Marchas procesionales como preámbulo de la Semana Santa

Es una de las señales de que la Semana Santa está próxima. A los pregones, tanto el de Juventud, ya pronunciado por Emilio Gómez, y el propiamente dicho, que correrá a cargo de Juan José Primo Jurado, se une siempre esta cita. Se trata del ya tradicional Concierto Extraordinario de Cuaresma organizado por la Agrupación de Cofradías. Un recital que este año significó la actuación de la prestigiosa Banda de Música Maestro Tejera de Sevilla.

Las tablas del Gran Teatro acogieron a los componentes de la formación, con más de un siglo de trayectoria para una actuación que comenzó sobre las siete de la tarde. El evento suele ser uno de los más significativos de la Cuaresma en Córdoba desde que se celebra. No en vano, permite disfrutar de importantes composiciones de la mano de una destacada agrupación. Y en esta ocasión no lo fue menos dado el repertorio que para la ocasión se seleccionó.

Comenzaron las marchas procesionales con Hiniesta Coronada, de José Albero, cuya elección respondió al 50 aniversario de su creación. Precisamente las efemérides de las partituras fueron las razones por las que determinaron los sones que debían escucharse en el principal auditorio de la ciudad. Siguieron Por una madre y Virgen de las Angustias, que sirvieron para conmemorar el centenario del nacimiento del autor cordobés Enrique Báez.

También un siglo se cumple de Pasan los campanilleros, de Manuel López Farfán. Y 125 años son los que tiene A la memoria de mi padre, de Manuel Font Fernández, un aniversario que lo es también del nacimiento de Manuel Borrego, compositor de Cristo de la Vera Cruz. Pedro Gámez Laserna también estuvo presente por medio de dos de sus obras: Ante el Gran Poder, con 75 años de historia, y Saeta cordobesa, con 50. Por último sonó El Cachorro (Saeta sevillana), seleccionada por sus similitudes con la anterior.