Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Noche de recogimiento en San Hipólito

Vía Crucis del Santísimo Cristo de la Buena Muerte | ÁLEX GALLEGOS

Rafael Ávalos

0

El murmullo habitual recorre cada rincón de la plaza. Es viernes y el espacio goza de tránsito constante. Pero el ruido ambiental desaparece poco a poco. Son las nueve de la noche. Es hora de recogimiento, de silencio y respeto. En el tercer día de Cuaresma las puertas de la Real Colegiata de San Hipólito se abren de par en par, como sucede cada año en esta fecha. La hermandad de la Buena Muerte inicia el Vía Crucis con la imagen de su titular, al que precede un buen número de hermanos.

Sobre las nueve comienza su trayecto por las calles de la céntrica feligresía el cortejo. En ese instante la mudez toma la plaza de San Ignacio de Loyola, punto de partida de la comitiva que acompaña al Santísimo Cristo de la Buena Muerte. La imponente talla del sevillano Castillo Lastrucci es portada a hombros por miembros de la cofradía a la que da nombre. La quietud continúa con la suavidad melódica que otorgan al momento los instrumentos del hispalense trío de capilla Ars Sacra.

La comitiva camina con la seriedad que es sello de la corporación de la Madrugada de Córdoba. Lo hace con el rezo de las Estaciones en un Vía Crucis que el pasado año no pudiera realizarse a cielo abierto debido a la lluvia. En esta ocasión la luna borda el manto que cubre a la ciudad, cuyo centro impregna con intensidad el incienso. Sencillo es el recorrido, que prosigue por las más próximas calles de la Real Colegiata de San Hipólito para abrazar después la parroquia de San Nicolás. Y el silencio se mantiene en torno al Crucificado. Es noche de recogimiento.

Etiquetas
stats