Sumar defiende la reducción de jornada: “No hemos venido a este mundo a trabajar” sino a “disfrutar”

El portavoz adjunto de Sumar en el Congreso de los Diputados, Enrique Santiago, ha defendido este lunes en Córdoba la reducción de la jornada laboral semanal de las 40 horas actuales a 37,5 y, “en pocos años”, a 32 horas, “por supuesto sin reducción de los salarios”, desde la convicción de que ello “mejorará la productividad” y porque, además, “no hemos venido a este mundo a trabajar” sino a “intentar disfrutar”.

En este sentido y en declaraciones a los periodistas, poco antes de mantener un encuentro con responsables de CCOO Córdoba para analizar la situación de los trabajadores de la hostelería en dicha provincia, Santiago ha señalado que la reducción de la jornada laboral no es solo “un acuerdo” incluido “en el programa del Gobierno de coalición” de PSOE y Sumar en España, sino que, “además, es una aspiración absolutamente apoyada por la inmensa mayoría de la sociedad española”.

De hecho, “probablemente es de las propuestas que más apoyo tienen”, siendo “absolutamente mayoritario entre las personas jóvenes” y, en general, “en todos los tramos de edad, e incluso entre los votantes del PP, pues únicamente se oponen un 26%, y entre los votantes de Vox únicamente se oponen un 29% a la aprobación de una ley de reducción de la jornada laboral”.

A este respecto, el también portavoz de IU en el Congreso de los Diputados ha aclarado que, “en principio, hemos propuesto una norma que reduzca ya la jornada laboral (semanal) de 40 a 37 horas y media, para llegar a 35, y ojalá que en pocos años podamos llegar hasta 32, y por supuesto sin reducción de los salarios, faltaba más”.

A la hora de defender esta medida, Santiago ha resaltado el hecho de que “en nuestro país, desde el año 95, la productividad en los centros de trabajo y en las empresas ha crecido un 15% mientras que los salarios desde ese mismo año y hasta 2022, en términos reales, sólo han crecido un 1,5 o 2%, es decir, hay mucho margen de incremento de la productividad como para que las empresas puedan reducir la jornada de trabajo manteniendo el mismo salario y sin ocasionar pérdidas”.

Además, en Sumar están “convencidos de que la aprobación de esa ley también va a hacer que los trabajadores desempeñen sus tareas de una forma mucho más cómoda, mucho más identificados, sin tanto estrés y también mejorarán la productividad”, y ello “permitirá, de alguna forma, aumentar la conciliación con la vida familiar, tener más ocio y, sobre todo, tener más tiempo para la vida de las personas”.

Todo ello ha llevado a Enrique Santiago a la conclusión de que “no hemos venido a este mundo a trabajar, sino hemos a intentar disfrutar, sobre todo en sociedades avanzadas, y eso hoy se puede permitir perfectamente”. Por eso, esta reivindicación, que está absolutamente estudiada y sale de una propuesta de expertos, está siendo sometida ya al debate social y al acuerdo social“.

“Por supuesto --ha proseguido-- no va a ser una imposición que llevemos adelante desde el Gobierno de coalición. Tiene que alcanzarse un acuerdo en la mesa de diálogo social” y, por eso, “desde el pasado 22 de enero está en marcha la mesa de diálogo social entre los sindicatos y la patronal”.

Sin embargo, “también es cierto que, si finalmente no se consigue un acuerdo de diálogo social, el Gobierno irá tomando las medidas” y, según ha avanzado Santiago, desde Sumar “defenderemos que esto ocurra así, para ir avanzando en esta reducción paulatina, para que a la mayor brevedad consigamos ya la primera reducción de las 40 a las 37 horas y media de trabajo semanal”.

Por su parte, la responsable de Hostelería en el Sindicato de Servicios de CCOO Córdoba, Eva Sánchez, ha argumentado que la reducción de la jornada laboral semanal por ley “sería una forma de mejorar Al sector” hostelero, pues los trabajadores del mismo sufren “unas jornadas maratonianas”, perO con “contratos a tiempo parcial”, es decir, tienen unas “jornadas largas, que se extienden más allá de lo contratado, donde los descansos no se respetan, y donde se trabajan festivos que no se compensan”, siendo “muy complicado conciliar vida laboral y familiar”.