Nelson aleja el fantasma de la sequía en Córdoba
Hace tan solo unos meses, la mayoría de los pozos del Valle del Guadalquivir se habían secado. Los parcelistas y hasta los agricultores se las veían para conseguir agua, no solo para regar sino hasta para cubrir las necesidades más básicas como darse una ducha en algunos casos. Los acuíferos se habían agotado y no había más agua que la que llevaban algunos camiones cisterna a llenar diferentes depósitos. Este Domingo de Resurrección, muchos de esos pozos estaban, literalmente, rebosando. El agua salía a borbotones de su interior y de desparramaba por sus aliviaderos. Las lluvias asociadas a Nelson (y también las anteriores) habían puesto punto y final a un episodio de sequía que mantenía en jaque a vecinos y a administraciones ante la más que previsible falta absoluta de agua en verano.
La borrasca Nelson no ha sido extraordinaria. Sus lluvias no han marcado registros históricos. Pero han sido lo suficientemente abundantes como para acabar con el fantasma de la sequía en la mayor parte de la provincia de Córdoba. Embalses que estaban en situación de emergencia o alerta por ausencia de agua de repente han alcanzado la normalidad. El Guadalmellato, por ejemplo, inició un desembalse controlado este mismo lunes. El agua que le sobraba iba a parar directamente a San Rafael de Navallana, otro embalse que también se está llenando poco a poco.
A falta de confirmación oficial, la sequía en la provincia de Córdoba quiere ser un mal recuerdo. Pero no antiguo. Aún hay tres embalses en la provincia en niveles muy bajos. Iznájar, que es el mayor de Andalucía, está al 25%. Pero su capacidad es tan grande que retiene más de 228 hectómetros cúbicos de agua. Por comparación, es más del doble del agua de la que actualmente hay en San Rafael de Navallana. Por eso, Iznájar no preocupa demasiado, salvo a los regantes del Genil Cabra. Aparte, se trata de un embalse de largo recorrido, que recibe aportaciones incluso en verano, cuando se culmina el deshielo de Sierra Nevada.
La Breña II también está a un nivel bajo, al 24%. Pero igualmente es tan grande que retiene casi 200 hectómetros cúbicos de agua. La Breña II, no obstante, solo existe para el regadío del Bajo Guadalquivir y no para abastecimiento. Su nivel es bajo, pero, en este caso, tampoco determinante. También tiene una gran capacidad para ir creciendo poco a poco, aunque esté lejos de alcanzar la normalidad. Y por último Vadomojón, en Baena, al 22%, que se mantiene en situación de emergencia.
Pero el resto de la provincia de Córdoba ha ganado tanta agua como para declarar el final de la sequía, especialmente en Sierra Morena y el Valle del Guadalquivir. En total, la provincia de Córdoba ha ganado 450 hectómetros cúbicos en menos de una semana. Así, arrancó la Semana Santa con apenas 830 hectómetros cúbicos y este lunes tenía ya más de 1.280 hectómetros cúbicos de agua embalsada, el 38,6% de su capacidad.
Aún así, la normalidad provincial no se alcanzará hasta que no se supere el 50% de la capacidad. La media de los diez últimos años señala que a estas alturas del año los embalses de la provincia deberían estar por encima del 52%. Es decir, aunque haya llovido y mucho, aún hay margen. No obstante, se prevé que poco a poco las escorrentías sigan aportando recursos a los embalses y que la reserva aumente, aunque de forma menos rápida. A no ser que lleguen nuevas lluvias.
El sistema que ha salido absolutamente de la sequía es el que abastece a Córdoba capital. El juego de embalses del Guadalmellato y San Rafael de Navallana suma ya 235 hectómetros cúbicos de agua. Es una cifra que supone diez veces el consumo anual de una ciudad como Córdoba. No obstante, estos embalses también aportan recursos para riego agrícola. Este lunes, Guadalmellato abrió compuertas en cuanto alcanzó el 90% de su capacidad. En Navallana había sitio de sobra para seguir creciendo. Así, en las últimas horas el Guadalmellato ha perdido dos hectómetros cúbicos y Navallana ha ganado seis. Es decir, han entrado cuatro hectómetros más en el sistema cordobés de abastecimiento, gracias a las aportaciones del río Cuzna, que sigue bajando crecido.
Al norte, Nelson ha obrado el milagro en Sierra Boyera, un embalse que se secó hace justo un año y que ahora está por encima del 71% de su capacidad. Las aportaciones han sido tan extraordinarias que en unos dos días ha ganado más de 22 hectómetros cúbicos de agua, el consumo de toda la zona norte de la provincia de Córdoba durante tres años.
Y al este, lo ha hecho también en Martín Gonzalo, otro embalse que se estaba secando y que da de beber a la comarca de Montoro. Este pantano está hoy al 71% de su capacidad. Algo más al norte, el Yeguas se va por encima del 77% de su capacidad. El Arenoso, a más del 60%. Todos en situación ya de normalidad.
Y al oeste, el Bembézar se aproxima al 45% de su capacidad también. En su caso, también es enorme. En su interior caben más de 327 hectómetros cúbicos de agua y actualmente tiene 150. Está cerca de alcanzar la normalidad, aunque su estado tampoco preocupa. El pantano también tiene una función concreta: reserva de agua para regar en verano.
130 litros de precipitación media en la cuenca
La borrasca Nelson, que ha afectado a la Península Ibérica durante la pasada Semana Santa, ha dejado en la cuenca de Guadalquivir una precipitación media en los últimos siete días de 130 l/m², con algún registro superior a los 350 l/m² como en la Sierra de Pedroso (Sevilla), según los datos recogidos por el SAIH de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), organismo dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
Los frentes lluviosos, que han atravesado la cuenca de oeste a este durante toda la semana, han dejado lluvias en la totalidad de la demarcación, aunque las más abundantes se han localizado en la margen derecha del Guadalquivir, principalmente en las provincias de Sevilla y Córdoba.
Estas lluvias, abundantes y prolongadas en el tiempo, han generado cuantiosas aportaciones a los embalses, que se han traducido en importantes aumentos de las reservas en los últimos siete días (entre las 8:00 del lunes día 25 de marzo a las 8:00 de este lunes 1 de abril). Los embalses están así al 43%, con 2.430 hectómetros cúbicos, lo que supone 1.036 más y una subida de casi 13% puntos porcentuales respecto al pasado lunes.
Tras estas lluvias, la situación de la cuenca ha experimentado una notable mejoría, que aleja aún más los posibles problemas de escasez en los sistemas de abastecimiento y mejoran sustancialmente las perspectivas de dotaciones para la próxima campaña de riego.
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