Las flores existen para las abejas, la polinización y todo lo demás. Existen ante los sentidos. Existen para ellas, sin más. Y también, para que luzcas su divina arquitectura en forma de estampados. Algo así prendería en el genio del diseñador británico Richard Quinn, cuyo inconfundible sello reside en la colorista combinación del motivo floral, el clásico lunar y la onda punk o fetichista del vinilo. Desde su graduación hace menos de siete años en la Central Saint Martins, ha conseguido proyección de alfombra roja, éxito empresarial y hacer historia con la reina Isabel presenciando su primer desfile en la London Fashion Week de 2018.
Su inteligencia e instinto sobre el valor de la cooperación le han llevado a crear una planta de estampado y serigrafía abierta a otras empresas y a colaborar con Moncler, Jo Malone, entre otras firmas, a la que ahora se suma MAC Cosmetics, con la que estrena colección de maquillaje de edición limitada.
Los envases de MAC X Richard Quinn atrapan el apetito coleccionista y su contenido convence por su sintonía primaveral de rosados, fucsia, melocotón, rojo fuego, en barras labios, incluidas las dos especiales; el iluminador beige perla; la paleta de ocho sombras de ojos en tonos pastel; el blush de pastilla bicolor; los lápices delineadores de ojos, en verde menta, blanco, negro y malva, más la máscara de pestañas Macstack y la bruma Fix + Cherry Blossom vestidas con el estampado de la colección.
Definitivamente, he fijado el rumbo hacia la primavera y el embeleso de las cosas bonitas. Y no puedo dejar de recomendar el ejercicio tan sano de echarse flores. Feliz, reivindicativo y universal 8 de Marzo.
Nota: Las menciones a marcas y productos no llevan aparejada ninguna contraprestación
Crecí en los 70 bajo la influencia de la Señorita Pepis, un set de maquillaje para niñas del que arranca un amor interminable por el rojo de labios y el khol enmarcando la mirada. Las tendencias y la moda, la cosmética y el sublime arte del perfume me interesan con una pasión que solamente los adictos sabemos reconocer. Y sí, somos cientos de miles de personas -por cierto, muy distintas en edad y características sociales- para quienes la moda es una motivación, un bálsamo, un acicate, un exquisito pasatiempo. Ahora que Internet y las redes sociales han incendiado el mundo con la revolución fashionista, por qué no echar más leña al fuego desde las páginas de CORDÓPOLIS.
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