¿Y qué se puede decir después de algo como esto?
El Córdoba volvió a los entrenamientos tras el decepcionante y fugaz paso por la Copa ante el Lugo | “Igual ahora vas a casa del Zaragoza y ganas 0-2”, apunta Carlos Caballero
Lo de poner al mal tiempo buena cara es un refrán tan bonito como difícil de llevar a cabo. Requiere una mezcla de resignación y rebeldía, además de un aliño de sensatez para plantearse la propia realidad. El Córdoba anda ahora haciéndose preguntas. Ha perdido tres partidos seguidos y los dos últimos han sido en El Arcángel, su reino, que sigue mutado en una tómbola en la que siempre se lleva premio el que aparece. El varapalo ante el Alcorcón (1-3) y la eliminación en la Copa del Rey ante el Lugo (0-1) han sembrado la inquietud entre la afición, que mostró su descontento con pitos y cánticos. Siempre después de un conmovedor apoyo, con más de diez mil espectadores en la grada y un aliento permanente mientras el personal vio sobre el campo algún motivo para la esperanza.
Para recuperar el tono no existe mejor medicina que la victoria. “Igual ahora vas al campo del Zaragoza y ganas 0-2”, dijo al final del último partido Carlos Caballero, que ejerció como capitán. Aunque también completó su argumento con un clásico: “Luego vas al del Mirandés, que no por desprestigiar pero no tiene el mismo peso histórico, y te mete 4-0. La Segunda es muy igualada. Hay que ir a todos los campos igual y a levantarse de esto e ir con toda la ilusión a traernos los tres puntos”.
En esto está la plantilla, que esta mañana ha vuelto a entrenar en la Ciudad Deportiva. Hubo charla, pero lo mejor que puede sucederle ahora al Córdoba es que dentro de dos días tiene otro partido por delante. No hay tiempo para darle más vueltas al asunto de la Copa, que quedó atrás en un visto y no visto. José Luis Oltra recuperará para el próximo partido en La Romareda a jugadores que dejó fuera en el torneo copero, como Xisco o Florin Andone. El valenciano está forzado a seguir agitando la coctelera para ver si encuentra la combinación adecuada. Y debe ser ya, antes de que el fuego de la frustración se propague y sea mucho más difícil de sofocar. Las protestas en la grada ya se han dejado sentir y la diana se ha colocado en el palco y el césped. ¿Una explosión de ira demasiado prematura? Nadie puede culpar de eso al cordobesismo, que lleva mucho tiempo aguantando bofetadas. Exactamente desde el ascenso a Primera.
“¿Qué podemos hacer? No podemos hacer otra cosa más que trabajar para el partido de Liga que tenemos ya en Zaragoza y trabajar y superarlo cuanto antes”, reflexionaba Carlos Caballero, que no considera que el Córdoba sea una fábrica de errores. “Los goles, muchas veces en el fútbol, llegan por mérito del rival, pero el 90 por 100 de los goles, o mucho porcentaje, suele ser por errores del equipo al que le marcan y no hay que darle más vueltas. Ha sido una jugada desafortunada, pero otro día nosotros marcaremos así”, indicó el madrileño, tratando de extraer la versión más positiva de un partido, ante el Lugo, que resultó amargo para la afición.
“A la afición no podemos decirle nada. Lo que tenemos que hacer es trabajar y cambiar esos pitos por aplausos los próximos días. No podemos decirles nada, simplemente estar juntos nosotros y superar esta derrota y centrarnos en el partido que tenemos en Zaragoza”, declaró Caballero.
El Córdoba entrenará mañana a puerta cerrada. Hoy, después de la sesión matinal, se decidió que sería una buena idea realizar una convivencia extra en un ambiente distinto. “Día de entrenamiento con reflexión, análisis y recuperación. Y después pincho para hacer piña y cambiar la dinámica”, desveló Oltra en su cuenta de Twitter con una foto en la que se ve a jugadores y miembros del cuerpo técnico compartiendo refrescos y aperitivos. Las caras no son alegres. Y todos saben qué es lo que hace falta para recuperar la sonrisa.
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