crónica
“Veinte años no son nada” para la música de Melendi
Hay artistas a los que nunca se deja de escuchar, que nunca pasan de moda y cuyas canciones se convierten en banda sonora de una generación a otra. Es el caso del asturiano Melendi, que este sábado celebraba con el público cordobés sus 20 años sin noticias pero con mucha música.
Los cordobeses más jóvenes llegaron a hacer noche junto a Los Califas para ver en primera fila al artista, que se vio sorprendido por las cortas edades de algunos de los presentes en la celebración “de un disco que tiene tantos años”. Porque todos, los más jóvenes y los más mayores festejaron los 20 años Sin noticias de Holanda, nombre del primer álbum que un Melendi veinteañero y caracterizado por sus rastas sacaba a la luz.
La espera se rompió con la irrupción de un enérgico Melendi y El Parto, canción en la que llegaron las primeras llamaradas de fuego sobre el escenario y las primeras palabras del asturiano a los cordobeses. La luna llena o Loco ponían al graderío en pie y al ruedo a saltar mientras coreaban las letras.
Pero entre canción y canción, un Melendi más maduro ha dado lecciones como el “reconocer los errores como algo que ha formado parte del camino que nos ha traído hasta aquí. Es injusto juzgar los errores del pasado con lo que sabes ahora”.
En Tocado y Hundido, al ser coreado por los 8.000 asistentes al concierto, el cantante ha reconocido que existe “un Melendi pre y post-covid”. El primero sentía “pudor” cuando le gritaban su nombre, el segundo lo disfruta “porque no sabes cuando va a ser la última”. Sin noticias al andar, Con solo una sonrisa, Se lo que hicisteis, Barbie de extrarradio o Un violinista en tu tejado, han recorrido todas y cada una de las etapas del asturiano, todas de éxitos.
Mensajes emotivos y pedidas de matrimonio
Pero no es oro todo lo que reluce y no todo ha sido el éxito en la vida de Melendi. “He tenido varios pozos y varias crisis en mi vida”, así lo reconocía. “Me gustaba saber que no había agotado la paciencia de mis seres queridos y que cuando saliera iban a estar ahí para tenderme la mano”, contaba en Billy el pistolero, canción en la que también ha presentado a su banda. “Por lo tanto, vamos a hacer lo mismo con nuestros semejantes, como con Billy. Vamos a darle un grito de guerra para que sepan que estamos al fondo del túnel para cuando él quiera salir de esa crisálida”, ese era el profundo mensaje que Melendi quiso transmitir.
Con aliento de coraje y fuerza, en Los Califas ha retumbado el “Quiero ser guerrero” de Cenizas de la eternidad. Una de las canciones más emotivas del espectáculo, en la que las linternas se han alzado y en la pantalla principal del escenario han ido apareciendo los seguidores del artista, que han derrochado sorpresa, ilusión, amor y muchos besos.
La última sorpresa de la noche llegaba cuando el cantante leía en una pancarta: “Si me sacas a cantar, consigo el sí quiero”. Y así fue, Quique conseguía que Melendi le sacara a cantar Arriba Extremoduro, tema que publicaba en 2006. Y así consiguió también el sí quiero.
Tu jardín con enanitos, Cheque al portamor y Canción de amor caducada despedían el concierto, hasta que llegó el bis. Con Gracias por venir (2023), volvía a aparecer junto a sus ocho músicos y sus dos coristas que le acompañaron las dos horas de concierto. Un agradecimiento por el apoyo a los 20 años de carrera del artista que, aunque emotivo, no dejaba “la energía adecuada para terminar un concierto”.
Por eso culminó con Lágrimas desordenadas, precedido por estas palabra: “Que no todas las lágrimas sean de tristeza, que no todas las palabras sean en voz alta, que no todas las opiniones tengan el mismo crédito, que no todas las miradas sean desconfiadas, que no todos los días sean igual de importantes, que no todos los sueños sean durmiendo, que todas las guerras sean en la cama”.
Y hasta la próxima parada del asturiano en la ciudad una recomendación: “sean felices y, para ello, no discutan con idiotas”. Último mensaje antes del oscuro.
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