Podridos de violencia
Normalmente no me gusta crear alarmismo entorno a un tema tan delicado y complejo como es la violencia en México, es más, siempre animo a visitar ese país a todo el que me pregunta garantizando el bienestar en su visita. Pero distinto es para los que vivimos allí que hemos incrementado, ante el aluvión de casos violentos el último año, nuestro nivel de preocupación. Sin duda, los datos hablan solos: en 2017 se ha superado la barrera de los 2.000 crímenes que no ocurría desde el peor año recordado que fue en 2011 ya que los registros se iniciaron con Felipe Calderón en 1997.
No falta en las primeras páginas de los diarios los casos violentos que alarman a la sociedad mexicana, incluido la Ciudad de México, que antes era un feudo ya ganado en seguridad. Alarma y mucho que en el entorno de la Universidad Autónoma de México han aparecido los últimos meses varios cuerpos sin vida sin conocerse las causas del crimen. Oye, pues qué miedo ni que en un entorno estudiantil teóricamente seguro los padres puedan mandar a sus hijos tranquilos.
La situación se ha agravado y lo corroboran los estudios presentados por el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos que sitúan a México como el segundo país más violento del mundo. Avala este pésimo dato la cifra de 23.000 asesinatos, solo por detrás de Siria, con 50.000 y antes que Afganistán e Irak, con 17.000 y 16.000 respectivamente. El organismo británico ahonda en el incremento de casi un 23% del crimen en el último año, lo que considera un deterioro en una de las principales promesas de campaña de Peña Nieto, quien saldrá del gobierno en los comicios del próximo año.
¿Es esta la razón por la que ya no se preocupa por mantener la seguridad en sus fronteras? ¿Qué plan hay para que esta lacra, esta metástasis violenta, se extermine de una vez o al menos se consiga un nivel “normal” de inseguridad? ¿Qué defensa tiene este país si además estos asesinatos, estos actos violentos se producen en la plena impunidad de la justicia mexicana?
Muchas preguntas sin respuesta, mucha rabia me da, a mi y más a los mexicanos que claman soluciones que no llegan nunca. Ya dije que no se puede vivir con miedo, pero es que vivir con la impunidad es mucho más doloroso. Dueles México, sangras y te debilitas en tu grandeza...
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