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La Comisión Europea plantea que la ampliación de El Cabril puede afectar a dos espacios naturales

Almacén de residuos nucleares de El Cabril.

Juan Velasco

3 de marzo de 2025 20:09 h

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Un informe de la Comisión Europea advierte sobre los posibles impactos negativos que las obras de ampliación previstas en el centro de almacenamiento de residuos radiactivos sólidos de El Cabril podrían tener en los espacios naturales protegidos de la red Natura 2000.

El documento, facilitado a este periódico por el coordinador provincial de IU, Sebastián Pérez, señala que la evaluación ambiental estratégica del séptimo Plan General de Residuos Radiactivos no ha podido confirmar que las intervenciones previstas en esta instalación de almacenamiento de residuos radiactivos no afecten a la biodiversidad local.

En concreto, la Comisión señala que las obras podrían tener repercusiones en la Zona de Importancia Comunitaria de la Sierra de Hornachuelos, vigente desde el año 1992, y en la del Guadiato-Bembézar, vigente desde 1997. Dado que la normativa europea exige que cualquier proyecto que pueda incidir en estas áreas protegidas sea sometido a una evaluación rigurosa, el informe resalta la necesidad de llevar a cabo estudios adicionales para garantizar la integridad ecológica de estos espacios.

En este ámbito, el documento afirma que los proyectos del séptimo Plan General incorporarán en su diseño el criterio de que no se produzca pérdida neta de biodiversidad, lo que se traducirá en la aplicación de medidas preventivas y correctoras adecuadas, la valoración de los impactos residuales y su compensación. En particular, el sistema de gestión ambiental de El Cabril ha de fomentar los programas de restauración siguiendo las recomendaciones del órgano competente de la Junta de Andalucía.

El informe también destaca que el citado plan incorpora el principio de “pérdida neta cero de biodiversidad”. Esto implica la aplicación de medidas preventivas y correctoras adecuadas para mitigar cualquier posible impacto ambiental, así como la evaluación de los impactos residuales y su compensación.

Además, la Comisión Europea ha recordado que España está obligada a realizar revisiones periódicas de su estrategia de gestión de residuos radiactivos. En este contexto, el país llevó a cabo en 2018 una revisión internacional bajo el marco de la misión Artemis, organizada por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). Si bien esta evaluación identificó avances en la gestión de residuos, también formuló cinco recomendaciones y dos sugerencias, principalmente en relación con la financiación del almacenamiento geológico profundo. En enero de 2023, la Comisión solicitó a las autoridades españolas que informaran sobre los avances en la implementación de estas recomendaciones.

El documento, fechado en agosto de 2024, concluye indicando que la Comisión Europea seguirá supervisando la situación y evaluará el cumplimiento de las medidas recomendadas sobre la base del programa nacional actualizado, presentado por España en enero de 2024.

Sebastián Pérez hizo alusión a este informe este lunes, cuando denunció que el proyecto de ampliación del centro de residuos de El Cabril “supone en realidad la construcción de un nuevo cementerio nuclear”.

Los planes de Enresa

El 19 de febrero, la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa) firmó el encargo para el desarrollo de los trabajos previos necesarios para la ampliación del cementerio nuclear ubicado en el término municipal de Hornachuelos. Estos trabajos son una especie de preparación del terreno antes de construir almacenes que duplicarán la capacidad actual de El Cabril.

De este trabajo previo se encargará la Empresa para la Gestión de Residuos Industriales (Emgrisa), también de titularidad pública y dependiente del Gobierno, que tiene por delante 20 meses de trabajo para hacer cumplir la Declaración de Impacto Ambiental concedida a la obra de ampliación de El Cabril, para evaluar que el terreno puede acoger el nuevo sistema de almacenamiento, que el subsuelo no es permeable, que en caso de terremotos la zona no sufrirá desprendimientos o que los estudios previos son correctos, entre otras muchas medidas más.

Estos trabajos previos también tienen que determinar la viabilidad de la construcción de un vertedero en el que se depositarán los casi dos millones de metros cúbicos de terreno que hay que desmontar del conocido como Cerro de Los Pavillos en la Sierra Albarrana. Estas dimensiones evidencian la capacidad de almacenamiento del futuro espacio, que supone duplicar El Cabril actual.

De hecho, a este centro llegarán los residuos procedentes del cierre y desmantelamiento de todas las centrales nucleares de España hasta aproximadamente el año 2073. Entonces se dará por concluido el proceso de desmantelamiento de estos espacios. Enresa trabaja en un proyecto en dos fases. En la primera, y con el horizonte puesto en 2028, se construirían 12 celdas más. La segunda fase, sin fecha, prevé otras 17. En total, serían otros 25 recipientes especiales en los que poder sepultar los residuos de media, baja y muy baja intensidad procedentes de todas las centrales nucleares españolas.

En este sentido, en 2023, el cementerio nuclear de El Cabril cerró al 83% de su capacidad.

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