El Quijote contra los humanoides
Hace no mucho alguien me dijo que me he vuelto una descreída de la humanidad, pero ejemplos de la falta de valores de los humanos tengo a diario. Humanoides. ¿Por qué razón? ¿Qué ejemplos? No es que sea gran lectora de las novelas de caballerías o la más aficionada a El Quijote, pero volvería a poner de lectura obligada aquellas obras que nos hagan recordar lo que es lealtad.
La llamada siempre al acecho. La noticia que unos esperan pero la mayoría no. Una reunión a la que eres convocado para que te cambie la vida, ya han decidido por ti. Un amigo confiesa que él nunca trabajaría en una multinacional, en una empresa transnacional, global o como la queramos llamar. Porque nosotros -que muchos compartimos la condición de trabajador expatriado- tenemos ciertas condiciones de vulnerabilidad respecto a un trabajador al uso en el territorio de su propio país. Somos el eslabón débil de la cadena.
¿Somos un número más en el balance anual? Estas grandes empresas parecen haberse deshumanizado, ¿en serio las componen personas?
He visto ya muchos casos desde que estoy aquí en México de lo mal que tratan a un fiel trabajador que lleva dando el pellejo por su empresa más de tres, cinco y hasta diez años lejos de su país y que convierte esta tierra extraña en su presente y en su futuro (aquí nacieron sus hijos, aquí encontró nuevas amistades...). Sin embargo, una llamada, ninguna explicación y ponen la realidad de una familia expatriada -ya por convicción propia, con arraigo- patas arriba sin siquiera preguntar qué te parece el nuevo puesto. ¿Dónde quedó el hablar de tú a tú? ¿La lealtad o el agradecimiento por los servicios prestados?lealtadagradecimiento
No lo entiendo... Ya lo he vivido antes, ya lo he visto muchas veces (demasiadas) y aquí en medio de organigramas de cinco pisos de altura todos miran para el otro lado dejando correr la “injusticia” hacia el trabajador fiel. Despidos improcedentes, traslados a países que no sabemos dibujar en el mapa, repatriación con condiciones, el adiós a la tierra que dejó de ser extraña a fuerza de dedicarle tantas horas de trabajo... Humanoides con traje y corbata, lo dichoHumanoides con traje y corbata. Este tipo de ejemplos con los que lidio frecuentemente en los círculos de españoles en México son las cosas que me hacen perder parte de esa fe en la humanidad, en que por encima de una nómina de trabajador somos personas, con sueños, intereses, planes, sentimientos... Es todo. ¿Qué levante la mano quien no se sienta así cuando recibe una llamada de su multinacional? Fin del comunicado.
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