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Alejandro Jiménez

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Incansable. Insaciable. Imbatible. Una vencedora nata en prácticamente cualquier disciplina, ya sea carrera en pista, duatlón o cross, por separado o todo a la vez. La ambición de la protagonista de este Ateneas le ha llevado a ser una de las atletas más laureadas de todo el panorama cordobés, con más de cincuenta victorias en su haber, innumerables medallas y, siempre, con una sonrisa por delante. “El secreto está en disfrutar cada carrera”, cuenta en su charla con CORDÓPOLIS. Podría parecer complicado mantener la motivación cuando ya se está en la cima, pero siempre habrá una nueva marca que batir para lograr superarse a uno mismo.

La historia de Raquel Hernández Rufs (Guadalcázar, 1978) ha estado ligada, desde siempre, con el deporte. Es de esas personas que ama lo que hace, y disfruta cada segundo de ello. Se le ve en la mirada, en la sonrisa que porta al hablar de ello, y se nota que realmente existe una pasión sin límites. Ya desde muy pequeña comenzó con la práctica deportiva, aunque aún no tendría claro en qué disciplina se centraría. “Yo he sido siempre una enamorada de todos los deportes. Me ha gustado probar de todo: escalada, piragüismo, submarinismo, equitación, patinaje…”, cuenta. Había calidad para destacar en todo, tan solo faltaba centrarse en algo en específico. Y así fue. Hace ya unos ocho años que, prácticamente por casualidad, decidió inscribirse en el Cross de Guadalcázar, y terminó en cabeza de carrera. Esto llamó la atención de un club, el Trotasierra, que vio futuro en aquella Raquel que hoy triunfa en cada carrera que disputa. Desde la entidad se le animó a participar en el Campeonato de Andalucía de Campo a Través y, desde ese momento hasta hoy, ha permanecido ligada al atletismo, a las carreras y al club Trotasierra. Un club que es “como una gran familia” y que la animó a estar donde está hoy. “Le debo prácticamente todo, todo lo que he conseguido ha sido gracias a ellos”, reconoce. Encontró su casa, y desde entonces no ha parado de disfrutar.

Una de las atletas más grandes del Circuito de Carreras Populares de Córdoba

Todo comenzaría con aquel Cross de Guadalcázar, y la leyenda se iría aumentando mediante victorias en las carreras populares cordobesas. Tal y como reconoce ella misma, “ha sido enganchar una competición tras otra”, infatigable, y logrando éxitos en prácticamente todas ellas. Los atletas, cuando la ven, saben que será una de las que ocupen sí o sí los puestos altos de la clasificación. Con más de cincuenta -y de sesenta- victorias en su haber, la pasión por el atletismo no parece llegar a su fin. “Cada día estoy más enamorada”, relata, ya que “el secreto está en disfrutar”.

En el atletismo cordobés, Raquel Hernández es un nombre de los más repetidos y laureados. De hecho, en 2019, el Ayuntamiento de Guadalcázar la llamó para homenajearla, colocando su nombre en el pabellón del municipio, el ‘Polideportivo Raquel Hernández Rufs’. Un día “extraordinariamente único, especial, emotivo, entrañable, maravilloso, inimaginable”. Así lo definió en su momento, en una jornada especial que, sin duda, no olvidará.

Lo psicológico ocupa un lugar fundamental en la preparación y en el discurso de cada carrera, por lo que, disfrutando de cada instante, los kilómetros se convierten en metros y, los metros, en centímetros. “Si tú disfrutas, sale todo rodado. En el momento que se fuerzan las cosas se complica todo”, subraya, antes de ponerse a sí misma como ejemplo. A comienzos de 2020, con el Campeonato de Andalucía en el horizonte, Raquel quería cumplir uno de sus sueños, que es ir con la selección andaluza al torneo de cross nacional. “Conforme se acercaba el campeonato, empecé a entrenar a lo loco, metí mucho entrenamiento y me lesioné y, al final, estuve bastante tiempo parada porque me hice daño”, explica. Repite siempre su mantra, “el secreto está en disfrutar”, y así supera cada uno de los obstáculos que se le presentan.

Lo cierto es que, para ella, la competitividad que podría haber en una carrera queda en un segundo plano. Cada competición es una nueva experiencia que suma, un nuevo recuerdo y una nueva preparación para la siguiente. “Es la motivación para seguir y mantenerse, y si se puede ganar, pues mejor”, explica. Y, a raíz de su mantra, también hace una reflexión. “¿Que compito mucho?”, se pregunta, “no, yo no compito mucho, yo lo que hago es disfrutar mucho. Competir depende de cómo te lo tomes”. Al final es su pasión, la pasión de muchos, y cada segundo en una carrera es oro.

Prácticamente disputa una carrera por semana, a veces incluso dos. “Está bien que haya muchas carreras y, de hecho, yo soy la primera que participo en todas las que puedo”, admite mientras se ríe. Es increíble ver cómo, semana tras semana, la guadalcaceña disputa y gana casi ‘sin despeinarse’. Las utiliza de preparación ya que, entre semana, su trabajo le quita mucho tiempo. “Corro tantas carreras, y muchas me sirven como entrenamiento de calidad. Si fuese en todas, cada fin de semana, al máximo, terminaría coja o lesionada porque no me daría tiempo a recuperar”, expone. Intenta reservarse para aquellas carreras que le resultan más atractivas, en las que busca “dar un poquito más”, pero su preparación fundamental no es otra que correr una carrera tras otra, semana tras semana.

Pese a estar siempre en la terna de las favoritas, lidia con la presión “bastante bien”. “Sé que a compañeras les ha pasado, y es una cosa que está ahí, pero yo intento disfrutar, y mi primera rival soy yo misma”, asegura. La superación personal le aporta un extra, aunque es consciente de sus circunstancias. “Trabajo muchas horas de pie y voy cumpliendo años. Para mí, el estar haciendo deporte, y a un nivel bueno, es para estar más que orgullosa”.

Otro de los nombres más recurrentes en este tipo de carreras ha sido Maribel Díaz, que también superó la cifra de 50 victorias allá por 2019. “Todo lo bueno que diga de ella es poco”, replica Raquel. No hay rivalidad, no hay competitiva, son dos compañeras que se han empujado a ser las mejores versiones de sí mismas. Pese a que, actualmente, se encuentra apartada del atletismo por motivos laborales, Maribel Díaz sigue siendo fundamental para Raquel Hernández. “Somos amigas, y todo lo bueno que le pase a ella lo disfrutaré. No hay compañera más buena y más sana”, comenta.

El duatlón y el cross, sus otras pasiones

Dentro de las carreras populares, Raquel ha encontrado su pasión en modalidades como el duatlón o el campo a través, más allá del atletismo en pista. Camilo Puertas fue su padrino en el cross, y a través de él conoció al Montilla-Córdoba Triatlón, su otro club. Desde ese momento, la atleta cordobesa comenzó a compaginar en su agenda las carreras en pista, las pruebas de duatlón y el cross. También se considera amante del ciclismo, lo que le ayudó a la hora de adentrarse en estas disciplinas, además de en su entrenamiento cotidiano. “Intento compaginar el ciclismo con la carrera para así no impactar mucho y hacer un entrenamiento complementario”, explica.

Recientemente, incluso se atrevió a mezclar ambas, en el Duatlón Cross Laguna de El Portil de Punta Umbría, celebrado el pasado 22 de noviembre. Pese a ser debutante, Hernández logró un meritorio segundo puesto, no sin pasar apuros y sufrir a lo largo de la carrera. “Fue muy dura porque no tiene nada que ver con la carretera. Había rampas, y yo no estoy acostumbrada”, recalca, antes de matizar que era una prueba “muy técnica, a lo que se sumaba que había diluviado el día de antes, por lo que estaba todo embarrado”. Pese a sufrir dos caídas, logró asegurar el segundo lugar tras adelantar a una de las favoritas, Myriam Benítez, que luchaba por ganar la prueba y así alzarse como campeona de la Copa de Andalucía de esta modalidad. “Cuando ves que lo has logrado, es una sensación increíble. En el coche, ya de vuelta, iba gozando y diciéndome: mira, una experiencia más, he conocido gente y he disfrutado”, confiesa, con un brillo en sus ojos.

Pese a que el atletismo de pista, tanto el 1.500 como el 800, son dos de sus favoritas, reconoce que no podría quedarse con solo una disciplina. A la pregunta de cuál elegiría, comienza a enumerar una tras otra hasta que se da cuenta de que todas le encantan. Se ríe. Disfruta del deporte, en su totalidad. Con respecto al duatlón, la guadalcaceña afirma que “es duro”, aunque reconoce que “es muy explosivo y muy chulo”. Pese a ser ya una de las atletas referencia en esta disciplina en Córdoba, también es consciente de sus debilidades, y admite que en la bicicleta “es donde tendría que mejorar para poder aguantar al grupo” y así poder sacar luego ventaja en carrera.

Una de las cosas que ha logrado aprender en el duatlón es a dosificar las energías. “Hay que saber, sobre todo, gestionar las fuerzas”, enfatiza, ya que “si te machacas mucho en la bicicleta, luego, para lo más importante, que es el final, llegas cansado”.

Con un futuro, próximo y lejano, brillante

El calendario, a causa de la pandemia por la Covid-19, está siendo muy ajustado este año. El confinamiento obligó a cancelar muchas carreras, aunque, por suerte, para Raquel resultó incluso positivo. “Pude entrenar en la cinta de correr, a lo que se añadió que no estuve trabajando, por lo que estaba descansada. En cierta manera, en el tema del entrenamiento no me vino mal, ya que casi que creo que acabé mejorando en ese periodo”. Tras más de un año y medio sin competición, Raquel Hernández se proclamó vencedora de la Media Maratón Córdoba-Almodóvar.

La mente de la atleta ya está centrada en los próximos objetivos. Sin pausa, prácticamente sin descanso, ya tiene planeados los próximos meses hasta junio. El próximo 18 de diciembre volverá a sus inicios, a sus raíces, para disputar el Cross de Guadalcázar, donde comenzó toda su trayectoria deportiva. Tras ello, las vistas se pondrán en enero, donde tratará de clasificarse para el Campeonato de España por comunidades autónomas. Braga será su destino en el mes de febrero, para disputar el Campeonato Europeo de Pista. Marzo dará lugar al Campeonato de España de Veteranos en Hornachuelos, y, en junio, en Tenerife. Y, por si fuese poco, a todo esto, habrá que añadir las pruebas de duatlón.

Mirando de aquí a unos años, su deseo es “poder estar muy viejita corriendo, como ya hay mucha gente en los Campeonatos Máster”. Disfrutará “todos los años que dure y, mientras más, mejor”, porque ama las carreras, ama correr. “La sensación que te queda tras todo el esfuerzo es muy satisfactoria”, precisa. Además, también le añade “el ambiente que se vive, tan sano, ya que, aunque haya competitividad, es un ambiente muy bonito. Hay mucho cariño de la gente, y en carrera animan un montón”.

Su mayor preocupación son las lesiones. La constancia es lo principal, además de “seguir disfrutando, que es lo más importante”. Y es que, con todo, al final las carreras para Raquel Hernández se resumen en esa frase que tanto se ha repetido a lo largo de este Ateneas. “El secreto está en disfrutar”, cada segundo de la carrera, cada competición, cada paso y cada victoria, pero también cada derrota. No hay vencedores y vencidos para la guadalcaceña. Y no los hay porque, lo principal, siempre será eso, disfrutar. Cada carrera es especial, única e irrepetible, y, probablemente, en muchas de ellas esté presente Raquel Hernández, la incombustible. Una de las más grandes atletas de Córdoba. 

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