Silogismo
El término municipal de Córdoba tiene 3,5 veces la superficie de Gaza
El término municipal de Córdoba tiene una extensión de 1.254 kilómetros cuadrados. La superficie de la franja de Gaza apenas alcanza los 360. Es decir: Córdoba supera en 3,5 veces el espacio del diminuto gueto palestino del Mediterráneo oriental. En Gaza viven 2,5 millones de seres humanos. En Córdoba, 319.515 personas. De tal manera que la densidad de población del enclave árabe roza los 7.000 habitantes por kilómetro cuadrado, mientras que la de la ciudad andaluza apenas se sitúa en 254. O sea: 27,5 veces menos que Gaza.
La de un ingeniero es una mente cartesiana. Cuando observa una realidad, por muy intrincada que parezca, saca el lápiz y hace números. Y, a través de cuentas sencillas, disuelve cualquier ecuación como un azucarillo en el café. El silogismo que le acabamos de presentar ha salido de la mente de Ángel de la Fuente. Un ingeniero de minas, para más señas. Examinó Gaza en el mapa y extrajo algunas conclusiones que nos pueden ayudar a comprender la magnitud del horror.
Si introducimos un elemento aritmético más, el resultado puede ser estremecedor. Hasta el 10 de noviembre, Israel había lanzado sobre el minúsculo territorio que ocupa ilegalmente la nada despreciable cifra de 32.000 toneladas de explosivos, repartidos ordenadamente en 13.000 bombas. Es decir: 914 toneladas por día y 11 por kilómetro cuadrado. Quiere decirse que cada ser humano que vive enjaulado en Gaza ha recibido 12,8 kilos de explosivos. Y no precisamente envueltos en papel de regalo. Mucho más, desde luego, de lo que el Gobierno de Israel les permite aprovisionarse de agua, alimentos y medicina.
Los expertos calculan que Hamás cuenta con 20.000 terroristas. Eso significa que representan el 0,008% de la población total de Gaza. Es decir: que, por cada terrorista fulminado, el Ejército israelí se ha llevado por delante la vida de 125 seres humanos, la mayor parte de ellos niños y mujeres. De lo cual se deduce que, quizás, el principal objetivo del señor Netanyahu no era exterminar a Hamás sino propinar un castigo bíblico a un pueblo que se resiste a desaparecer.
Si el Gobierno español, pongamos por caso, hubiera decidido adoptar la misma receta antiterrorista que nuestro aliado occidental en Oriente Medio, el País Vasco sería hoy un solar plagado de escombros y, en lugar de haber resuelto un problema histórico, estaríamos navegando en un mar de sangre, dolor y vergüenza.
0