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Ateneas | Belén Recio: “En Córdoba me decían que era lenta”

Belén Recio, en El Fontanar | ÁLEX GALLEGOS

Miguel Huertas Córner Cordobés

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Muchas veces se habla de la idiosincrasia cordobesa, de lo que implica ser cordobés. Entre muchos aspectos, destaca el de alabar lo de fuera cuando lo que tienes al lado es mejor. En cuanto a deportistas de la capital, nombres como Rafa Lozano, Rafa Muñoz o José Luis Navarro han pasado al práctico olvido, con el único recuerdo de la gente de a pie. Leyendas del deporte cordobés están, desde que destacaron por primera vez, destinadas al ostracismo más absoluto por parte de los diferentes cuerpos de gobierno que han ido pasando por el edificio de la calle Capitulares. Belén Recio también pertenece a este grupo. Por la pista de El Fontanar, lugar de la entrevista, muchos niños entrenan y juegan por grupos en sus comienzos en el mundo del atletismo. “A estos niños hay que enseñarles referentes y no se hace nada. A los deportistas de Córdoba que hemos sido algo en el pasado, si estuviera en mi mano, yo haría algo seguro”, señalando a la óvalo de color arcilla.

A nadie se le escapa que María Belén Recio Cuevas (Córdoba, 1980) es una de las figuras más importantes en el ámbito deportivo cordobés en su historia. Fue la primera atleta cordobesa en ser campeona de España absoluta. Las medallas de oro de las categorías de 100 metros y 200 metros entre 2005 y 2007 en este campeonato llevan grabado su nombre. Más de 15 veces internacional con la selección española. Tras seis años retirada del atletismo profesional, Recio hizo la transición entre el deportista y el ex deportista de manera que no cayera en un vacío existencial como sí ocurre con otros de otras disciplinas. Eso sí, su pasión por el atletismo no comenzó por su interés en sí mismo por el deporte, sino por su capacidad física. Su profesora de educación física fue su primera consejera.

“Empiezo en el atletismo por mi profesora de educación física del colegio, Pilar Árgueda, y me dice: ¿Y tú por qué no te apuntas a atletismo?. Yo ni sabía lo que era atletismo, a mí me gustaba correr, del atletismo no tenía ni idea. Yo corría carreras populares pero no me gustaba porque era muy largo. Empecé a entrenar en el parque Cruz Conde y empecé a hacer velocidad”, asegura la cordobesa a CORDÓPOLIS. La casualidad, tanto positiva como negativa, fue una constante en la vida de Belén Recio, que empezó a correr con las mejores tras un período de estancamiento. Explica que “dio la casualidad de que me encontré a unas de Sevilla que eran campeonas de España de 400 metros en un hotel y me dijeron: ¿Por qué no te vienes a entrenar con nosotras?. Cogí, me fui y, a raíz de ahí, en cinco meses me quedé campeona de España absoluta y ya cambió todo”. Un ascenso meteórico armado y mejorado en la ciudad de Sevilla.

Sevilla como pista de despegue

Compaginando estudios y trabajo perdiendo clase es cómo Belén Recio consiguió entrar y asentarse en la elite española. “En atletismo, lo único que necesitas es una pista y que te dejen entrenar en esa pista (risas) y material. Yo la suerte que tuve es que tuve un entrenador que era un apasionado y luchaba mucho por nosotros en Sevilla. Nos abrían el Estadio Olímpico para nosotros, nos encendían los focos y los recursos los tuve”, afirma, a lo que añade con pena que, “si hubiera viajado por Europa más veces, hubiera conseguido mejores marcas seguro”. El IDM Fontanar, lugar de la entrevista, fue su hogar en sus primeros pasos, en sus primeras carreras sobre la pista, donde entra como una más de la instalación pero también donde no hay apenas homenajes a su figura.

Aun así, sin duda alguna y ya plasmada la relación entre Belén Recio y Sevilla, la atleta cordobesa no tiene dudas sobre qué ciudad le dio más a su carrera como profesional. “En Sevilla, sin lugar a dudas. Yo llegué allí y me abrieron el Estadio Olímpico sin ser nadie. Cuando has entrado aquí, ¿has visto alguna foto mía? Aquí no hay una foto mía. En La Cartuja de Sevilla hay una foto mía, aquí en Córdoba no la tengo”, confiesa una Belén Recio apesadumbrada en ese aspecto, “porque creo que a todo el mundo hay que darle su sitio. Fui la primera campeona de España femenina que hubo en Córdoba. A mí me decían la califa cordobesa, como que había abierto el mundo del deporte cordobés”.

Un apagón y la llegada del retiro

Entre 2005 y 2007 se vio la mejor versión de Belén Recio, consiguiendo gran parte de su palmarés entre esos años y rompiendo marcas. “En Córdoba decían que yo era lenta”, expresa entre risas la cordobesa, que accedió en 2006 al Europeo consiguiendo los mejores registros de su carrera. Sin embargo, hay una espina clavada en su alma. Más que una espina, una lanza afilada directa al corazón. Más duele la herida cuando hizo todo cuanto pudo pero no fue suficiente. El autor: un apagón de luz cuando estaba en busca de la marca para ir a los Juegos Olímpicos de Pekín de 2008. “Fue aquí, precisamente en esta pista. Fue un campeonato, no sé si fue andaluz, y se rompió la photo finish. Se fue la luz de la instalación, no me acuerdo de lo que pasó. Y ahí perdí las opciones de ir. Hice la marca, me dieron 10.9 manual, que eso equivale a 11.3 electrónico. Es una putada. Por el atletismo nunca he llorado, ni por una lesión, ni me he mosqueado por nada. Ese día sí lloré”.

Por más que pase el tiempo, seguirá siendo su recuerdo más adverso; más incluso que el día en que decidió retirarse con 34 años, algo que tenía claro y asumido desde primera hora. Recio relata que “un día en un mitin iberoamericano en Huelva, me nombraron: por la calle cuatro, Belén Recio. Saludé, me miré y dije: aquí qué hago. Me sentí un poco ridícula ahí en la pista, saludando. ¿Qué hago aquí corriendo con la gente mirándome? Nunca me había planteado eso. No estaba a gusto. Acabé la carrera, llamé a mi entrenador y le dije: Ángel, esto se acaba ya para siempre. No me apetece competir; me apetece entrenar pero no competir”. Su entrenador, Ángel Moreno, fue el primero en enterarse de la decisión de la velocista, que, casi como señal del destino, se olvidó en Huelva sus clavos de toda la vida y marchó a Sevilla sin mirar atrás.

A partir de ahí, para muchos deportistas de tanto éxito supone un vacío enorme, similar a plantarse en el filo de un precipicio. ¿Qué hacer ahora cuando todo por lo que uno ha vivido se acaba? Belén Recio lo tuvo más que claro. “Era muy, muy consciente, lo tenía siempre presente. Creo que eso me ayudó mucho. Entonces decidí hacer algo que me gustase a mí. Me vine a mi ciudad porque en Sevilla ya no pintaba sola: no tenía familia, tenía muchos amigos, y decidí venirme aquí. Trabajaba en Andalucía Olímpica, lo dejé y monté mi negocio de preparación física y entrenamientos personales. Parece que no trabajo porque me gusta tanto que parece que me pagan por algo que no me cuesta nada (risas)”, expresa Recio. Entrena a opositores, mujeres y hombres de todas las edades, eso sí, siempre al aire libre, nunca en espacios cerrados.

Cuando se le pregunta sobre el atletismo actual, Belén Recio se encuentra algo perdida: paradójico podría parecer. Ve en Carmen Avilés una de las principales promesas en Córdoba pero, desde que se retiró de las pistas en verano de 2014, casi no lo ve. Cuestión personal y mental. “Veo atletismo, me dan ganas de correr y me sienta mal porque me gustaría estar corriendo. Te empieza a venir la nostalgia, cómo tú estabas de fuerte, las sensaciones, y algo tengo aquí en el coco”, revela. ¿Cambiará la situación? “Por ahora no y ya van seis años, es un trauma que tengo”, añade. A pesar de haber cambiado de mundo, su gen reivindicativo siempre lo ha tenido. No se silencia en determinados temas que puedan parecer espinosos. El Ayuntamiento de Córdoba, con diferentes corporaciones que se han ido sucediendo, ha tenido un problema endémico y que se ha ido heredando: no homenajear a sus referentes. Si se hace, a título póstumo.

Algo de facilidades municipales “lo echo en falta”, explicando más tarde que “me parece una desconsideración, no por Belén Recio, Belencita, la hija de Encarnita; la Belén Recio atleta, que he sido una referente, está ahí el palmarés, y me parece muy poco profesional de esos dirigentes de no hacer un detalle que es algo de educación. Yo soy anti foto cuando no te han ayudado pero, hombre, un qué bien lo has hecho, gracias por hacer esto por la ciudad. Eso es elegancia, no te digo otra cosa: ser elegantes. Y no lo han hecho”. Mientras que en otros deportes llueven los elogios y los homenajes, deportistas que hicieron historia son más recordadas por los cordobeses y la prensa cordobesa -durante los años- que las propias instituciones. La mejor atleta cordobesa de la historia, mientras tanto, seguirá sin tener foto en El Fontanar.

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