El hospital gallego de los enfermeros cordobeses: “Quien quiera trabajar se tiene que ir fuera de Andalucía”

La vida te lleva por unos lares muy inesperados. Lo que pretendías estudiar cuando tenías apenas 10 u 11 años puede ser muy diferente a lo que finalmente curses cuando terminas Bachillerato. Además, unos estudios tienen unas oportunidades que no tienen nada que ver con los otros, incluso hay muchos que saben que nada más graduarte tienes que mirar unos destinos muy lejanos a los de tu hogar e incluso optar por cruzar la frontera. En este caso no han salido de España, pero sí que han tenido que viajar a la otra punta de la Península Ibérica para poder ejercer su profesión. Y es que siete enfermeros cordobeses están actualmente trabajando en un hospital de Monforte de Lemos, una localidad de Lugo de apenas 18.000 habitantes.

Este municipio gallego es el segundo más poblado de toda la provincia, tan solo por detrás de Lugo capital. Es conocido por la tradición ferroviaria que tiene, incluso es sede del Museo del Ferrocarril de Galicia, y la tradición vitivinícola de la zona ha hecho que el pueblo sea el epicentro del Centro del Vino Ribeira Sacra. Puede ser de las pocas connotaciones parecidas a Córdoba. Pero, ¿por qué un total de 11 enfermeros decidieron cambiar el sur por el norte de España? Pues por varios motivos: la cantidad de oportunidades que existe en la sanidad gallega y las condiciones laborales que ofrecen con respecto a las andaluzas.

Cordópolis se ha puesto en contacto con uno de los 11 enfermeros que decidieron dejar Córdoba para dedicarse a lo que se han formado profesionalmente. Antonio Martín es un joven cordobés criado en la Fuensanta. Poco a poco fue decantándose por Enfermería después de la Educación Secundaria Obligatoria y el Bachillerato. Tras unos años donde formó un grupo muy bueno de compañeros en la carrera, el cuarto curso fue definitivo para la mayoría de ellos. “Fuimos al sindicato para informarnos un poco y por lo general, quien quiera trabajar se tiene que ir fuera: Madrid, Barcelona, Burgos, Salamanca o Lugo, como es nuestro caso”.

Y es que en Andalucía ha explicado que solo hay “contratos cortos y en momentos puntuales como verano o Navidad”. Sin embargo, la oferta del hospital de Monforte de Lemos fue muy diferente a lo que habían visto. “Antes de llegar aquí nos prometieron nueve meses y posibilidad de seguir tras ello. Es verdad que también tenemos contratos de corta duración, pero aquí nos aseguran continuidad. Las condiciones laborales dependen mucho del ambiente intrahospitalario” y ahí también sale ganando porque, en su caso, están “muy contentos”, por lo que todo favorece.

Por otro lado, las condiciones económicas también son mejores. “El sueldo es mayor y las noches y los festivos están mejor pagados”. Llegó a Lugo como suele ser habitual en diferentes puestos de trabajo: por el boca a boca. No tiene pensado quedarse allí mucho tiempo, ya que al ser temporal y sin apenas experiencia, necesita acumular méritos para volver a Córdoba. “Quiero volver cuando pase el menor tiempo posible. Tenemos la suerte de haber venido en grupo, pero igualmente es difícil la distancia con los seres queridos”. Además, y pese a que hay una gran cantidad de cordobeses en el hospital, existe cierta envidia sana cuando ven a otros enfermeros de la zona. “Vemos como compañeros que son de aquí, con los mismos méritos y pues nos resulta envidiable”.

Entonces, el objetivo nunca ha sido salir de Córdoba. Si las condiciones y la oferta fuese la misma que, por ejemplo, en el norte todo hubiera cambiado. De hecho, 11 fueron los que llegaron a Monforte de Lemos, pero otros compañeros de la misma clase llegaron a León, Madrid u otros puntos de España. “En nuestro hospital las listas están en cero y además hay como cinco bloques de vacaciones sin cubrir, en el que nos ofrecen turnos extras porque no tienen enfermeros suficientes. Todo ello retribuido claro”.

Gracias al paso de los años, de los 11 enfermeros que llegaron, actualmente siguen en el hospital de Monforte de Lemos siete. Y algunos de ellos, como es el caso de Antonio Martín, quieren volver a su ciudad natal, a Córdoba. Sin embargo, entrar en el mundo laboral andaluz en lo que respecta a enfermería es muy complicado. Ni las condiciones ni la oferta favorecen a unos jóvenes que, incluso, se tienen que marchar a la otra punta de la Península Ibérica en busca de trabajar de lo que se han formado. Actualmente María José Millán Eslava, Yara Maria Crespo, María Jesús González, Carmen Jodral de la Poza, Natalia García Roldán, Carlos Jiménez Petidier y Antonio José Martín Hurtado se ganan la vida con unas condiciones laborables mejores que las que podrían obtener en Andalucía.