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FESTIVAL DE LA GUITARRA DE CÓRDOBA
Tony Zenet, artista total

Concierto de Zenet

Aristóteles Moreno

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Tony Zenet es un animal escénico. Un cantante-actor que gobierna las reglas del espectáculo desde el mismo instante en que pisa el escenario. Y lo hace arropado de una banda competente, que transita del bolero al jazz y del son cubano al tango con indiscutible profesionalidad. Anoche el artista malagueño exhibió sus innegables cualidades en un Gran Teatro entregado a su impecable puesta en escena.

Arrancó su actuación con uno de los boleros incluidos en ‘La Guapería’, el disco que dedicó en 2019 a la música cubana, en cuyo registro se mueve con evidente comodidad. No en vano encima del escenario tiene al gran trompetista cubano Manuel Machado, uno de los más acreditados músicos caribeños afincados en España desde 1992. En el jazz latino la voz de Zenet despliega toda su capacidad de adaptación, una de las grandes virtudes de este cantante camaleónico.

En el primer tercio del concierto sonaron algunos de sus títulos más reconocibles, como ‘Los mares de China’, antes de presentar las composiciones de su último trabajo, ‘La estación del momento’, donde explora nuevos territorios sonoros a partir de bases electrónicas. Lo hizo de la mano del también cubano Kumar Sublevao Beat, que se sumó al septeto con un pequeño ‘sampler’ de ritmos enlatados. El experimento funcionó bien. Y las secuencias electrónicas se ensamblaron como un guante en la calidez instrumental de un combo latino.

Zenet explotó con oficio su indisimulable perfil de ‘show man’. Cantó, bailó e interaccionó con el público a lomos de su simpatía natural, que es uno de sus principales rasgos escénicos. En ese marco, se ayudó de su trabajada carrera de actor, cuyos atributos incorporó sin estridencias al espectáculo de anoche.

Tony Zenet es, ante todo, un artista total. Una de esas energías creadoras en permanente búsqueda. Nacido en el barrio malagueño de Pedregalejo en 1967, desde muy joven ya puso la brújula en dirección a cualquier territorio vinculado a la cultura. Se matriculó en el Conservatorio de Música y realizó estudios en la Escuela de Arte Dramático, para acabar fundando su propio grupo de mimo. Trabajó en teatros, cafés, hoteles y casinos, y hasta llegó a poner un pie en el ballet de Valerio Lazarov.

Con 19 años se instaló en Madrid para dar rienda suelta a su espíritu volador. Allí ensayó todos los oficios imaginables. Y todos relacionados con el arte. Se desempeñó como actor, cantante, profesor, regidor, ayudante de dirección, animador, sonidista, montador de exposiciones y hasta publicista. Y, paso a paso, fue labrándose una sólida carrera como actor, que coronó con un meritorio papel de Pablo Picasso en una serie dirigida por Juan Antonio Bardem en 1994.

Ya antes había fundado su propia banda de música bajo la denominación de SUR SA. Con ella, grabó dos discos de funky flamenco sin demasiado éxito. Años después en Madrid volvió a intentarlo, ahora ya reconvertido en ‘crooner’ andaluz en jam sessions del Bar Plaza. Ahí ya emergió su personalidad híbrida de mezclador de géneros, que terminó convirtiéndose en su signo de identidad. En su primer disco, firmado en 2008 como ‘Los mares de China’, ya agitó en una misma coctelera los estilos que le han acompañado estos 15 años: la copla, el son cubano, el tango o el jazz.

Los premios comenzaron a lloverle con una fructífera cadencia. El primero de todos al Mejor Artista Revelación. Alcanzó su madurez con ‘Zenetianos’, donde logró reunir en un disco de duetos a algunos de sus referentes musicales, desde El Kanka a Javier Ruibal, pasando por Silvia Pérez Cruz, Depedro, Rozalén, Coque Malla o Miguel Poveda. También se adentró en el universo de las bandas sonoras y la música publicitaria para Loewe o ING.

Ha grabado una decena de trabajos discográficos. En el último, ‘La estación del momento’, que presentó anoche, se sirve de sonidos electrónicos para aderezar una fórmula propia perfectamente reconocible. Además de una refrescante colaboración con el músico cubano Kumar Sublevao Beat, curtido en las raíces del hip hop, Zenet se rodea de media docena de músicos de primer nivel, que exhiben una elegante aleación de cuerda y vientos. Junto a su admirado guitarrista José Taboada, destaca en la formación el trompetista cubano Manuel Machado, un talento natural provisto de un currículo asombroso curtido junto a nada menos que Celia Cruz, Chucho y Bebo Valdés, Paquito de Rivera, Chano Domínguez, Jorge Pardo, Ketama o Serrat. Por cierto que Machado mantiene un estrecho vínculo con Córdoba, donde vivió varios años y conoció a la que hoy es su pareja.

Tony Zenet cerró su elegante repertorio en el Gran Teatro con uno de sus grandes éxitos, ‘Soñar contigo’, muy celebrado en el patio de butacas con la sala puesta en pie. Y demostró que es un artista total que maneja las claves del escenario con absoluto oficio.

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