco de Javier Limón, el productor español más reputado de los últimos 20 años -suma diez premios Grammy- y arquitecto del sonido de obras tan emblemáticas como Lágrimas Negras, de El Cigala y Bebo Valdés, o Cositas buenas, de Paco de Lucía.
Cada una desde un camino que las han conducido a este punto. Las dos han coincidido en Córdoba esta semana, lo que ha permitido que charlen un rato con Cordópolis y cuenten sus respectivas experiencias a la hora de grabar con Limón, un músico que, al hilo de su nuevo trabajo, asegura que las voces escogidas para Viajeras le remiten a Chavela Vargas, Mercedes Sosa, Nina Simone o la Paquera de Jerez. Ahí es nada.
Y, entre las doce cantantes que forman parte del elenco del disco y que vienen de todo el mundo, dos son estas jóvenes cordobesas, que llegaron a figurar en este trabajo prácticamente sin saber que aquellas sesiones de grabación con Limón iban a acabar siendo el nuevo trabajo del reputado productor.
Un encuentro en Madrid a través del mánager de Alejandro Sanz
Beli, por ejemplo, coincidió con Javier Limón cuando terminó su periplo en La Voz. Fue gracias a la mediación del mánager de Alejandro Sanz, que fue quien los presentó. Limón, prendado de su voz, no tardó en ponerle tareas. De aquel encuentro salieron varios temas, de los que finalmente ha sido Olvídame, una balada con arreglos electrónicos minimalistas, el que ha acabado en Viajeras.
Hoy, la joven cantante recuerda que aquella fue una grabación exprés. “Lo hicimos todo superrápido, pero es que Javier es tan buen productor que lo hizo todo muy fácil”, rememora la cantante, a la que el propio Limón ha ensalzado públicamente en redes sociales.
“Beli, ¿me dejas hacerte un disco porfa?”. Ese ha sido el comentario que Limón ha puesto en sus redes al compartir un vídeo en el que la cantante cordobesa presenta su canción en Instagram. Sobre esta oferta, la respuesta de Beli es sonreír achinando sus ojos negros. “Cuando nos conocimos me dijo que lo que le llamó de mí la atención era el sentimiento. Me dijo que cantaba de verdad. Y que Javier Limón me brinde la oportunidad de salir en un disco suyo, vamos… Hace dos años me lo dicen y no me lo creo”, afirma la cantante, que está en estos momentos viviendo en Madrid.
Un himno madrileño grabado en Boston
Esperanza, por su parte, lleva ya casi cinco años en Boston, donde acudió a terminar sus estudios en el Berklee College of Music de Boston, uno de los centros más prestigiosos de música del mundo y donde precisamente coincidió con Limón, que es profesor de producción, composición flamenca y songwriting.
Fue en esta última materia donde Esperanza fue alumna suya. Y Limón se acordó de aquella voz dulce y cordobesa y la llamó en diciembre de 2021. “Él me vino con una canción que se llama Nardos por Madrid, que a mí me sorprendió, no era lo que esperaba. Y la grabamos en su estudio de Boston, pero yo en ese momento tampoco sabía que iba a estar en el disco”, relata Esperanza, que baña con su voz de caramelo una canción bandera para los madrileños, a la que Limón viste con arreglos marca de la casa.
De aquellos días en Boston, Esperanza recuerda la libertad que el productor le concedió: “Javier es muy generoso y da mucho espacio a la creatividad y a la libertad de los artistas”, explica la cantante cordobesa, que este sábado ha culminado su primera gira por España con su grupo Mestizas, un quinteto de mujeres formado también en la Berklee de Boston, cuyo sonido recuerda a los arreglos de jazz latino que popularizó el propio Limón a principios de este siglo.
Una corriente sin miedo
Más de 20 años después, la fórmula musical de Limón está refinadísima. Viajeras es una vuelta de tuerca a su sonido, apoyado en un grupo de mujeres 20 años más jóvenes que él, en la que percibe “una especie de movimiento sin nombre que recorre las calles de la música como individuas libres y únicas, que han creado su propio mundo sonoro”, según detalla en la nota de lanzamiento del disco.
En este sentido, Esperanza también percibe que hay una serie de barreras que se están rompiendo y por las que están entrando muchas mujeres jóvenes que no tienen miedo a tirar adelante con su propia visión de la música. Aunque advierte de que hay que cuidar el movimiento para evitar que se convierta en una moda. “Lo que pasa con las modas es que hay gente que las abandera sin saber de dónde vienen”, reflexiona la cantante.
Sea moda o un punto y aparte, Esperanza y Beli han pasado de golpe a engrosar la lista de Chicas Limón, en la que hay referentes como Montse Cortés, Mariza, Concha Buika, Estrella Morente o Alicia Keys. Y cada una ha llegado a ese estatus con un camino distinto.
“Yo no he estudiado canto. Yo lo máximo que puedo dar es dar el sentimiento. Yo cuando canto, siento las canciones y me invento mis historias”, dice Beli Molina, una voz que, sin ser flamenca, llena todo lo que canta de almíbar jondo. Esperanza, por su parte, mucho más formada en cuestiones técnicas y musicales, llega en plena grabación de su primer disco y que va a ser definitivamente un trabajo de pop. “Yo la verdad es que tengo un problema, que me gusta todo y divago mucho”, dice riéndose la cantante afincanda en Boston, desde donde acaba de publicar una bachata contando con el percusionista de Rosalía.
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