Terraplanismo
La verdad de la creación frente al relato de la evolución
El pasado 2 de diciembre Jaime Mayor Oreja subió parsimoniosamente al estrado del Senado. Provisto de chaqueta americana azul marino, camisa impoluta y corbata granate, pronunció unas palabras inquietantes que resonaron en la cámara alta del poder legislativo. “Están ganando los científicos”, sentenció sin alterar un músculo del rostro, “que defienden la verdad de la creación frente al relato de la evolución”.
Han transcurrido exactamente 160 años desde que Pío IX promulgara desde la Santa Sede su dictamen con los ochenta errores de la modernidad. Investido de la infalibilidad pontificia, el Syllabus condenó sin paliativos el racionalismo, la libertad de culto y conciencia, el progreso y el liberalismo, al tiempo que proclamó la subordinación del Estado a la moral cristiana y el sometimiento de la inteligencia al magisterio de la Iglesia.
Cinco años antes, en 1859, el científico Charles Darwin había dinamitado los cimientos de la fábula creacionista con la publicación de El origen de las especies y su teoría de la biología evolucionista. Si los seres vivos son el resultado de un milenario proceso de adaptación al medio, ¿cómo diablos pudo crear un ente sobrenatural el universo y sus criaturas en solo siete días?
El de Darwin fue un martillazo más en el edificio tambaleante de la verdad revelada. La ciencia se abría paso, golpe a golpe, en el viscoso universo de los dogmas. No fue un camino de rosas. La teoría heliocéntrica de Copérnico fue declarada “formalmente herética” por la Iglesia. Galileo fue condenado al ostracismo. Giordano Bruno murió reducido a cenizas en la hoguera de la Inquisición.
Y cuando creíamos que ya habíamos cruzado el Rubicón de la modernidad y abrazado la luz de la Ilustración, aparece el señor Mayor Oreja para devolvernos a la VERDAD de la creación y prevenirnos del RELATO de la ciencia.
Con dos bemoles.
La última vez que el ex ministro del Interior vino a Córdoba fue invitado por la Fundación Diocesana Santos Mártires para inaugurar el curso escolar. “La generación de hoy vive en un desorden que no se sabe diagnosticar”, proclamó solemne en octubre de 2022.
Desde luego que sí, señor Oreja.
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