La luz de los versos de Gata Cattana nos recuerda quién es

Fotografías de Gata Cattana como telón de fondo. Sonriendo. Siempre con un micrófono en la mano. A veces, con un foco sobre su cabeza. Iluminándola. Sobre ella, el hashtag #eterna. El escenario del Teatro Cómico Principal abrió sus puertas a la voz de la rapera cordesa; el escenario se iluminó con sus versos y su música; la noche del pasado viernes se iluminó con la luz de Gata Cattana.

Qué caprichoso es el destino. La rapera iba a ser una de las artistas invitadas a esta edición de Cosmopoética. Pero los astros, que a veces chocan provocando destrucción, impidieron que estuviera presente. Aunque sí su música y su espíritu. Una muerte tan inesperada como injusta robó al mundo de sus letras reivindicativas. Pero qué mejor día para homenajearla; un 7 de octubre, cuando se publicó su disco a título póstumo, Banzai.

El director literario de Cosmopoética, Antonio Agredano, fue el encargado de abrir un acto que anticipó ser emotivo, a pesar de ser “una de esas noches en las que uno no querría estar, al menos por estos motivos”. Pero fue claro: “Hay que celebrar la vida”. Que la muerte no sobreviva a nuestro presente.

Después de la lectura de uno de los poemas de Gata Cattana, Agredano dio paso al dj Bucaneroestilo, amigo de la artista, quien eligió declaraciones y raps de la cordobesa para reflejar quién era (y es) Gata Cattana. Perfectas composiciones que bien podrían adaptarse a la situación por la que atraviesa hoy el país: Que sí, que todo eso es verdad / Que portamos estandartes incendiarios / y discursos agresivos / y consignas de venganza / que dicen / muy poco de nosotros / y que a veces da miedo pensarlo / que vamos por ahí / con el ceño fruncido / y de nada nos sirve.

Tras esto, Antonio Diez, el prologuista del poemario de Gataa Cattana, La Escala de Mohs, y uno de los personajes más respetados dentro de la escena del Slam Poetry estatal, habló sobre la poesía y la persona de que se escondía tras la rapera. El punto final del homenaje lo pusieron los raperos cordobeses Clásiko & Klayt, que trajeron su último disco Malas Épocas, dedicado íntegramente a la artista.

Gata Cattana no falleció. En cada uno de sus versos que se recitan de la artista se enciende de nuevo la luz que fue prendiendo desde sus inicios con Los siete contra Tebas, Anclas y una serie de “inéditos” grabados en 2015. Ocurrido lo mismo con su obra poética, donde tan sólo llegó a publicar el poemario La Escala de Mohs, autoeditado y publicado en 2016 (reeditado posteriormente por la editorial Arcesis). Hoy, Banzai regala lo último que pudo escribir Gata Cattana. Los destellos finales de un camino que se apagó de pronto. Pero no se equivoquen. Hay luces que son eternas. Y Gata Cattana es una de ellas.