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El hotel de El Arcángel, el hueco que separa al Córdoba CF del Ayuntamiento

Vista aérea del estadio El Arcángel

Alfonso Alba

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La Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento de Córdoba aprobó este lunes el pliego para la cesión del Estadio de El Arcángel, solo en la zona deportiva, con el objetivo de resolver una anomalía que dura décadas. El actual ocupante del bien es el Córdoba Club de Fútbol, una entidad deportiva que desde que en 1993 se inauguró el nuevo estadio no ha abonado nunca un euro de canon. Tampoco se ha firmado nunca un protocolo de cesión. Lo único, una declaración de intenciones que ha mantenido durante décadas una situación irregular en el que es el mayor bien público propiedad del Ayuntamiento de Córdoba. Y también el lugar donde más dinero público ha invertido.

Pero el pliego, tan deseado, no ha gustado a quien debería: Unión Futbolística Cordobesa, la sociedad anónima deportiva (SAD), que ostenta la titularidad de la unidad productiva Córdoba Club de Fútbol por orden del Juzgado de lo Mercantil de Córdoba. El desacuerdo está en un hueco: el del hotel de la Tribuna a construir en el Nuevo Arcángel.

El nudo gordiano es casi tan complejo de explicar como de resolver. Y en Capitulares les han dado todas las vueltas del mundo para llegar a una conclusión: hay que iniciar dos expedientes de cesión diferentes, el deportivo, por un lado, y el comercial hotelero, por otro. El estadio de El Arcángel está considerado urbanísticamente como un sistema general. En urbanismo, los sistemas generales son bienes públicos que no se pueden vender. Y las condiciones para cederlos a terceros son leoninas y extremadamente complicadas. Si es un sistema general deportivo, por ejemplo, solo se podrá ceder para jugar al fútbol, aunque sea de manera profesional. Por eso en Capitulares no hay ni un técnico que firme una cesión completa del estadio, con usos deportivos, comerciales y hoteleros.

El pliego de cesión recién aprobado prevé que el Córdoba CF (o quien se quede con la gestión de la zona deportiva del estadio) pueda compensar el canon que ha de pagar a cambio de una mejora fundamental: acabar la obra. Acabar la obra significa demoler la Tribuna y construir otra nueva. El pliego prevé que el proyecto deje el hueco vacío para el futuro hotel, previsto ya en la reforma del estadio que se inició en 2003. Y es ese hueco el que disgusta al actual Córdoba Club de Fútbol.

Ese hueco se dejaría para un segundo pliego, al que no podría optar una sociedad anónima deportiva, ya que su fin empresarial no es el de explotar hoteles, sino el de gestionar equipos profesionales. El consejero delegado del Córdoba CF planteó una solución: una unión temporal de empresas de la que forme parte la SAD. Pero lo que el Ayuntamiento de Córdoba no podría hacer, de ninguna de las maneras, es un segundo pliego por y para el Córdoba. A diferencia de la primera cesión, el pliego para el hotel debería incluir a cualquier constructora y a cualquier empresa hotelera interesada en explotar esta zona. El canon a pagar iría a parar a las arcas municipales y no repercutirían en el Córdoba Club de Fútbol.

Actualmente, en el Arcángel ya hay oficinas y almacenes que no repercuten en el Córdoba Club de Fútbol. En Preferencia, por ejemplo, la zona cerrada de la fachada la ocupan oficinas municipales. Hasta un departamento de la Policía Local está ubicado en la zona más alta. En el Fondo Sur se guardan las carrozas de la Cabalgata de los Reyes Magos. Por eso no se puede ceder el estadio al completo. Para hacerlo, habría que desalojar estas oficinas y estos espacios, de titularidad municipal.

Una vez aprobado el pliego en la Junta de Gobierno, el Ayuntamiento tiene que publicar el acuerdo en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP) para que se pueda dar por iniciado el proceso. Cuando se haga, arrancará el plazo de presentación de ofertas, que se calcula en unos dos meses. En ese tiempo, los dirigentes del Córdoba CF tendrán que decidir si se presentan o no al concurso.

Si finalmente el concurso quedase desierto se entraría en territorio desconocido. Por un lado, el Córdoba Club de Fútbol no podría usar la concesión del estadio para incluirla en sus libros y equilibrar sus cuentas. Por otro, el Ayuntamiento de Córdoba tendría que resolver una situación de ocupación irregular en un bien público. Cualquiera que fuese desahuciado por el Consistorio en otros bienes municipales, como los conflictos abiertos en La Pérgola o en la antigua estación de tren, podrían alegar una doble vara de medir en Capitulares. La situación, lejos de arreglarse, parece haber empeorado.

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