El Ayuntamiento revisará la organización de futuras fiestas en la Plaza de Toros
El sábado se organizó en la Plaza de Toros el Córdoba Colors Fest, una fiesta con pinchadiscos para que cientos de jóvenes bailasen mientras eran embadurnados de polvos de colores. El problema, confirman fuentes municipales, se dio en los alrededores del Coso de los Califas, usado como espacio de botellón “sin que los organizadores asumiesen su responsabilidad en el exterior”. Desde el Área de Seguridad se advierte que su intención para el futuro es no volverlos a autorizar“ y así lo trasladaremos ”desde Policía a la Gerencia de Urbanismo, que es la que concede el permiso“.
La cuestión, insisten en el Ayuntamiento, es que en este tipo de eventos en los que los jóvenes tienen posibilidad de entrar y salir, “precisamente no tienen un horario fijo de entrada y salida”. Este hecho, sospechan, fue aprovechado por algunos para beber en la calle.
Es decir, el Consistorio se queja de la “nula” organización y de la algarabía que se produjo en los accesos y salidas a la Plaza de Toros. Y la Policía Local afirma que “desde prácticamente primera hora hubo botellón en los alrededores”. El caos fue tal que fue precisa la intervención de los agentes, no solo para atender las denuncias por botellón sino también para atender las quejas de grupos que afirmaban haber comprado las entradas para asistir al festival pero que no podían acceder. En las redes sociales las voces críticas van desde aquellos que se quejan de que directamente se quedaron en la calle, hasta los que critican largos retrasos para acceder al interior del recinto o las dificultades para moverse por él, dividido en zonas según el precio de la entrada.
Según explica la propaganda de la organización, la entrada de 15 euros daba derecho a 12 horas de fiesta, una bolsa de polvo de colores y un plato de paella (antes de las 16:00). Mientras que con la entrada vip de 21 euros, sumaba a las 12 horas de fiesta la ventaja de no tener que hacer colas en el acceso, una bolsa extra de polvo de colores, dos bebidas (refresco, tinto o cerveza) y el correspondiente plato de paella.
Algunos jóvenes protestaron allí mismo por unos precios con los que no estaban de acuerdo -por no haberse informado previamente- y que consideraban abusivos. Varios de ellos pidieron presentar sus quejas en hojas de reclamaciones, al tiempo que estudian, incluso, hacerlas llegar a la Oficina del Consumidor del Ayuntamiento de Córdoba.
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