El Real Club de Campo cambia de dirección
Mar Romero y Antonio Granados han sido proclamados nuevos responsables del Real Club de Campo de Córdoba, que ha relevado sus órganos de dirección tras el final del mandato anterior. Romero asume la presidencia del Consejo de Administración y Granados, de la Sociedad Deportiva. En los últimos años, los dos ejes vertebrales de club tenían el mismo presidente, Santiago Echevarría. Romero y Granados encabezan dos entidades distintas, pero “con el compromiso de trabajar conjuntamente las nueve personas de ambas directivas por el bien del club, porque los objetivos son comunes en ambos órganos”, explica la nueva presidenta del Consejo.
El relevo en la cúpula del club se produce, según los nuevos responsables, en un buen momento debido a la situación en la que se encuentran las cuentas. “Tenemos que hacer una mención especial al anterior Consejo, que en plena crisis económica ha solventado una etapa difícil, y en especial al anterior gerente, Manolo Villagrán, que ha hecho una labor de hormiguita mirando por cada euro”, indica Granados. “Habernos encontrado con un club muy saneado nos va a permitir dedicarnos por ejemplo a aumentar su vida social, pues la estabilidad está asegurada y queremos seguir la línea del anterior consejo”, señala Romero por su parte. En este sentido, Granados añade que tienen “ideas y fondos para seguir llevando a cabo proyectos y dando continuidad a otros como la reforma de algunas partes del campo, pues además de ahorrar también se ha invertido con acierto”.
Ambos dirigentes tienen claro que en esta nueva etapa hay que seguir profundizando en la apertura del club hacia Córdoba. “Debe ser nuestro primer objetivo. En parte, porque se trata de un club de socios que necesita de recambio con el paso del tiempo. Pero también porque choca que haya gente en Córdoba que no sepa que aquí hay un club”, expone Granados. En este sentido, añade que “no se trata de darle un planteamiento comercial, pero sí darlo a conocer más, pues es un gran desconocido e impresiona a quien viene”.
Respecto de dicho asunto, Mar Romero lamenta que “es una pena que con el número de habitantes de Córdoba el club no tenga más socios”. “El golf es un gran desconocido y vamos a poner en marcha o a potenciar acciones como cursos de niños, visitas de colegios, bautismos de golf y todo lo que sirva para dar a conocer club. Aspiramos a ser muchísimos más socios”, explica. En su opinión, es necesario “dotar al club de más vida y darlo a conocer”. “Es un sitio perfecto para subir con la familia, que tiene un gran restaurante y dispone de instalaciones que no se utilizan mucho y son de excelente calidad como la piscina, las pistas de pádel o el gimnasio. Hay, además, opciones de potenciar las actividades de multiaventura y de tirolinas, porque estamos en plena naturaleza. Aquí quien no juegue tiene de todo, como paseos por esta maravillosa sierra”, prosigue Romero.
Granados añade que “pocos clubes tienen el privilegio de no estar saturados, no tener apenas que reservar para jugar”. “Pero hay que encontrar un equilibrio entre no perder eso, que es un gran atractivo para los socios, y la necesidad de nuevos ingresos, ya que prácticamente sólo tenemos las cuotas de los socios”, advierte no obstante. Según el responsable de la Sociedad Deportiva, “con todos los respetos, pero cuando alguien en la ciudad busca un club con piscina o actividades deportivas, creo que es difícil en Córdoba encontrar algo mejor”.
En esa línea, Mar Romero destaca que “la gente que se sorprende al venir a Córdoba y encontrarse este campo”. “Aquí en los setenta, cuando se crea el club, se pretendía hacer una urbanización alrededor, pero al final no se llevó a cabo. Sólo está construida la casa-club y hoy es casi imposible encontrar un campo en España que no esté rodeado de casas o chalets y que únicamente tenga naturaleza y un enclave único como el nuestro”, argumenta.
El club ronda los 500 socios y apenas cuenta con 20 empleados. “Durante el relevo hemos profundizado en lo que ya sabíamos, el nivel de compromiso que tienen todas las áreas, porque la plantilla de personal es corta. Son los recursos que tenemos y se prestan a todo”, destaca Romero. “Ellos han hecho posible, entre otros logros, traer campeonatos nacionales y que estemos entre los candidatos a traer más pruebas”, destaca Granados. Conseguir más eventos es otro de los retos de ambas directivas, junto al aumento del número de jugadores de golf. En este sentido, Romero apunta que el proyecto de campo de Pitch and putt en la carretera de Trassiserra “es lo mejor que podía pasar, porque sería un vivero de futuros jugadores y una forma de acercarse a este deporte”.
Romero habla con conocimiento de causa. Es socia desde 1985, su padre fue miembro de la Federación Española y en su casa también juegan su marido y los tres hijos, uno de ellos golfista profesional. Precisamente esa experiencia le lleva a reflexionar sobre “la dificultad de tener jugadores jóvenes, no tanto niños sino jóvenes que por los estudios tienen difícil seguir jugando a partir de los 20 años”.
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