Un viaje a la Córdoba andalusí: jaque mate en el agua
Era lugar de encuentro, debate y vida social. Era escenario de desarrollo cultural, pero también dedicado a la higiene. Hubo una época en la que en no pocas ciudades de España proliferaba este tipo de establecimientos, en los que además resultaba posible el ocio y el entretenimiento. Los baños árabes aparecían, en tiempos ya remotos, en forma de oasis para la evasión en muy diversos sentidos. Imagine cualquiera, sin ir más lejos, la opción de participar de una partida de ajedrez en el interior del agua. Es lo que estos días permite en Córdoba Hammam Al Ándalus, principalmente por medio de una nueva edición de su torneo Ajedrez en el agua. Una iniciativa ésta que alcanza su décimo aniversario y cumple especialmente con un cometido: la recuperación de una tradición perdida.
“Lo que hacemos es rendir homenaje al ajedrez, a tanto legado como nos dejó la cultura árabe. Los árabes fueron quienes introdujeron el ajedrez en la Península (Ibérica)”, explica de entrada la gerente de Hammam Al Ándalus en Córdoba, Antonia Alcántara. Ése es precisamente el punto de partida de esta empresa, que también cuenta con instalaciones del mismo tipo en Granada, Málaga y Madrid. “Queremos recuperar la tradición perdida, como todas las demás. Queremos unir esas tradiciones, combinar el juego del ajedrez y el baño”, continúa acerca de una actividad que en los años de dominio andalusí era habitual en idéntico escenario.
De esta forma, Hammam Al Ándalus sigue con su plan de promover cualquier tipo de acto que esté “vinculado con la cultura”. “Estamos siempre unidos a cosas que vayan ligadas con temas literarios y culturales. Los baños árabes no sólo eran lugar para el acicalamiento y para cerrar negocios, en época andalusí también se jugaba al ajedrez”, expone en este sentido Antonio Alcántara. La gerente de la empresa, resalta que todo comenzó “hace diez años y se sigue haciendo porque la gente ya lo pide”. Y eso que el inicio de este torneo no fue, ni mucho menos, sencillo. “El primer año nos costó bastante que la gente se inscribiera, porque los federados no veían eso de meterse en el agua. Año tras año ha ido a más y hay lista de espera”, indica Alcántara.
Así, este lunes y martes, días en los que corresponde a Córdoba acoger el torneo, es posible ver a ajedrecistas en el agua. Los peones se mueven esta vez sobre tableros que flotan. En esta ocasión son 32 los participantes inscritos para un torneo que tiene lugar en la sala templada de los baños árabes de la ciudad. Eso sí, la competición no es la única vía para jugar al ajedrez dentro del agua. “Hay gente que se mete luego en las (salas) calientes) y se llevan el tablero. Además, en noviembre siempre tenemos un tablero para que la gente pueda jugar”, señala Antonia Alcántara. El campeonato se desarrolla con rondas rápidas en cuatro fases, una en cada ciudad. Tras cada una de éstas, se produce una cita final, que en el presente año va a celebrarse en Málaga (el 4 de diciembre).
Sobre el atractivo que tiene mover peones, caballos o una reina en remojo, la gerente de Hammam Al Ándalus argumenta que significa “tener un momento especial”. “Es jugar al ajedrez en un sitio diferente al habitual y además con una fórmula distinta. Para ellos (los competidores) las rondas rápidas resultaban bastante estresantes, pero al estar dentro del agua se relajan mucho. Tienen la mente más ágil de cara a los movimientos”, comenta Antonia Alcántara. Además, “no se trata sólo de jugar la partida, se sale muchísimo mejor”. Es decir, la tensión y el estrés desaparecen a golpe de jaque mate. Como en los tiempos de la España andalusí.
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