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Flores, peluches, velas y una hornacina para Ruth y José

FOTO: MADERO CUBERO

Alfonso Alba

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Hace un año que los hermanos Ruth y José Bretón, de seis y dos años, desaparecieron. La última vez que algo los vio con vida fue el 8 de octubre de 2011, cuando una cámara de seguridad de un centro de inserción del polígono industrial de Las Quemadas filmó su figura en el coche de su padre, José Bretón. Entraban a la parcela de Las Quemadillas donde según todos los informes forenses, policiales y judiciales no volvieron a salir.

Hoy, cuando hace un año de todo, a las 20.30, unas 250 personas han querido acercarse a la parcela de Las Quemadillas a recordar a los pequeños. Portaban velas, peluches, ramos de flores y han construido hasta una pequeña hornacina justo en la puerta de la parcela más famosa de Córdoba. Había muchos niños (llevados por sus padres) y a última hora hasta se acercó el alcalde de la ciudad, José Antonio Nieto, con varios concejales.

En la oscuridad de la noche de Las Quemadillas, iluminada por los focos de televisiones en directo, el muro de la parcela de José Bretón se leía más siniestro que nunca. Las pintadas exigiendo su pena de muerte, que se pudra en la cárcel, pidiendo a su familia que se vaya de Córdoba o que les acusa directamente de ser cómplices del supuesto crimen contrastaban con los peluches, las velas y hasta el momentáneo silencio.

Este es uno de los últimos de los actos en memoria de Ruth y José, pero no el último. El portavoz de la plataforma creada en apoyo de la madre de los pequeños, Ruth Ortiz, Antonio Santiago, ya ha pedido un lugar de homenaje en la ciudad de Córdoba para los pequeños y hasta tiene una idea: “Dos estatuas de los niños que proyecten dos haces de luz hacia el cielo” para que la memoria de Ruth y José “no se apague”.

La concentración concluyó sobre las 21.00. Muchos de los asistentes comenzaron a arrojar flores por encima de la tapia justo en el lugar en el que José Bretón prendió, presuntamente, una hoguera con los cadáveres de sus hijos.

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