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Redacción Cordópolis

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La vida en los Patios de Córdoba tiene un punto de romantización. Los cordobeses que vivieron hacinados en los Patios de final de la posguerra aún recuerdan la vida en común, la pobreza, la cooperación y la diversión de un tiempo que ya pasó. La huella física y también vegetal de aquella vida se mantiene, aunque con bastantes amenazas, y se disfruta en un concurso que ahora está en pleno esplendor y que despierta la admiración de miles de visitantes. Pero, ¿cómo será la vida del futuro en los Patios de Córdoba? Pues quizás como siempre pero adaptada a los tiempos.

Este martes, la Fundación Cajasol y Cordópolis acogieron el segundo debate de La esencia de los Patios de Córdoba, centrado precisamente en la vida en este tipo de inmuebles. Por un lado, el presidente de la asociación de Amigos de los Patios, Miguel Ángel Roldán. Por otro, la arquitecta y alma máter del proyecto Pax de La Axerquía, Gaia Redaelli. Los Amigos de Los Patios ya adquirieron en los años setenta dos recintos, uno en San Basilio y otro en el Patio de Las Campanas, para que no se perdieran. Pax lidera un proyecto cooperativo para que se vuelvan a habitar las casas patio, desde un punto de vista comunitario.

La propia Redaelli relató que si algo ha demostrado la vida en los patios es que es un arma para el futuro. La arquitecta detalló cómo esos patios de origen andalusí no estaban en macetas, sino con tierra. “Nuestras buganvillas tienen raíces”, explicó. Y cómo desde Pax están desarrollando un proyecto con la instalación de sensores que mide la diferencia de temperatura entre un patio vegetal y el resto de la vivienda. En el de la plaza de Las Tazas se ha anotado ya una diferencia “de diez grados” entre el propio patio y la primera planta.

Pero además es un “arma” contra la soledad, especialmente la de las mujeres mayores, como detalló la propia Redaelli, que insistió en la vida en comunidad, en torno a un patio, como una forma de socializar, de combatir esa soledad, mal endémico de la sociedad actual. “Hasta en Japón tienen ya un Ministerio de la Soledad”, aseguró.

El debate incidió también en la turistificación, y en la amenaza que supone para la vida en los patios que poco a poco se están llenando de pisos turísticos. Roldán reclamó la intervención de las autoridades públicas para poner freno a una situación “que lo puede cambiar todo en los próximos cinco años”. “La sociedad está cambiando muy deprisa. Llevar esta vida en estas casas va a ser muy complicado”, dijo.

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