El legado de Oliver
Han sido seis meses de intensidad brutal. Luis Oliver ya es pasado en el Córdoba CF, que ha vivido bajo la dirección deportiva del navarro episodios cruciales en su historia. Y los que le quedan como efecto colateral. A Jesús León le costó anunciar públicamente la determinación de prescindir del hombre que iba a ser copropietario de la sociedad pero que después -por las imposiciones de González, que no accedía a la venta en caso contrario- terminó siendo un trabajador contratado por cinco años. Ha cumplido medio y ya está fuera. Al presidente blanquiverde no le quedó otra salida que sacar de la estructura oficial del club a una de las presencias más controvertidas de la gestión futbolistica en los últimos quince años. Oliver ha dejado huella.
En lo deportivo, sobresaliente
En muy pocos días, Luis Oliver remodeló al Córdoba con una serie de fichajes que sirvieron para lograr una permanencia contra pronóstico: el equipo era un cadáver andante y terminó protagonizando la mayor remontada de salvación de toda su historia. Su entrenador, Sandoval, se marchó dejando el récord de puntos por partido en un tope superior a todos sus antecesores en más de sesenta años. Las llegadas de Reyes, Aythami, Narváez, Quintanilla, Valentín, Araújo, Eneko... dieron una nueva dimensión al equipo. Por el límite salarial se quedaron sin poder ser inscritos dos futbolistas: el uruguayo Montelongo y el camerunés Bambock. Ambos están entrenando ahora en Los Ángeles de San Rafael a las órdenes de Francisco. León volvió a piropear la gestión de Oliver en el adiós. “Le quiero dar las gracias a Luis por el logro de la salvación. Sin él hubiera sido imposible, pero las circunstancias, muchas de ellas interrelacionadas, nos obligan a toman esa decisión”, dijo el montoreño.
El mismo día en el que se anunciaba su despido, la UD Las Palmas anunciaba la contratación por tres años de Rubén Castro, el futbolista fetiche de Oliver cuyo futuro se vinculó al Córdoba apenas unos minutos después del extraordinario partido ante el Sporting que supuso la salvación. La leyenda del Betis no llegó. Tampoco otros cuyos nombres sonaron con fuerza. El club no ha fichado absolutamente a nadie salvo a su entrenador, Francisco Rodríguez. Fue el último en llegar a los banquillos de Segunda, todos completos cuando el Córdoba formalizó su llegada. El acto de presentación del técnico almeriense fue el último en el que Oliver estuvo como director deportivo del Córdoba. Ante los micrófonos dejó sus últimas perlas. “El problema que estamos teniendo es que para elevar el nivel de la plantilla tienen que ser jugadores muy contrastados. Ahora hay jugadores que creen que van a jugar en Europa, o en Primera, y tenemos que esperar”, indicó. No será así.
El 'bocado' a la tesorería deja secuelas
La catarata de fichajes en el mercado invernal, entre ellos un futbolista de primer nivel como el internacional José Antonio Reyes y otros muy cotizados en Segunda, como el central Aythami, llevó aparejada una corriente de sospechas sobre el modo en que el Córdoba había logrado encajar económicamente ese gasto. Resulta evidente, a la luz de los hechos, que la investigación de LaLiga ha tenido sus frutos. El Córdoba recibirá una importante multa por ciertos aspectos irregulares. En su comparecencia ante los medios de este jueves, León admitió que las circunstancias mandaban. “Yo me he gastado más porque para conseguir el objetivo ha habido que convenir unas primas con jugadores que no estaban previstas. Ni es (el exceso en el límite salarial) del anterior ni es del nuevo, es de la situación en general. Había que actuar y se actuó”, explicó León, quien recalcó que todo lo que se hizo era producto de una situación desesperada en lo deportivo. “Yo no tenía medido nada. Yo lo que miraba era salvarnos. Ahora resulta que la culpa es que nos hemos salvado. Si hubiéramos bajado no habría ningún problema”, dijo.
El asunto del expediente abierto por presuntas irregularidades lo tomó Oliver en su momento como un ataque de adversarios directos, usándolo con habilidad para enardecer a los cordobesistas haciéndoles ver el agravio. “Para nosotros es una buena noticia”, dijo sobre las sospechas de clubes y la investigación de las cuentas. “Lo que a mí me parece es que cuando ganas tres partidos seguidos, los que te daban ya como equipo de Segunda B se ponen nerviosos. La LFP nos ha supervisado todos los fichajes. Incluso tenemos a dos chicos que no pueden jugar por el límite salarial. La noticia es torticera y desestabilizadora”, comentó. El dirigente blanquiverde fue más lejos al apuntar que “decir que la gestión de los González no se está investigando y sí la de León por un mes resulta ridículo, fuera de la realidad y cruel; estamos así por culpa de los González”. Oliver resaltó que el Córdoba “ha bajado el presupuesto en 400.000 euros y empezamos a fichar el 25 de enero, cuando todos los que teníamos planificados ya se habían marchado a otros clubes cobrando fortunas. Nosotros fichamos a gente que estaba libre. Algunos llevaban hasta seis meses sin jugar”.
Coleccionista de líos: caso Malaya, Tebas, González...
Que Oliver arrastra una fama -bien ganada y asumida- de hombre polémico es algo archiconocido. Durante su estancia en El Arcángel no cesaron de prenderse fuegos que iban desde el tiroteo verbal hasta acusaciones de mayor enjundia. El pasado miércoles, el navarro estuvo en la Audiencia de Málaga como acusado -junto a Gil Silgado- de un presunto delito de blanqueo de capitales dentro de una pieza separada de la operación Malaya, durante la etapa de ambos en el Xerez Deportivo. La fiscalía le mantiene la petición de 2 años y 9 meses de prisión, más una multa de 2'5 millones. El problema de imagen es evidente. Tampoco ayudaron los excesos verbales a propósito de la animadversión que Javier Tebas, presidente de LaLiga, siente hacia Luis Oliver. Uno y otro se suelen despachar a gusto, y a menudo en público. Con Oliver al mando de las operaciones, el Córdoba siempre iba a estar bajo la lupa del control económico de LaLiga.
El último episodio, crucial, ha tenido que ver con Carlos González. El anterior propietario y Jesús León han renegociado los términos de la compraventa del club después de que el tinerfeño denunciara que no había recibido el pago de 2'5 millones que se debía realizar en julio. Se ha hablado de un retorno, que sería dificilísimo, sobre todo porque González no quiere regresar al Córdoba y solo quiere cobrar lo pactado. Finalmente, todo se queda en un nuevo pacto con León. Las cláusulas quedan “en la confidencialidad entre Carlos y yo”, dijo el presidente blanquiverde. No las desveló, pero parece que una de ellas ya se ha cumplido. González nunca quiso a Oliver en el Córdoba. Rompió a última hora la venta en su momento porque no aceptó al navarro como parte de la parte compradora. Ahora, tras cambiar los términos del contrato, Oliver está en la calle.
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