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Muchas ganas y pocas oportunidades: la lucha de jóvenes cordobeses por vivir del teatro

Imagen de una representación de La Espiga

María Berral

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Vivir del arte no es nada fácil, menos aún cuando las oportunidades escasean. Córdoba cuenta con una de las escuelas de Arte Dramático más antiguas de España. La escuela, a la que da nombre el profesor y director teatral cordobés Miguel Salcedo Hierro, se ubica en el antiguo Palacio de las Quemadas, por el que ya han pasado miles de alumnos a lo largo de sus 77 años de historia. Auxi Duarte, Elena Rodríguez, Gonzalo Cortés, Álvaro Gualda o Alicia Lizana figuran en la larga lista de egresados. Ahora, son parte de quienes siguen tirando de la escena teatral y luchando ante la falta de oportunidades.

La Espiga Teatral y Maroma Teatro son dos jóvenes compañías fundadas el pasado año de mano de algunos de estos egresados. Auxi Duarte dio vida a La Espiga después de presentar un proyecto basado en su Trabajo Fin de Grado a un concurso de microteatro en Madrid. Hugo y Gonzalo Cortés, fundadores de Maroma Teatro, comparten con Auxi el ser malagueños, el haber estudiado en la Escuela Superior de Arte Dramático (ESAD) de Córdoba y la motivación de llevar sus propias propuestas a los escenarios.

Este miércoles se ha celebrado el Día Mundial del Teatro, el arte del que quieren vivir los jóvenes que conforman estas compañías. Algo que no es nada fácil, pero por lo que a toda costa siguen luchando. El pasado verano, Auxi acompañó a su pareja a Dos Hermanas para un curso, y allí tuvo “mucho tiempo libre” que invirtió en la búsqueda de castings. “Vi que en Madrid, en la Sala Bala Perdida, un club de teatro alternativo, iban a hacer un concurso de microteatro”, cuenta Auxi a Cordópolis. Sus profesores siempre le habían animado a alargar su Trabajo de Fin de Grado (TFG), una propuesta de 8 minutos sobre el Soneto Yagas de Amor, de Federico García Lorca, y eso fue lo que le motivó a presentar el proyecto al concurso. Candidatura a raíz de la que surgió La Espiga Teatral.

Para esto, recurrió a compañeros de la escuela con los que había trabajado anteriormente y no desaprovechó la oportunidad de llevar a la práctica algo que “nadie más en España está haciendo y que había estudiado en su trabajo”. Montó cinco sonetos de Lorca y los que quedaron quedaron fuera los llevó al espectáculo interpretándolos en lengua de signos. Todo esto puede verse en la obra Amando el dolor de amar, que han estrenado el pasado martes en Teatro Góngora con motivo del Festival Marzo a Escena, de la ESAD cordobesa.

El trabajo del artista requiere “mucho sacrificio”, asegura Auxi, que cada día puede dedicar “entre tres y cuatro horas” a la compañía “escribiendo cosas, investigando qué se puede hacer, dónde se puede llevar el proyecto, cómo mejorarlo...”. Los ensayos van aparte. La malagueña graduada en Córdoba confiesa que “no es tan fácil montar una compañía, hay que echarle horas”.

Por su parte, Maroma Teatro surge de manos de Gonzalo y Hugo Cortés, dos hermanos también malagueños y estudiantes de la escuela cordobesa que un día decidieron unir fuerzas para vivir de su trabajo. “Gonzalo trabajaba independientemente con otras compañías y yo también, cada uno de lo suyo, y un día llegamos a la conclusión de que estábamos trabajando para fuera en vez de para nosotros mismos”, cuenta Hugo. Finalmente esta otra compañía nace el pasado mes de septiembre a raíz de que su hermano Gonzalo escribiese A que no te lo esperabas. De acuerdo con Auxi, Hugo señala que “no es tan fácil porque tienes que echar mucho tiempo, dinero...”.

Actualmente, Maroma Teatro cuenta otros dos espectáculos musicales, Un paseo por tu vida y Swinger un paseo por Broadway. Espectáculos que han intentado llevar a otros lugares e incluir en festivales o certámenes. Algo, que como explica Hugo es “bastante complejo porque si no tienes un nombre o no eres conocido no te facilitan los tramites para llegar a la cima”. Gracias al festival Marzo a Escena han conseguido también ayuda de la Diputación provincial que les está dando “el impulso” que necesitaban.

El ser de Málaga les ha hecho llevar A que no te lo esperabas también a su ciudad, donde estrenaron con una gran acogida. “Llenamos 350 butacas dos días sin ser conocidos, siendo una compañía totalmente nuevo que no se había visto antes”. Hugo destaca que el trabajo no es solo de los actores sino de todos los profesionales cuyo trabajo está detrás, técnicos, iluminación, diseño, sonido, cartelería y escenografía, entre otros. La Espiga también se ha sentido acogida en Málaga donde ya han actuado y donde tienen previstas tres funciones más entre mayo y junio.

Ambos jóvenes coinciden en que el trabajo que hay detrás de un estreno, con sus respectivos ensayos es bastante arduo cuando cada uno se siguen formando y tiene sus propios horarios. Sin embargo, la pasión por el teatro les lleva a unir fuerzas y a hacer malabares para poder buscar esos huecos y espacios donde ensayar. Algo que también preocupa a Hugo, “en Córdoba, tenemos al menos la Casa de la Juventud, que nos permite ensayar aunque con horarios limitados, pero tenemos algo; en Málaga no te dan esa facilidad”. Y es que Maroma se mueve entre ambas ciudades para trabajar“.

Pero a pesar de todos los inconvenientes que las jóvenes compañías puedan encontrar, y aunque aún no consideren que tengan un hueco en la escena teatral, como apunta Auxi, lo importante es “luchar por tenerlo, creando cosas nuevas y echándole mucha cara”. Porque cuando se tiene claro que se quiere hacer algo en la vida “hay que moverse, no te puedes quedar quieta”, afirma Auxi. La joven concluye que “Córdoba es una ciudad con mucha cultura pero en la que falta mucho por explotar”.

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