La memoria musical de Pedro Guerra
El cantautor canario repasa a los letristas que más le han influido en su carrera
Tenía solo 14 años. Estaba en un pub de su pueblo canario. Y de repente, sonaron unos versos cantados. Te doy una canción con mis dos manos, las misma de matar. Un zurriagazo directo al hipotálamo del adolescente. Ese canario de dientes grandes, cuerpo desgarbado y gafas de miope quedó impresionado por la voz y la letra escrita de Silvio Rodríguez. “Tal vez no hubiese escrito canciones si no hubiese escuchado aquella”, confesó anoche Pedro Guerra.
Lo hizo este martes, invitado a Cosmopoética al BuleBar Poético, un espacio de diálogo y debate donde reflexionar acerca de la creación lírica en torno a una mesa y, si se quiere, unos refrescos o unas cervezas. En ese ambiente recogido, en una sala Polifemo a rebosar, Guerra repasó su memoria musical, acompañado del cantautor cordobés Luis Medina.
“He seleccionado los temas de la misma manera en que decido qué temas tocar en un concierto; tratando de que el conjunto tenga un sentido, un discurso”, cuenta el cantautor. Pero en su discografía selecta tiene mucho que ver su propia experiencia. Su propia vida. Su historia. Y la de la propia cultura musical. Por eso empieza por un autor seminal: Atahualpa Yupanqui.
En la sala se escucha Luna tucumana. Letra sencilla, directa y hermosa del autor argentino. “La escuchaba de pequeño. De niño, mi padre solía poner muchos discos latinoamericanos. Y este era uno de ellos. Atahualpa fue de los primeros en crear con una profunda carga popular. Esta letra sencilla parece pertenecer al puro folclore. Pero la escribió él”, cuenta Guerra.
Folclore de autor que no tiene por qué estar exento de una clara conciencia social. Como la de Víctor Jara. “Se convirtió en un mito por su vida, por la manera violenta y terrible en que fue asesinado por la dictadura de Pinochet. Pero escribió una canción perfecta: Te recuerdo Amanda, que nos demuestra que una historia de amor, bella y con compromiso social no tiene por qué ser un panfleto”.
Yupanqui. Jara. Rodríguez. Guitarras. Guitarras. Guitarras. “No es que crea que son imprescindibles, pero alguien dijo que si una canción no se sostenía con el mínimo de elementos, es que no era buena. Y si no es buena, ni la mismísima Orquesta Filarmónica de Berlín la salvará”.
La memoria de Pedro Guerra seguirá un rato más ilustrando a la audiencia cosmopoética. Pablo Milanés. Dylan. Leonard Cohen. Y otros cuantos...
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