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Historias de la pequeña Cordowood

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Manuel J. Albert

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Córdoba y provincia han servido de escenario para más de una treintena de películas desde 1919. 'La Mula', premiada en el Festival de Málaga, es solo el último ejemplo

Hace nueve años, Liam Neeson se paseaba tranquilamente por Palma del Río. La estrella británica acababa de colgar su cota de malla y apoyar su espadón medieval en una pared encalada. Tras una ducha rápida, salía a tomar el fresco como un vecino más. Los de allí recuerdan su trato exquisito y su naturalidad. Junto al directo Ridley Sctott y los actores, Orlando Bloom, Jeremy irons y Eva Green, rodaba El Reino de los Cielos, una de las mayores superproducciones que nunca antes había escogido a Córdoba como escenario. Desde entonces se ha rodado un puñado de películas más, pero pocas. El último ejemplo es La Mula, que el fin de semana pasado ganó una biznaga al mejor actor para Mario Casas.

La provincia y la capital tienen una larga -aunque no muy intensa- historia con el séptimo arte. Siguiendo el listado que aparece en la web de Andalucía Film Comission, la primera película rodada en estas tierras se remonta a 1919 y llevaba premonitorio título de La España Trágica. Ambientada en el mundo del toreo, aquella cinta dirigida por Rafael Salvador, con guión de Pedro de Repide, tuvo gran éxito en los primeros cinematógrafos comerciales.

El costumbrismo más radical es la tónica dominante en estas primeras películas. Baste esta breve sinopsis de Carceleras, de 1922: “En un cortijo cordobés, Soledad despierta una pasión en dos hombres, lo que será motivo de desgracia para ambos cuando el novio de la protagonista en un ataque de celos mata al rival en su presencia”. Casi nada.

Rosario la cortijera (1923), La medalla del torero (1924), El niño de las monjas (1925), Raza de hidalgos (1927), El león de Sierra Morena (1928) son más ejemplos de crudas pasiones, alegres aventuras, comedias ligeras, venganzas y, claro, muerte. Como la que encontró el equipo de rodaje de El genio alegre, que hacía 1936 se encontraba en Córdoba adaptando una alegre historia de los hermanos Álvarez Quintero, la primera del cine sonoro que discurría en estas tierras.

La película, dirigida por Fernando Delgado y con Leocadia Alba, Alberto Romea, Antonio Vico, Concha Catalá, Lolita Astolfi y Erasmo Pascual como actores principales, se rodó con normalidad hasta que llegó el 18 de julio y todo se paró. Entre bombardeos, tiroteos y sobre todo, muchos fusilamientos, la historia quedó en el aire. Su productora, CIFESA, había se había dividido entre los dos bandos con tres sedes distintas: Valencia y Madrid, en el bando republicano, y Sevilla, en el nacional. Pero como todo el equipo que rodaba en Córdoba pertenecía a esta oficina sevilana, pudo reiniciarse el rodaje revelando y montando parte del material en Lisboa. La comedia ligera se estreno en la España arrasada de 1939.

Los años de plomo de la posguerra también conocieron la llegada de los locos del cine a la provincia: Aventuras de Don Juan de Mairena (1947), Duende y misterio del flamenco (1952), Carne de Horca (1953) y El rey de la carretera (1954). Pero un título destaca sobre todos: El Cristo de los Faroles. El clásico musical de Antonio Molina supone una oportunidad para pasear por las las calles y plazas más típicas y reconocidas de Córdoba, desde la que da título a la película, a la Plaza del Potro, comprobando lo parecida que era aquella ciudad a la actual, si se quitaran todos los veladores de en medio...

Entre el cine rodado en la Córdoba de la dictadura también hay que reseñar otro título, Luna de miel (1958), primera incursión extranjera de peso en la Judería. Aprovechando el fin de la autarquía y los primeros años del desarrollismo y apertura económica, el director británico Michael Powell refleja un país de sol, folclore, flamenco y patillas. Muchas patillas. Y con Córdoba al fondo.

La ciudad y la provincia también aparecerán en mayor o menor medida en Esencia de misterio (1960), Llanto por un bandido (1963), Los duendes de Andalucía (1964), El manuscrito encontrado en Zaragoza (1964), El primer cuartel (1966), A talent for loving (1968, del oeste y con Richard Widmark como protagonista), La casa de las palomas (1971) y La Carmen (1975).

En los ochenta, aterrizó por aquí la producción francotunecina de Les baliseurs du desert (1985). Dos años después Mario Camus rodó la obra de Federico García Lorca La casa de Bernarda Alba, con Irene Gutiérrez Caba, Ana Belén, Florinda Chico. Así, al menos aparece en el listado de Andalucía Film Comission, si bien en los títulos de crédito se citan solo los municipios malagueños de Antequera Ronda y Zahara de la Sierra, como indican los títulos de crédito en el minuto 98. En ese mismo 1987, y aprovechando el tirón de la Expo del 92, se rodó una infumable película tan ambiciosa como cutre llamada Al - Andalus, que pretendía contar el periplo de los Omeyas.

Mucho más divertida fue la berlanguiana comedia Pasodoble, de José Luis García Sánchez, estrenada al año siguiente en el Gran Teatro y con el Palacio de Viana, la Judería, Mezquita y Medina Azahara como escenarios naturales.

2002 fue un año excepcional. Se rodó otra producción internacional: Callas Forever, de Franco Zefirelli, con Fanny Ardant y Jeremy Irons. Toda la tropa de Pedro Almodóvar llegó con Hable con ella y casi se solapan con los ejército y bandoleros decimonónicos de Vicente Aranda y su Carmen. Los cuatreros con trabuco se repitieron ocho años después en el rodaje de la serie Bandolera. Pero la película más importante de ese año sería Entrelobos, la historia del niño salvaje dirigida por Gerardo Olivares. Antes, habían intentado rodar en la Mezquita El Reino de los Cielos, con Ridley Scott y sus muchachos. Pero a la Iglesia le aterraba la idea de ver de nuevo a musulmanes andando por el templo como si fuese suyo y denegaron el permiso.

En fin, está claro que están todas las películas y que si este mismo artículo hubiese tratado el cine rodado, por ejemplo, en Almería, ocuparía las mismas páginas que Los Diez Mandamientos y Lo que el viento se llevó, juntos. Pero Córdoba no es el caso, no se puede comparar a otras provincias. Aunque, qué quieren que les diga, lo poquito que se ha hecho aquí, sin estudios, ni industria, ni nada que se le parezca, podría generar la ilusión de que Córdoba es un poco Cordowood. ¿Y qué es el cine, sino ilusión?

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