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Los lunes al sol

Redacción Cordópolis

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Tengo aún recientes en mi memoria imágenes de autoridades cordobesas visitando Farebús con motivo de cualquier cita electoral. Lo que era una empresa de carrocería modelo, ha echado el cierre tras meses de no lograr tener actividad por la crisis de pedidos y la falta de nuevo inversor, y tras meses de expediente de regulación temporal de empleo que se ha comido parte de las ayudas por desempleo.  Ha sido doloroso ver como, prácticamente, no se ha escuchado asumir niguna responsabilidad a aquellos que iban a hacerse fotos propagandísticas. Incluso he echado en falta declaraciones de apoyo o que algún cargo institucional explicara qué gestiones ha hecho para intentar evitar el fin de la empresa. El “liquidador” Navas, delegado de empleo, aunque no lo parezca, y presidente, todavía, del IMDEEC; y el delegado de la Junta, José Ignacio Expósito,  se mantienen mudos a pesar del continuo incremento del empleo en la ciudad y provincia. Y si hablan, es para culpar a otra fuerza política de lo que está sucediendo.

Para los trabajadores de Farebús, hoy es su primer lunes al sol, tal y como describía Fernando León de Aranoa en la película del mismo título que reflejaba las consecuencias que podía producir el paro en la vida de un grupo de trabajadores del sector naval del norte de nuestro país. Al igual que Santa (Javier Bardem), José (Luis Tosar), o Lino (José Ángel Egido) muchos de los trabajadores de Farebús se encontrarán con graves dificultades para recuperar un empleo, sometidos a la presión de la edad y de las resposabilidades familiares, temiendo no tener ni para poder tomarse una cerveza, o, lo que es peor, para mantener su vivienda. Alguno de ellos, posiblemente, como Rico, buscarán alguna alternativa de supervivencia en la hostelería, que parece ser lo único que se mantiene en la ciudad.

Lo peor de todo es que los 143 trabajadores se sumarán  a los más de 47.000 que ya están parados en la ciudad, en un porcentaje importante desde hace ya más de un año, y sin expectativas de encontrar trabajo a corto plazo. Para ellos, los lunes son un día igual a otro, presos de desesperanza, de bajada de la autoestima y que generan inestabilidad en su vida. Mientras, en la ciudad no hay respuesta, con unas administraciones dedicadas a reducir el empleo público e inermes ante la caída de la economía privada.

¿Dónde están esos inversores externos que PePe Nieto tenía comprometidos y que solo esperaban la llegada al poder del gobierno pepero para aportar su capital? ¿Cuándo se va a dar a conocer el programa “mágico” que se estaba preparando con el Ministerio de Empleo? ¿Les parece exitosa su gestión que solo sustentan en la celebración de la Copa Davis, hace ya más de un año, y la próxima apertura de un mercado gastronómico en la Victoria? ¿Cuándo se van a hacer efectivos los proyectos anunciados por la Junta de Andalucía como plan de choque contra el desempleo? ¿Dónde han quedado las políticas activas de empleo?

Soy consciente de que la crisis no es solo cordobesa, pero tampoco lo era cuando gobernaba la izquierda y desde las filas de la gaviota se exigía que el Imdeec y el Pacto por el Empleo supieran combatir la subida del paro. Ahora no hay Pacto y el Imdeec está en proceso de disolución sin que haya alternativa conocida y sin que parezca que haya ideas. En año y medio, el desempleo ha pasado de 39.000 personas a más de 47.000 sin que se conozca más plan de actuación que esperar a que algo suceda por obra divina. Por el contrario, la contracción de la actividad pública y las medidas de recortes de los gobiernos central, autonómico, y, en menor medida, del local, solo están agudizando la situación.

Como decía anteriormente, solo la actividad turística parece mantener algún pulso en la ciudad. Nuestro valor patrimonial, con la Mezquita al frente, nos sostiene, aunque corremos el riesgo de depender del monocultivo turístico y estar al albur de sus oscilaciones. Por eso, no se entiende que ahora el gobierno municipal, a través de nuevo del especialista en cierres y despidos, Navas, ponga en cuestión el Consorcio de turismo, obsesionado por echarle un pulso al Masa Carreto, al igual que ha paralizado la inversión en el centro de congresos, incrementando la confusión, o ha abandonado la línea cultural como motor de nuestro desarrollo. Al menos, esperemos que sea cierto que la Fiesta de Patios alcanzan consideración de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad y que sean una pronta realidad el autobús turístico y el centro de recepción de visitantes de la Ribera.

No sé si los trabajadores de Farebús y de otras tantas empresas, que han cerrado en los últimos años a un ritmo de casi 500  personas mensuales, podrán encontrar un hueco en la pobre economía de nuestra ciudad. De no ser así, es posible que acaben perdiendo la noción del día en que viven y que se pregunten, ¿Qué día es hoy?

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