No me había ido, me estaba adaptando
Yo sé que me echabas de menos. Lo sé. Yo también. Pero he tenido que tomarme mi tiempo. Parar, frenar, pensar, volver a pensar, medir las posibles consecuencias de las decisiones. Volver a pensar, planificar, volver a planificar. Sentarme, levantarme, dar un paseo, y volver a medir.
Así he estado en las últimas semanas y lo necesitaba. Lo necesitaba porque después de caer a lo mas profundo de la desesperación por la situación, me levanté muy deprisa, y mi cabeza tenia que parar. Par poder ordenar todo lo que estaba en ella.
Estoy convencido de que a muchos le habrá pasado igual: son tantos los cambios que hemos experimentado en tan poco tiempo que no estamos preparados para asumirlos todos a la vez. Y es importante que seamos conscientes de ellos y los asimilemos.
Ultimamente se escuchan y se ven muchas frases motivadores, pensamientos filosóficos y un sin fin historias mas. Pero sin duda, hay una que me he aplicado, a base de bien.
“……Entonces aquellos miembros con características mejor adaptadas sobrevivirán más probablemente.”
Esta frase está extraída de la teoría de la Selección Natural de Darwin y de su estudio en el Origen de las Especies (libro publicado en 1859), que al final viene a resumir algo muy sencillo: los que mejor se adapten tienen mas probabilidades para sobrevivir. Y eso es lo que estoy haciendo, adaptándome al nuevo escenario para sobrevivir.
Ya no es solo que los empresarios hayamos tenido que tomar medidas en una direccion u otra para poder conseguir que nuestras empresas sobrevivan, es que también “nosotros” como personas y como profesionales hemos de adaptarnos. Creedme, creo que es un pensamiento que debemos realizar. Un acto de constricción que nos debe ayudar a afrontar la situación, asimilarla pero sobre todo, a pensar en el dia siguiente, y asi sin detenernos.
Y esto lo digo porque hace ya días que me asalta una sensación. Una reflexión que intento poner siempre en cualquier conversación para pulsar lo que piensa el resto. Tengo la impresión de que muchas personas piensan que esto va a llegar a un momento 0, es decir, como que vamos a volver a recuperar lo que teníamos antes, y esto no va a ser así.
No me quiero poner catastrofista, mi muchísimo menos, estais probablemente ante una de las personas mas optimistas que podáis imaginas ahora mismo (optimista, si, ya se que fui el “Cuervo de 3 ojos”, pero ahora soy mas “Aria Stark”…esto solo lo van a entender los frikis de GOT). Pero soy muy realista. No creo que vayamos a volver a una situación como la de antes del 15 de marzo, al menos no en el corto-medio plazo. Yo creo as que nos encontramos ante un nuevo escenario mundial, que cambiará algunos aspectos en nuestra vida, y los que nos tendremos que acostumbrar. Hay un ejemplo, por desgracia, que sirve muy claramente: el virus del VIH. Hace 30 años, no existía. Vino para quedarse, cambió el comportamiento de las relaciones entre personas, etc. Pues, salvando las distancias pertinentes, eso es lo que va a pasar ahora.
Y todo esto me lleva a pensar que tenemos que adaptarnos, en todos los sentidos. Y por desgracia, estamos aun en un momento importante en el que no hemos llegado a entenderlo. Ni el empresario, ni el político, ni el ciudadano a pie. Ninguno.
Dentro de toda esta reflexión, tengo otro escenario importante, y es el “post-verano”. Creo que en septiembre-octubre, nos va a venir un golpe difícil, porque muchas empresas no vana ser capaces de aguantar mas una situación en la que la desconfianza social está establecida. Ademas, donde un país no está remando de manera coherente en ninguno de los estratos importantes: políticos, empresariales, ciudadania. Y esto lo vamos a notar por desgracia.
Como en la crisis de 2008, hubo sectores que lo sufrieron sobremanera, ahora serán otros los que se verán muy afectados. No hemos aprendido mucho de esa situación. Nos relajamos y vamos a volver a caer, eso si, con una salvedad importante: ahora no son los empresarios afectados en esa crisis los causantes de la misma. Esta crisis se nos ha impuesto a todos, no voy a entrar en si era necesario, no era necesario, etc. Da igual, no quiero entrar ahí. Lo que sí está claro es lo que ha pasado y lo que va a pasar, y ninguno lo vio venir, ni estábamos preparados.
Por eso, como decía Darwin y haciendo una adaptación a estos tiempos: los que sepan (y puedan, porque habrá muchos que sepan pero ya no puedan) adaptarse, prepararse y acometer las decisiones pertinentes, sobrevivirán. Quizás no necesitemos mucho tiempo para salir a flote, pero el golpe ha sido un “crochet” directo a la mandíbula que a algunos va a tumbar y a otros nos costará mantener el equilibrio para no hincar rodilla en la lona.
Así que, hay que prepararse muy bien. Como decía al principio, no dudes en invertir tiempo en ello. En estos días, me he acordado de un libro que leí hace muchos años que me encantó. Mi padre me lo dejó (se lo sabia comprado él hace años), basado en hechos reales, Piers Paul Read escribió la tragedia del vuelo perteneciente a la Fuerza Aérea Uruguaya que el 12 de octubre de 1972 partió del Aeropuerto Internacional de Carrasco transportando al equipo de rugby del club de ex alumnos del Colegio Stella Maris de Montevideo, que se dirigía a jugar un partido contra el Old Boys (de Santiago de Chile), y que se estrelló en Los Andes. Así a lo mejor no os suena, si os hablo de la película Viven, es posible que alguno la hayáis visto. La película a mi me encanta, que conste, pero el libro es brutal. Pues ahonda en los relatos que algunos de los supervivientes contaron, de como se tuvieron que adaptar realmente, de como los supuestamente mas fuerte fisicamente, fueron los que menos sobrevivieron pues no consiguieron asimilar la situación (salvando las circunstancias de avalanchas o heridas mortales).
En estos días lo he recordado, y eso que lo leí en 1994. Pero lo recuerdo perfectamente: si esos chavales sobrevivieron 72 días en esas condiciones, no vamos nosotros a ser menos ¿no?
Pues vamos a ello.
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