Córdoba, un quiero y no puedo para el alquiler: “La oferta es una mierda y empeora muy rápido”
El mercado inmobiliario de Córdoba, una ciudad donde predomina la vivienda en propiedad, está experimentando cambios muy importantes. Con la concesión de hipotecas y la compraventa en caída y con un relevante movimiento de conversión de casas en pisos turísticos, el alquiler cotiza al alta y, con ello, también los precios, que se han disparado muy por encima de lo que lo han hecho los salarios. Los principales damnificados son los jóvenes, que ven como medrar laboralmente e independizarse al mismo tiempo es quimera si no se cuenta con una red económica que sustente los primeros pasos.
Lo cierto es que Córdoba capital es la segunda capital andaluza donde más población vive en vivienda hipotecada y una de las que menos población tiene viviendo de alquiler de toda la comunidad autónoma, según los registros oficiales -que a menudo obvian los arrendamientos en B-. La oferta, hasta hace muy poco, cubría perfectamente la demanda, y los precios se mantenían moderados en comparación con otras ciudades, lo que convertía a Córdoba en un pequeño oasis para el arrendamiento.
Además, por el impacto de la pandemia, entre 2020 y 2022, muchas viviendas turísticas volvieron al mercado del alquiler de larga duración, lo que coincidió con un momento en el que los tipos de interés hipotecarios eran bajos, de modo que muchas familias seguían optando por la compra de inmuebles. Ese periodo de alegría hipotecaria parece haber llegado a su fin por la subida de los tipos de interés. Al mismo tiempo, el fin de las restricciones sanitarias ha supuesto la vuelta del turismo. Estos fenómenos, unidos a la aprobación de la nueva Ley de Vivienda, han tenido dos efectos inmediatos en la ciudad que parecen ir estrechamente vinculados: la conversión de centenares de casas en pisos turísticos y la caída de hasta un 60% en la oferta de alquileres de larga duración.
Con ello, el cuadro de Córdoba como ciudad amable para el alquiler se ha desdibujado, y los principales portales inmobiliarios ya sitúan a la capital cordobesa en la misma senda alcista que, a nivel andaluz, han seguido ciudades como Sevilla, Málaga, Cádiz o Granada.
Ocho euros el metro cuadrado
Así, al menos, pintan la situación algunos de los principales portales. Según Pisos.com, el alquiler en Córdoba capital se ha encarecido un 7,3% en el último año. En diciembre de 2023, el metro cuadrado estaba en 8,30 euros. Este mismo portal sitúa la subida de precio en la capital como la tercera más alta en Andalucía (detrás de Sevilla y Málaga). En el caso de Fotocasa, la variación anual experimentada es ligeramente inferior, del 5,6%. El metro cuadrado está en 8.12 euros, según el informe anual del alquiler de este portal inmobiliario, que sitúa el incremento cordobés como el quinto mayor a nivel andaluz.
Aunque, de todos los portales inmobiliarios, el que muestra un mayor incremento en la capital es Idealista -que es, a su vez, el principal portal inmobiliario y el líder del sector-, que señala que el precio del alquiler en Córdoba capital ha subido un 13,8% en el último año. En esta web, el metro cuadrado para alquilar en la ciudad está a 7,9 euros.
Si se cruzan todos estos datos, al final la media del alquiler de un piso de 65 metros cuadrados en Córdoba capital supera los 500 euros mensuales y seguramente llegue a los 650 en función de diversas variables -amueblado, ascensor o zona, por ejemplo-. Frente a estas importantes subidas, está la moderación con la que se suben los sueldos -si es que se suben-, en una ciudad que es la décimo cuarta localidad de España con el coste de la vida más alto pero la cuadragésima en el ránking de salarios.
La situación es especialmente cruda para los trabajadores jóvenes. El primer Plan Estratégico de la Juventud en Andalucía, publicado en 2022, ya aportaba un dato de impacto: menos del 17% de los jóvenes cordobeses vive fuera de los hogares familiares. Evidentemente, se apuntaba a la precarización como principal motivo. En este ámbito, el salario medio bruto mensual en Córdoba de los menores de 30 años es de 756 euros, según los últimos datos oficiales publicados -que corresponden al año 2022-. Aún asumiendo que el salario haya subido en el último año -digamos unos 30 euros al mes-, independizarse en la capital es prácticamente inviable para este grupo de población, que vive instalada en el quiero y no puedo.
Antes en casa de los padres que con desconocidos
Javier tiene 27 años. Trabaja como camarero en un restaurante y tiene contrato fijo. Lleva meses intentando dar el salto y vivir sólo, aunque las cuentas no terminan de cuadrar. “Está la cosa jodida. Los precios está muy altos y, si ves un alquiler medio en condiciones, no baja de 550 euros. Pero lo peor es que ves cada cosa... Que si un quinto sin ascensor por 600 euros, que si uno con dos habitaciones por 700 euros... Es inviable pagar eso, porque es la mitad de mi sueldo. Así que de momento sigo en casa de mi madre”, cuenta este joven, cuyo caso no es precisamente una anomalía en la ciudad.
Su primo, Juan Antonio, tiene 27 años. Vive en Valdeolleros y pasa los días iluminado por un flexo, ya que está opositando. De momento, sigue viviendo en casa de sus padres, a la espera de aprobar el examen y tener los suficientes ingresos como para independizarse. La cuestión es que, según relata, muchos de sus amigos también viven con sus padres a pesar de que ya están trabajando y tienen los ingresos de los que él no goza. “Irse solos no pueden. Y para compartir piso con un desconocido, prefieren vivir con sus padres y ahorrar, a ver si pueden comprarse uno”, explica el joven opositor.
Continúa Javier: “Yo eso lo hablo con mis amigos para ver si podemos irnos tres personas a una casa, porque es la única forma de poder pagarla. Pero, entre los sueldos que hay hoy en día, es difícil pagar un alquiler si además tienes que pagar el préstamo de la moto o lo que sea”. A su juicio, el problema está en que hay demasiada demanda, motivada porque ya no se dan hipotecas con facilidad.
Buscar una hipoteca es precisamente lo que hizo Miguel Ángel, informático. Él y su novia, Elena, maestra de profesión, tienen ahora 26 años. Hace dos años ya vieron que la oferta de alquiler de Córdoba no les convencía. “Los pisos estaban muy caros y los más accesibles eran en zonas que no nos gustaban”, cuenta Miguel Ángel. Así que, gracias a sus ahorros y a un buen aval familiar, y consiguieron pagar la entrada de un pequeño piso en propiedad. No se arrepienten. “Yo no me planteé alquilar porque me parecía caro y tirar un poco el dinero cuando, si hacíamos cuentas, podíamos meternos en algo nuestro”, recuerda.
Pagar 650 euros por “un piso de mierda”
Pero el problema para alquilar no sólo afecta a los veinteañeros. También a los treintañeros y a las familias que superan la cuarentena. Para la franja que va de los 30 a los 39 años, el salario medio mensual en Córdoba es de 1.292 euros al mes. Es decir, un cordobés treintañero medio tendría que invertir más de un tercio del sueldo si quisiera alquilar un piso de 65 metros cuadrados.
“Uno se plantea si le merece la pena pagar 650 euros por vivir solo en un piso de mierda o prefiere irse a una casa con gente adulta por 300 euros aunque sea compartiendo piso”. La reflexión la hace Jorge, fotógrafo, de 37 años y con contrato fijo en una clínica. El verano pasado no estaba en la misma situación. Era autónomo y tuvo que irse del piso en el que vivía. En aquellos meses estuvo sondeando el mercado y clamando al cielo por lo que veía: “Está la cosa supernegra. Si tienes un sueldo como el que yo tengo ahora, vale, pero por menos de 450 o 500 euros no tienes un apartamento, y te hablo de pisos de 30 metros cuadrados y no en el centro”, afirma el fotógrafo.
A su lado está Samuel, un cirujano italiano de 31 años que trabaja en Córdoba y que cuenta su caso: vive en un piso de una habitación que está ubicado en el barrio de Levante y por el que paga 580 euros más gastos. Jorge, que desistió en la búsqueda y ahora vive con su pareja -que tiene un piso en propiedad-, explica su teoría sobre lo que está ocurriendo en Córdoba: “La culpa de todo esto es por los pisos de alquiler turístico. Eso lo nota todo el mundo. Quien tiene un alquiler medio guay hoy es porque vive en el mismo piso desde hace cinco años, pero el que se mueva ahora para buscar un alquiler, o tiene un amigo o conocido que le ayude, o está vendido”, apunta.
¿Retornar a Córdoba?
De hecho, Clara y Espartaco, que en unas semanas serán Clara, Espartaco y Héctor, ya han pasado a la fase de preguntar a sus amigos y conocidos para ver si alguien les ayuda a dar con un piso en Córdoba. La pareja vive en Madrid, donde Espartaco teletrabaja, pero aspira a mudarse, ya como una familia de tres miembros, a Córdoba, de donde es Clara, que se ríe cuando le preguntan si se acuerda de su última etapa como alquilada en la ciudad.
“Bueno, yo es que en mi última etapa en Córdoba pagaba 475 euros por un piso de dos dormitorios y 80 metros en Julio Pellicer. Pero es que, en 2022, cuando decidimos irnos de Málaga, empecé a mirar en Córdoba y vi que en aquel entonces sí que había pisos por 700 y 800 euros en el Vial Norte. La diferencia entre lo que había hace un año y medio y lo que hay ahora es brutal. Y desde que empecé a mirar hace tres meses ha cambiado la cosa a peor”, explica Clara, que cuenta que “cada vez hay menos pisos y los que hay son más caros”.
En su caso, por las características familiares, buscan una vivienda de unos 80 metros hacia arriba, con tres habitaciones -Espartaco trabaja en casa- y sin amueblar. De momento no hay suerte. “Con esas características, me sale un piso a la semana o una oferta cada dos días. Salen súper pocos y, cuando salen, vuelan. O sea, hay poquísima variedad”, apunta esta futura mamá cordobesa, que se parte de risa cuando recuerda que sus amigos les dijeron hace meses que, con su presupuesto de 850/900 euros, seguro que iban a encontrar alquiler en Córdoba rapidísimo.
Tres meses después, la familia sigue buscando a golpe de click. “Lo estoy viendo mucho más subido de lo que esperaba. Como 200 euros por encima del presupuesto que yo me planteaba hace solo un año y medio”, calcula Clara, que apunta a que, según sus cuentas, la unidad familiar tendrá que destinar un tercio de su presupuesto sólo al alquiler cuando finalmente se muden a Córdoba.
Su consuelo es que mucho peor está la cosa en Madrid. Aunque la pregunta que sobrevuela todas las cabezas es cómo una ciudad como Córdoba, que podría ser perfecta para atraer a nómadas digitales, ha cambiado tanto en apenas un año y medio. La conclusión a la que llega Clara es la misma a la que llegaba Jorge: “El otro día leía que había 700 y pico nuevos pisos turísticos y, al mismo tiempo, en Idealista sólo aparecen 400 y pico pisos para alquilar en toda Córdoba. Así que yo creo que la oferta es una mierda y empeora muy rápido porque los pisos decentes se han ido al alquiler turístico”.
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