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A. Fresno

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El sol se asoma tímidamente entre nubes dispersas, pero la temperatura es agradable a eso de la media tarde. Es lunes y comienza el Concurso de Patios de Córdoba, que este año regresa a fecha habitual, con la primavera, en el mes de mayo. Como suele ser habitual, los cincuenta patios participantes en el certamen de este año se dividen por zonas y este viernes empezamos por una de las más clásicas, la ruta de San Lorenzo. Casi una decena de recintos -nueve en esta ocasión- donde encontramos algunos de los patios más visitados año tras año.

Nuestra primera parada es en la calle Frailes, 6. No hay colas. Sin embargo, dado el reducido aforo de este patio y tras tomarnos la temperatura, la controladora nos advierte de una serie de recomendaciones mientras nos invita a esperar unos minutos. Entre tanto, abandona el recinto una pareja que no aleja su mirada de las alturas para contemplar la belleza de las distintas macetas. Una vez dentro observamos con mucha tranquilidad el recinto, sin la prisa ni la bulla de otros años. Abandonamos el lugar y nos dirigimos unos pocos metros hacia arriba, en la calle San Juan de Palomares. Allí podemos encontrarnos con dos patios, aunque sólo uno de ellos entra en concurso, el número 8. En esta ocasión sí toca esperar una pequeña cola, pero no más de tres o cuatro personas. Sin embargo, la espera merece la pena, ya que el patio de Palomares, 8, a pesar de sus reducidas dimensiones, es uno de los que más belleza atesora de toda esta ruta. Todo un remanso de paz y armonía.

Seguimos adelante en nuestro itinerario y nos acercamos ahora al patio de la calle Guzmanas, 7, escondido entre las calles Montero y Rivas y Palmas. De nuevo, no hay colas ni esperas. “Se nota que es el primer día y aún mucha gente no se ha enterado de que ya han empezado los patios”, destaca un par de señoras que abandonan en ese mismo momento el recinto. Tras una visita rápida, continuamos con nuestra ruta y nos dirigimos ahora a la calle Alvar Rodríguez, donde podemos contemplar sendos patios en los números 8 y 11. La tranquilidad sigue siendo la nota predominante. “En estos primeros días tendremos un chorreillo de gente, pero para el fin de semana es cuando esperamos un mayor número de personas”, confiesa a CORDÓPOLIS María Prieto, propietaria del patio de la casa número 11, mientras charla animadamente con la controladora que vigila el acceso.

Desde allí nos dirigimos ahora a la plaza de San Rafael, junto a la iglesia del Juramento. En este punto nos encontramos con uno de los patios de mayor aforo de la zona, debido en gran medida a los distintos espacios con los que cuenta y que hacen que la visita sea fluida. Adosado al templo anteriormente mencionado -de hecho, se puede acceder directamente a la iglesia desde una de las salidas del recinto- encontramos un enclave marcado por la religiosidad popular, donde podemos contemplar multitud de detalles alusivos a San Rafael -como no podía ser de otra forma- y hasta un pequeño oratorio presidido por una imagen de la Virgen de Fátima. “Este patio lleva abierto al público desde 2015, aunque no fue hasta 2017 cuando entramos en concurso. De su mantenimiento nos encargamos un grupo de mujeres que colaboramos con la iglesia”, comenta Purificación, una de las encargadas de adecentar este espacio.

Continuamos nuestra ruta por la calle Custodio para llegar hasta la calle Pozanco. Allí, en el número 6, encontramos otro de los patios participantes en el certamen. Tras el pertinente chequeo de temperatura y uso del gel hidroalcohólico, accedemos a su interior junto a una pareja de turistas de habla francesa, que una vez dentro, miran asombrados el colorido de las distintas variedades florales que allí se concentran. No es para menos. A muy pocos metros de éste, en el número 4 de la calle Mariano Amaya, está otro de los patios más clásicos de la ruta. Su propietaria, Celeste Almenara, destaca que participan en el concurso desde hace unos 25 años en la categoría de arquitectura antigua y nos invita a mirar bajo nuestros pies, con el suelo original compuesto por auténtica piedra de río.  

Nuestra ruta va tocando a su fin y nos dirigimos ahora a otro de los patios más visitados cada año, el de la calle Pastora, 2. Que se trata de uno de los patios más populares de zona queda de manifiesto nada más llegar, pues la cola, a pesar de ser lunes, sale de la propia calle y llega hasta las Costanillas. Una vez dentro su propietario, Rafael Barón, nos comenta que está sorprendido por la afluencia de público para ser el primer día. “Esta mañana ha venido gente de otras provincias andaluzas como Sevilla o Cádiz. Conforme pasen los días y se acerque el fin de semana esperamos que vengan muchas más. Los patios son seguros”. 

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