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A las golosinas las carga el diablo

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Vanesa Cortés

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Dar golosinas como premio no es el mejor de los reforzamientos de conducta.

No. No son saludables y no, no es una buena asociación.

Soy consciente de que afirmar esto categóricamente sienta muy mal, que hiero sensibilidades y que puede que me gane el apelativo de radical, extremista o talibán, pero es mi obligación como nutricionista aclarar estos conceptos, ya que las golosinas no son saludables, no deben estar incluidas en la dieta de un niño y no deben ser utilizadas como medio para reforzar conductas positivas. Ya comen bastantes en cumpleaños y fiestas de guardar y con eso tienen más que de sobra.

Su ingrediente principal es el azúcar y su efecto no es otro que picos de insulina y posibles patologías futuras como diabetes, caries, malas digestiones e hinchazón abdominal, infecciones por hongos, bacterias y parásitos, obesidad y adicción al azúcar.

Como no puede ser de otra manera, están realmente bien promocionadas por las campañas de marketing. Algunas tienen como reclamo publicitario: “Ricas en vitaminas, minerales y antioxidantes”, como si fuesen una ¡fruta! Y ni siquiera el Ministerio de Sanidad lo cuestiona.

Eliminarlas es imposible, pero yo las gravaría con un IVA altísimo pues no son alimento de ninguna necesidad y como dije en el artículo sobre el azúcar, no es el combustible de nuestras células y tampoco es necesario para el cerebro. Pero sí es cierto que nacemos con el sentido del gusto desarrollado para el dulce y que experimentamos placer hedónico al tomarlo. En realidad, es el gusto innato de un niño y por ello lo reclama, forma parte de su biología más básica.

Si recapitulamos, vemos clarísimo que el azúcar no es necesario para el organismo, pero nuestros infantes, por su propia biología, nos lo van a reclamar. Ante lo inevitable y totalmente natural, propongo otras alternativas.  

  • Frutos secos mezclados con frutas desecadas.
  • Frutas desecadas (pasas, dátiles, ciruelas pasas, orejones, higos, trocitos de coco desecado, melón, pomelo…)
  • Sin duda esta es la mejor de todas, la podemos poner bañada en chocolate mínimo 70% cacao.
  • Pipas de girasol, calabaza (tostadas no fritas y con poca sal).
  • Chocolate negro.
  • Palomitas de maíz caseras con aceite de oliva virgen extra.

Y dejar el consumo de chucherías para ocasiones realmente extraordinarias, reforzando conductas de otra forma y potenciando la alimentación saludable desde que son pequeñitos. Debemos tener en cuenta que hay que educar su paladar, que a todos los niños no les puede gustar todo y que poco a poco se irán acostumbrando, es cuestión de tiempo y paciencia.

"En cada niño se debería de poner un cartel  que dijera: Tratar con cuidado, contiene sueños". Mirko Badiale.

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