El rodaje de 'Sin aliento' llega al centro de Córdoba
El rodaje de la película Sin aliento, que se rueda estos días en Córdoba, afrontó este jueves una jornada de trabajo en el centro de la ciudad con los actores Belén Cuesta y Mihai Smarandache, que han grabado varias secuencias a las ordenes del director Tudor Giurgiu ante la atenta mirada de los ciudadanos cordobeses. Localizaciones como el Alcázar de los Reyes Cristianos, las calles aledañas y un patio cordobés han acogido al equipo de rodaje de la película para trasladarse posteriormente a las afueras de la ciudad.
Para el productor español de la película, el andaluz Olmo Figueredo González-Quevedo, rodar en Córdoba han sido todo facilidades: “Después de cuatro semanas de rodaje en Córdoba nos despedimos de la ciudad para continuar en Sevilla y Huelva. Los productores de la película queremos agradecer especialmente a todas las instituciones cordobesas, a la Córdoba Film Office y a la alcaldesa, Isabel Ambrosio, por las facilidades que nos han puesto en el rodaje. Esperamos poder volver dentro de un año para presentar la película ya terminada, en una premiere a la altura del cariño y atención que hemos recibido de los ciudadanos cordobeses”.
El film, que comenzó el pasado viernes 20 de octubre, se
rueda prácticamente por completo en localizaciones andaluzas. Tras Córdoba, el equipo se trasladará a Sevilla y Huelva, concluyendo en la localidad rumana de Sangeorz-Bai, en el norte del país balcánico.
Sin aliento, es el único proyecto español con el apoyo de Eurimages, está dirigido por el cineasta rumano Tudor Giurgiu. El guión está basado en la novela 'Cercanías' (Apropierea, 2010) de Marin Malaicu-Hondrari. La película narra la historia de Adrián (interpretado por el actor rumano Mihai Smarandache), poeta que emigra a España en 2002 y que encuentra trabajo como vigilante en un concesionario de coches regentado por Rafael (Luis Bermejo). La vida de Adrián cambia para siempre durante la noche de San Juán, cuando conoce a María (Belén Cuesta), la bajista del grupo musical Nunatak.
Tanto la novela, como el guión adaptado tienen tintes autobiográficos del propio Malaicu-Hondrari, quien vivió en Córdoba entre 2002 y 2007 trabajando como guardia de seguridad, conductor y ayudante de jardinero en un concesionario de coches de segunda mano, aprendiendo el idioma y teniendo contacto con la literatura en español. Actualmente, Marin Malaicu-Hondrari es uno de los principales y más reconocidos escritores rumanos.
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