Córdoba CF
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Cara a cara
Antonio Casas: “Tenemos potencial para pelear por estar arriba”
La vida de un deportista hasta llegar a ser profesional es como una auténtica montaña rusa. De hecho, el objetivo final parece inalcanzable durante gran parte de su carrera y tan solo unos pocos privilegiados se acaban dedicando únicamente al que era su hobbie inicialmente. Este es el caso de un Antonio Casas Marín (La Rambla, 2000) que en la actualidad puede decir que es jugador del Córdoba CF, club que siempre ha tenido una gran afición en su pueblo. Por ello, la ilusión de defender la blanquiverde en El Arcángel siempre ha estado presente, aunque los sueños, sueños son, tal y como decía Pedro Calderón de la Barca. Aun así, la lucha y el esfuerzo del rambleño le ha permitido pasar por dos de las mejores canteras de toda España hasta llegar a una institución cordobesista que hoy en día puede decir que es su hogar. En la previa del duelo ante la AD Mérida (es decir, esta entrevista se realizó antes de la última victoria en el coliseo ribereño), Casas atendió a CORDÓPOLIS con una energía propia de un futbolista que quiere seguir escribiendo páginas en la historia del Córdoba CF.
PREGUNTA. Bueno, Antonio, una semana más que estáis trabajando de cara al sábado. ¿Cómo ves al equipo actualmente?
RESPUESTA. Yo, bueno, yo lo veo bien. Al final dentro confiamos todos en la ideología del míster, sabemos todas las ideas que tiene, las compartimos y vamos por ellas. Por lo que vamos el sábado a ganar, hoy primer entrenamiento de la semana, a por una buena semana de trabajo y a por los tres puntos el sábado.
P. Siempre se suele hablar de la semana antes de trabajo, pero conforme vayas hablando y vayas haciendo entrevistas, las semanas de trabajo se acumulan desde el primer día, ¿cómo fue ese primer día de contacto con el balón? ¿Por qué te llamó la atención el fútbol?
R. Pues la verdad que no sabría decirte, pero al final cuando estaba en el cole con los amigos, yo creo que no usábamos ni balón, cualquier objeto nos servía, una lata o lo que sea, una naranja, y al final, a partir de los cuatro añitos, tanto mí como a mis amigos, siempre nos ha tirado por el tema del fútbol.
P. Tú eres del 2000, yo soy del 98, y yo jugaba en el colegio con los botes como si fuera pelotas de fútbol.
R. Sí, sí (risas). Cualquier cosa podía servir.
P. Cuando practicas un deporte con tus amigos, siempre buscas cualquier excusa.
R. Sí, sobre todo de pequeño que la ilusión que tenía siendo niño es mucho mayor, yo creo que es mucho mayor que cuando vas siendo mayor.
P. Sí, porque al final esa ilusión es la que te permite llegar a las categorías profesionales.
R. Sí, totalmente, cuando empiezas con esa edad tan joven, al final solo te importa eso, el pasártelo bien con tus amigos y la ilusión que tienes es máxima.
P. ¿Alguna vez has dicho: “no me lo he pasado bien jugando a fútbol”?
R. No, sí que es verdad que, cuando ya eres más profesional, sí que es verdad que hay momentos duros, hemos pasado momentos duros, pero yo siempre he disfrutado cada entreno y cada partido.
P. ¿Cómo ha ido tu crecimiento dentro del fútbol?
R. Yo empecé con cuatro añitos creo que en mi pueblo, y a los ocho años nos vinimos al Séneca a jugar. Sí que es verdad que era un sacrificio para mi familia, una familia humilde y la verdad que era un costo extra, pero bueno, al final tengo que agradecer a mis padres porque hicieron ese esfuerzo por mí. Nos tiramos aquí hasta los quince años, a los quince años yo ya era un poco más mayor y le dije a mi padre que estaba un poco harto de tantos viajes, de tanto venir a Córdoba. Al final los viajes también le costaba tanto económicamente como mucho tiempo. Era una gran inversión entre comillas, y al final yo en esa época decidí volver al pueblo y disfrutar con mis amigos. Pasé un año muy bueno tengo que decirlo, la verdad que jugar con tus amigos no es lo mismo. Jugué ese año, no sé cuántos goles metí, pero muchos, y a la temporada siguiente sí que es verdad que empecé en mi pueblo, a la octava jornada volví a Séneca, y en febrero sí que me fui para Madrid. En un año empecé con mis amigos a jugar en el Real Madrid.
P. A veces dar un paso atrás no significa que sea malo.
R. Exactamente. Al final sirvió un año como para despejarme, yo estaba como un poco saturado, un año con mis amigos, con mi gente, con mi familia, y al final pues dar un pasito para atrás fueron casi tres para adelante.
P. Has hablado también de tus padres, del gran sacrificio que hicieron, que no es de extrañar porque tus padres viajan a todos los campos de España.
R. Sí, sobre todo eso es de agradecer. Cuando vas a cualquier campo y sabes que tienes allí a tu familia apoyándote, pues es un punto extra. Sí que es verdad que cualquier familia a lo mejor no hubiese apostado tanto o no hubiese estado tan involucrada tanto económicamente como por el tiempo, que era mucho tiempo. Yo me acuerdo que mi padre venía, terminaba de trabajar a las 19:30, se duchaba rápido en casa, se venía a Córdoba a por nosotros... Al final es un sacrificio extra que no todos los padres lo hacen, por eso es de agradecer.
P. Y cuando pasaste esa transición de ir a Córdoba a volver a tu pueblo, ¿pensaste en dejarlo o dijiste que no compensaba y no querías seguir jugando a fútbol?
R. No, sí que es verdad que yo en ningún momento jugaba a fútbol por dinero. Yo jugaba por pasármelo bien, por disfrutar de este deporte como había hecho desde los cinco años. Y yo seguía usando este deporte para disfrutar, para pasármelo bien. Después ya cuando ya vamos a Madrid, ya sí que tocamos el tema económico, ya era un contrato profesional y ya sigues disfrutando, pero ya es otra historia.
P. ¿Cómo recibiste la llamada del Real Madrid? ¿Qué sentiste tú y qué sintieron tus padres?
R. Pues yo me acuerdo que era un partido en casa, jugábamos contra el Cádiz, creo recordar, y ganábamos 3-0 y la casualidad que metí yo los tres goles. Y al ducharme pues iba al bar donde estaban esperando mis padres y cuando me llegó mi madre llorando diciendo: “Antonio, que nos vamos pa' Madrid, que nos vamos pa' Madrid”. Yo dije: “¿nos vamos pa' Madrid de qué?” (risas). No me lo creía. Y sí, al final le dimos el ok y en dos semanas fue todo muy rápido, hicieron el contrato y tal, y en dos semanas estábamos en Valdebebas.
P. No te lo pensaste, ¿no?
R. No, sí que es verdad que era joven entre comillas, pero al final te llama el Real Madrid y si quieres ser futbolista, este tren puede que no pase más.
P. Tú mismo has dicho que apenas siete meses pasaste de estar jugando con tus amigos en tu pueblo a jugar en el Real Madrid. Un poquito rápido, ¿no?
R. Sí, fue todo acelerado. Estas cosas son así, cuando menos te las esperas. Empiezas en tu pueblo jugando con tus amigos, empiezas marcando goles, llegan a por ti, porque me acuerdo que fueron a mi casa por mí, y yo volví a mirar a mis padres, nos miramos y dijimos para adelante. Volvimos para Córdoba, el mismo proceso que ya llevábamos muchos años anteriores haciendo, y al final pues la cosa fue bien, la temporada fue sobre ruedas, empecé marcando goles y al final pues en febrero tienes la llamada del Real Madrid y yo no dudé, ni mis padres dudaron en ningún momento en que íbamos para arriba.
P. ¿Cómo fueron esos primeros meses en Madrid?
R. Al final es un poco duro, porque de estar viviendo en mi casa, yo vivía con mis padres, a irte solo en AVE, búscate la vida en llegar a Atocha, en Atocha búscate la vida para llegar al Cercanías y a que te dejen para coger un autobús... Al final es un poco difícil, pero bueno, también yo creo que ahí tuve un gran aprendizaje y me hice un poco hombre, porque al final sales de casa y tienes que buscarte tú solo las habichuelas.
P. Claro, te sirvió para madurar.
R. Sí, sobre todo en ese aspecto que te digo. Sí que es verdad que vivíamos en residencia y que teníamos toda las facilidades del mundo, pero a la hora, por ejemplo, de transporte y demás, sí que es verdad que tenías que buscarte tú solo tu viaje y demás.
P. ¿Y cómo te fue lo deportivo en los primeros años?
R. Pues fue bien, yo me sentí a gusto. De hecho, el primer partido me acuerdo que la primera semana llegué, no sé si llegué más o menos martes o miércoles, fui convocado, salí no sé si fueron 12 o 15 minutos y metí gol. Al final fue llegar y besar el santo. La verdad que bien. Sí que es verdad que el último año sí que teníamos contrato en vigor, pero decidimos rescindirlo porque en principio no iba a tener muchos minutos, no contaban mucho conmigo, y sí que había muchos clubes que sí que apostaban más. Uno de ellos era el Sevilla, y tampoco dudamos mucho en venirnos para Sevilla.
P. Y ya completaste el aprendizaje con el Sevilla, ¿cómo te fue ese cambio?
R. Pues fue bastante bien, porque al final de no jugar, entre comillas, porque al final nunca se sabe, te dicen que no vas a jugar pero en una temporada o un mister diferente pues todo puede cambiar, pero bueno, en un principio no iba a jugar nada, y llegué a Sevilla y caí de pie. Estaba con mis amigos que conocía de antes, una ciudad que estaba al lado de mi casa prácticamente, y la verdad que no sé si hicimos récord de puntos en División de Honor, fue todo sobre ruedas, ganamos la Liga, en la Copa de Campeones le ganamos al Madrid, después nos eliminó Villarreal, y después en la Copa de Rey nos eliminó el Levante, pero la temporada fue muy bien y yo muy contento.
P. Bueno, hasta el punto de que consideras también a Sevilla como tu segunda casa.
R. Sí, por supuesto. Allí me han tratado súper bien, la ciudad me encanta, tanto la afición como los directivos del Sevilla, muy bien conmigo y yo lo considero una segunda casa.
P. Y ya poco a poco te fuiste desarrollando en Sevilla, hasta que te llegó la llamada del Córdoba.
R. Sí, pasó un poco parecido a lo de Madrid. Al final me quedaba un añito en Sevilla, decidimos no renovar, y sí que el míster que estaba en ese momento no contaba mucho conmigo, y él sí que renovó, y al renovar el míster y el no haber contado conmigo antes, pues sí que empezamos a buscar una alternativa. Se nos puso en la mesa el nombre del Córdoba, y la verdad que cuando escuché yo esa oferta pues rescindimos de mutuo y me vine para Córdoba encantado.
P. Era un objetivo también vestir la blanquiverde, imagino.
R. Sí, era una sensación que siempre he querido, porque al final juegas en clubes grandes y tal, pero siempre he tenido la sensación de querer jugar en este campo, porque por ejemplo cuando jugaba el Córdoba muchos años en Segunda, mi pueblo siempre ha sido muy cordobesista, y en los domingos se notaba otro ambiente de la gente que va al campo, y yo pues siempre he tenido la espinita de decir: “me gustaría un día jugar aquí”, y la verdad que fue tal y como me lo imaginaba. El pueblo volcado conmigo, la gente también, y la verdad que muy bien.
P. Debutaste en El Arcángel en Primera RFEF ante Unionistas y un año antes en Segunda RFEF.
R. Con el Córdoba debuté en Jerez, ganamos 1-5 y la verdad que metí justo después de salir, no sé si fue el gol más rápido en un debut, pero fue muy rápido.
P. ¿Y cómo fue ese primer contacto con El Arcángel cuando debutaste?
R. Bien, al final pues yo me acuerdo de la sensación que yo tenía que en cualquier parón o saque de banda yo miraba a la grada, y siempre conocía a alguien (risas). Mucha gente te conoce, muchos amigos, muchos familiares, y la verdad que muy bien. Al final yo creo que es el sueño de cualquier futbolista, jugar cada domingo en tu casa con tu gente, yo creo que es lo mejor que hay.
P. En tu primera temporada, ascenso de manera directa, firmando uno de los mejores números de la historia del Córdoba CF, y con un juego también que invitaba al optimismo, ¿cómo fue esa celebración en Las Tendillas para un cordobés?
R. La verdad que fue increíble, siempre había soñado con ese momento, con pisar Las Tendillas, con la gente... la imagen que voy a recordar siempre es la de mis padres, que estaban allí, y al final pues todo el sacrificio que hemos hablado anteriormente se ve reflejado ahí, como las gracias por todo a ese momento, los entrevistan y no les salen las palabras de la emoción que tienen, y al final ahí te das cuenta de que estás ahí gracias a ellos.
P. Como cordobés y como cordobesista, ¿qué sientes tú cuando defiendes la blanquiverde? Porque muchas veces se olvida de la persona que hay detrás del futbolista.
R. Sí, al final pues defiendes el club de tu tierra. No es lo mismo por mucho que quieras sentirlo que no sentirlo. Te alegras más cuando la cosa va bien porque lo sientes, pero también cuando la cosa va mal te duele el triple.
P. Como también fue un palo duro en la racha del año pasado.
R. Al final te duele perder. La gente viene de ganar durante la primera vuelta, de estar con la flechita para arriba, de tener a la gente metida, pero bueno, al final tuvimos esa mala racha y sí que es verdad que no pudimos remontar eso. Nos dolió tanto a mí como a mi familia, te hablo por la gente cercana a mí, sí que nos dolió más de la cuenta.
P. Porque tú has dicho que el año pasado viviste como una especie de infierno por todo lo que pasaba tanto dentro como fuera.
R. Sí, al final pasamos del día a la noche. Muchos se estaban comiendo las uvas en Segunda División, empezamos la segunda vuelta y no sabes por qué, de ser el mejor a ser el peor. Sí que es verdad que pasamos unos meses raros.
P. El aspecto psicológico es muy importante.
R. Muy importante. Cuando te viene una racha de esta, todo el equipo, directiva, afición, familia, tienen que tirar del carro para arriba si no es imposible. Y sí que es verdad que en ese momento parte de la afición estaba en contra nuestra, venía a El Arcángel y te pitaba y eso mentalmente te hundía.
P. ¿Has aprendido de esa etapa?
R. Sí, sobre todo eso, del aprendizaje y ya está. Al final, por suerte o por desgracia, el fútbol no tiene memoria y cada temporada nueva se resetea y ya volvemos a ir por el objetivo.
P. Esta temporada, como has dicho, se ha reseteado todo. ¿Cómo se afronta este inicio?
R. Sí, yo creo que, como te he dicho antes, confiamos en la filosofía del míster. Somos los que somos, sabemos perfectamente que tenemos potencial para pelear por estar arriba y ahora mismo que ha empezado la Liga, yo creo que no hay que mirar ni clasificación porque todavía es muy temprano para calcular puntos, pensar en cuentas, eso ya será cuando ya vaya a acabar la competición. Ahora mismo hay que ir partido a partido, a seguir trabajando día a día y a echar puntos al saco para que a la hora de contar, las cuentas salgan bien.
P. Y ya la última, Antonio, de cara al futuro y una pregunta que siempre suelo hacer, ¿dónde estarás dentro de cinco años?
P. Ojalá vistiendo la camiseta del Córdoba CF y en Primera División.
P. Eso sería mágico, ¿no?
R. Eso sería un sueño. Parece que no, pero no está tan lejos.
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