Mi hijo me ha enseñado muchas cosas. El hard rock una de ellas. Tal vez porque fui chica de colegio de monjas, o porque asociaba la heroína al rock y en mi época el caballo causaba estragos, el caso es que fui más de Miguel Bosé y de Mecano que de Extremoduro.
Pero me salió un hijo rockero. Cuando yo no estaba supe que hasta le ponía una peluca rockera a su hermana pequeña, le colocaba una guitarra en las manos y le hacía agitar con frenesí la cabeza. Los polos de Lacoste que le compraba me los dejaba sin estrenar, así que, cansada, decidí unirme a su causa, aunque encomendándome a los astros para que aquello se le pasara.
Me recuerdo un año en Londres, allá por 2007, buscándole camisetas de AC/DC en las tiendas de Notting Hill. En una de ellas le compré un pantalón vintage del ejército y al ir a pagar cogí una bolsita de caramelos de menta muy mona que había junto a la caja. Cuando llegué a Córdoba resultó que aquel dibujito no era una hoja de menta, sino una hoja de “otra hierba”. Y claro, los caramelos fueron inmediatamente requisados. Nunca los probé, ni los tiré … pero resulta que desaparecieron.
Las pulseras de pinchos y las camisetas negras, al llegar a la universidad, dieron paso a un estilo diferente, como surfero. Y por fin respiré. Sin embargo, su alma rockera sigue ahí. El día que se casó inauguramos juntos el baile con los primeros acordes de “Si te vas”, marcándonos unos pasos que habíamos ensayado en el despacho con muchas risas durante semanas. Y con esa música se lo entregué a su Amapola.
“Iros todos a tomar por culo” es el título del álbum de Extremoduro grabado íntegramente en directo. Si lo escuchan, Robe sale al escenario entre aplausos, se dirige al público y los anima a ponerse en pie y a gritar, una y otra vez, “¡mierda, mierda, qué mierda más grande!”. Un magnífico grito de liberación y hartazgo del sistema. Y así estoy yo en este momento. Echo de menos a un Robe Iniesta que me anime a desahogarme ante un panorama nacional como este. Incalificable, inaudito, totalmente intolerable y manifiestamente asqueroso.
Por si no era bastante las detenciones de la fontanera, del socio de Cerdá y del expresidente de la SEPI - ese señor ahora millonario, de pelo tan mal teñido-; ahora llegan los registros a diestro y siniestro (ya solo nos falta que la UCO vaya a la Moncloa); y, de guinda, los acosadores proliferando como hongos desde Madrid, a Almussafes, pasando por Lugo y Monforte de Lemos, para llegar a Belalcázar ¡Experto pescador de “almeja fresca” nos ha salido el señor alcalde!
En fin, que no, que no soy una ordinaria, pero hoy solo me provoca escuchar el álbum de Robe y repetir bien alto: “Iros todos a tomar por culo”. Y todos, es todos. Como explicaba Robe a Broncano en esa mítica entrevista de La Resistencia de 2018, en la rueda de prensa del disco se empeñaban en preguntarle qué a quién iba dirigido el título y él, con todo el arte del mundo, decía “ostia ¿no se entiende?, pero ¿cómo lo pongo más claro? Todos es todos”. Pues eso.
Hoy es un día triste. Robe, que la tierra te sea leve y encuentres algo mejor que el infierno que aquí nos dejas.
(Y, de fondo, se oye a la señora Montero cantando “Si te vas, me quedo en esta calle sin salida, sin salida … quédate, mírame, vuelve a sonreír …”)
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