“Ni machista ni feminista”: un debate sobre el antifeminismo que ha resurgido en los jóvenes
¿El antifeminismo provocó el auge de Vox o ha sido este partido político el que ha potenciado las ideas contra las mujeres? Por el momento no se puede establecer una relación causal entre el surgimiento de Vox y la proliferación del discurso antifeminista ya que no hay estudios científicos que hayan constatado esta hipótesis, tal y como apunta el investigador predoctoral FPU del IESA-CSIC en colaboración con la Universidad de Córdoba, Rodrigo Ramis, quien ha protagonizado un debate sobre esta cuestión en el colegio Luciano Centeno en el marco de la Semana de la Ciencia.
“Ni machista ni feminista”. Puede ser este el mantra más repetido entre quienes equiparan ambos adjetivos, a veces por desconocimiento y, otras, con mala fe. Pero es tan fácil como acudir a la Real Academia Española para conocer cuál es el significado de feminismo. “No se nos ocurre igualar a un esclavista con un antiesclavista”, afirma el investigador, quien reclama mayor investigación sobre el antifeminismo, “que es donde están los caldos de cultivo” de actitudes como el negacionismo de la violencia de género.
Con una mirada transversal, Ramis argumenta que las causas del auge del antifeminismo en la sociedad son múltiples y no apunta a Vox como el causante principal, aunque sí señala que es un partido político “que instrumentaliza los discursos antifeministas de forma relevante y predominante, tanto en sus programas como en sus mítines y en las políticas públicas que lleva a cabo”. Cabe recordar que, tras las elecciones autonómicas de 2019 en Andalucía, Vox condicionó su apoyo al Gobierno de PP y Ciudadanos a cambio de reducir la partida presupuestaria destinada a asociaciones que luchan contra la violencia de género. En total, se quedaron fuera hasta 241 organizaciones tras el cambio de criterio. Sin estar en gobiernos, este es un ejemplo de la influencia de Vox en las políticas públicas, apunta Ramis, quien también se refiere a la Ley de Violencia Intrafamiliar que se está tramitando en Castilla y León con, esta vez sí, un gobierno autonómico de PP y Vox.
En su análisis, y perceptible para todos en la calle, el auge del antifeminismo ha resugido entre los más jóvenes, llevándoles a cuestionar o negar la violencia de género. Sobre esta cuestión, Ramis se refiere al Barómetro Juventud y Género 2021. Ideas, representaciones y experiencias en una realidad compleja. En dicho estudio se señala que desde 2017 hasta 2021, el porcentaje de mujeres que se consideran feministas ha pasado del 46,1% al 67,1% y el porcentaje de hombres ha pasado del 23,6% al 32,8%, aunque se ha reducido cerca de cinco puntos porcentuales desde 2019. Además, una mayoría opina que el feminismo busca superar barreras tradicionales de las mujeres para acceder a la igualdad (63% entre ellas y 40% entre ellos). Pero hay otros porcentajes significativos: entre ellos un 28% destaca que el feminismo no se ocupa de los problemas reales de las mujeres (17% entre ellas), un 26,4% que no es necesario (13% ellas) y un 24% que busca perjudicar a los hombres ( 14% ellas).
A pesar de ello, entre 2019 y 2021 se ha producido un repunte en las menciones de algún ámbito en el que las y los jóvenes se han sentido discriminados por razones de género (del 66,2% al 72,4% en ellas y del 53,1% al 57% en ellos), especialmente en la calle para las mujeres, en el ámbito laboral para los hombres y en redes sociales para ambos.
Juventud y violencia de género
Por otro lado, el grado de acuerdo en torno a las afirmaciones sobre violencia de género ha tenido una evolución muy preocupante entre 2019 y 2021. La percepción de que la violencia de género es un problema social muy grave ha pasado de 72,4% al 74,2% para ellas pero se ha reducido del 54,2% al 50,4% para ellos. Además, las categorías que niegan o limitan su importancia han experimentado un significativo crecimiento, especialmente entre los hombres (un 20,9% señala que no existe la violencia de género, +8 puntos).
Tanto entre ellas como entre ellos ha disminuido ligeramente la percepción de que la violencia de género en España ha aumentado, pero al peguntar en términos personales, los datos cambian: se incrementan las situaciones de violencia de género presenciadas entre ellas y se reducen entre ellos. La percepción de haber sufrido situaciones de violencia en la pareja se incrementa entre 2017 y 2021. El porcentaje de mujeres que afirma no haber sufrido ninguna forma de violencia pasa del 48,1% en 2017 al 40,8% en 2012 y en el caso de los hombres pasa del 54,6% al 43,5%.
Papel de los medios de comunicación y de los 'influencers'
¿Y cómo luchar contra el antifeminismo? El investigador del IESA apunta a dos herramientas: los medios de comunicación y las redes sociales. En el primer caso, Ramis defiende el papel que juegan periódicos, radios y televisiones en la importancia de poner un dique de contención a la difusión de discursos antifeministas y de ultraderecha.
Asimismo, las redes sociales son el ambiente virtual en el que se desarrollan principalmente los jóvenes, ya sea Facebook, Youtube o Tik Tok, “donde se difunden elementos claramente antifeministas así como la cultura del meme, que ha venido a naturalizar y normalizar actitudes muy machistas. Los memes buscan la risa fácil pero apelan a un inconsciente cultural que todos tenemos porque nos hemos socializado en una sociedad patriarcal. Si algún día desaparece Vox no quiere decir que también lo hará el antifeminismo, al igual que el franquismo no desapareció cuando murio Franco”. Si este partido permanece en el tiempo, “lo que hay que hacer es tratar de concienciar y educar, promover valores democráticas y tratar de achicar los espacios en los que se difunden discursos antifeministas”, sentencia Ramis.
Mención especial también para los influencers quienes, a juicio del sociólogo, deben desarrollar una actitud democrática al ser conocedores de la cantidad ingente de jóvenes que escucha sus mensajes. En ese sentido, Ramis destaca a Ibai Llanos, influencer “que se posiciona ante sus cientos de miles de fans” en decisiones como, por ejemplo, su renuncia a ir al Mundial de Qatar para no participar del blanqueamiento a un país que viola los derechos humanos de las mujeres o del colectivo homosexual. “Llanos demuestra que hay otras alternativas de estar en las redes”.
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