Denuncian haber sido estafados por una persona que se quedó con sus ayudas al alquiler
Aunque el Consistorio no tiene un parque propio de vivienda pública, tres familias acamparon en la mañana de este martes -y han repetido el miércoles- junto al Ayuntamiento para reclamar una solución a su falta de casa. Las familias ocupan ilegalmente y desde hace casi cinco años varios pisos en la calle Tenor Pedro La Virgen que son propiedad de una entidad financiera. Las tres, además, son beneficiarias del programa de Ayudas al Alquiler de Asuntos Sociales pero critican que no encuentran inmobiliaria que les acepte como inquilinos. En este contexto, denuncian que un particular les robó el dinero de las ayudas ofreciéndoles alquileres que resultaron ser falsos.
“Fue una estafa”, protestan al unísono Elisabeth Olmo y Chari García. Las dos, junto a Aroa Santos y sus correspondientes parejas llevan dos días protestando en la puerta del Ayuntamiento. Fuentes municipales informan de que miembros de Asuntos Sociales se han entrevistado con ellos y han recibido la información de primera mano. Pero poco más pueden hacer. “Las ayudas de Servicios Sociales implican que sea el beneficiario el que busque el alquiler. En este caso, lo han hecho entre dos particulares y al parecer han sido estafados”, señalan las fuentes consultadas.
Las familias se quejan, sobre todo, de las dificultades que encuentran en el sector privado para lograr un alquiler. “Nadie quiere darnos un contrato con esas ayudas. Y nadie quiere darnos un contrato si no tenemos nómina ni avales. Pero, claro, si tuviésemos un trabajo o ahorros, no estaríamos de ocupas ni pidiendo ayudas al alquiler”, insiste Elisabeth.
Todos los miembros de las tres familias están en el paro. En total, tienen seis hijos pequeños. Tras 11 años solicitando una vivienda pública a la Junta de Andalucía, hace cinco decidieron ocupar ilegalmente viviendas. Hace dos meses, Aroa Santos y su esposo estuvieron a puntos de ser desahuciados. Entonces, el Ayuntamiento ya medió a su favor. Ahora, el desahucio, insisten, se podría dar la semana que viene. Y no solo para Aroa y los suyos, sino para las tres familias.
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