Carta al ministro

Señor Fernández, dos puntos

Soy un humilde miembro de la mayoría silenciosa, la que no da ruido, la que, como su propio nombre indica pues no quiere molestar ya que es silenciosa y es, según dicen, mayoritaria; es decir, que somos un montón. Así que ya no sé si salir o quedarme, si molesto o si me asomo tras las cortinas a ver si la calle es suya o es nuestra o yo qué sé.

Me llamo Peter Parker, por cierto, pero hay gente que me conoce como Spiderman, sobre todo cuando me pongo las mallas y tal y me da por adherirme a las fachadas. Todo empezó cuando me picó una araña, cosas que pasan; a uno le muerde un insecto y entra en coma con un shock anafiláctico, a otros nos convierte en súperheroes. La vida es así, no la he inventado yo.

Sé que usted, con su criterio, ha elaborado un anteproyecto de ley de seguridad ciudadana. Bueno, usted sabrá; pero debo decirle, en mi condición -sobrevenida- de súperheroe, que no lo veo claro. Tengo dudas. Por ejemplo, me sorprende que considere usted una “infracción grave” -penada con desde 1.001 a 30.000 euros de multa- “escalar edificios públicos o históricos como forma de protesta”. ¿Y si nos da, más bien, por descenderlos? (le recuerdo que me llaman Spiderman).

Otra cosa que no entiendo bien -llámeme inconsciente- es eso de los ultrajes a España o a sus instituciones. Me parece un poco laxo: conozco a gente cercana que saldría a la calle, si acaso, vestidos con una camiseta con la leyenda “Elvis es el Rey”. Un lema que, según la humilde opinión de un súperheroe pop, no debería molestar a nadie; entre otras cosas porque es la única verdad verdadera (y hasta me atrevo a decir que usted la comparte, aunque sea con la boca pequeña y en la intimidad).

Señor Fernández, se lo digo con la humildad de un arácnido de corazón: Córtese. Los de la mayoría silenciosa somos, evidentemente, silenciosos; pero no gilipollas (disculpe). Y los de la otra mayoría seguiremos saliendo a la calle.

Se lo dice Spiderman.